El Cronicón de Oña. Nacimiento de una villa condal y de un reino

Un gran espectáculo de luz y sonido recrea la historia de Castilla, con la creación de la villa condal y la fundación del Monasterio de San Salvador

La representación histórica destaca por la profesionalidad de los actores, el cuidado del detalle y la exquisita puesta en escena

La capital mayor de la Iglesia de San Salvador, con el Panteón Real y Condal, son el escenario perfecto para ‘El Cronicón’

El Cronicón de Oña. Nacimiento de una villa condal y de un reino El conde funda San Salvador de Oña en honor a hija, Tigridia. PCR

Con las primeras notas de ‘Carmina Burana’ llegan también los primeros estremecimientos. La sobrecogedora obra de Carl Orff, que mezcla versos en latín con fragmentos en alemán y provenzal antiguo, tiene la capacidad de transportar al espectador nueve siglos atrás, a la época en la que se fraguan los acontecimientos históricos que desembocarán en la creación del Reino de Castilla. Estamos en el mejor de los escenarios posibles, la Iglesia Abacial de San Salvador de Oña, rodeados de los panteones Real y Condal en los que descansan algunas de las más ilustre figuras de nuestra historia, la de Castilla y la Oña. Bienvenidos a ‘El Cronicón’.

La fundación del Monasterio de San Salvador, en el año 1011, y la conversión de Oña en una villa condal son los principales hechos en torno a los cuales gira esta representación histórica. Se trata de un impresionante espectáculo de luz y sonido, con una cuidada puesta en escena, en el que los más de 200 participantes dan vida a algunos de los personajes que estuvieron presentes en una época clave para la localidad. ‘El Cronicón’ es mucho más que teatro e historia, es el compromiso de todo un pueblo por mostrar al mundo sus riquezas históricas y patrimoniales, aquellas que le han hecho ser cómo es y de las que más orgullo se siente el oniense.

San Íñigo, el elegido

Emociona la pasión de Sancho García al jurar venganza por la muerte de su padre. PCR

Emociona la pasión de Sancho García al jurar venganza por la muerte de su padre. PCR

‘El Cronicón de Oña’ celebra este año su vigesimoséptima edición, bajo la dirección de Joaquín Hinojosa, que vuelve tras tres años de ausencia. Y precisamente Hinojosa ha sido el encargado de preparar la escena previa, esa que tiene lugar en las escalinatas de la Iglesia de San Salvador, cuando empieza a caer la noche. Para esta ocasión, el director ha elaborado un romance sobre la figura de San Íñigo, segundo abad del Monasterio y figura clave en la recuperación de su esplendor, tras el fallecimiento de la que fue su primera responsable, Tigridia, la hija de los condes fundadores.

Hasta el Rey Sancho III el Mayor ha llegado “la fama de un ermitaño cuya santidad asombra”, dice el romance; es un hombre bueno y cabal, que sin embargo no se siente merecedor de una tarea tan importante como la que representa dirigir San Salvador. Es por eso que rechaza hasta en tres ocasiones el ofrecimiento realizado por el Rey de Navarra, para que tome las riendas del Monasterios. San Íñigo está convencido de que aceptarlo sería una simple muestra de soberbia, y pide una señal divina que le ayude a resolver su dilema. Tigridia bajará desde los cielos para asegurarle que “Dios a ti te ha elegido”.

La elección de recrear el momento en el que San Íñigo acepta ser el abad del Monasterio de San Salvador de Oña no se ha hecho al alzar, puesto que coincide con dos hechos de especial relevancia. Por un lado, este año se ha abierto el arca en el que se encuentran sus retos, para enviar una reliquia solicitada por el Monasterio de Leire. Por otro, se ha editado el manuscrito que Íñigo Barreda escribió sobre el santo en 1771. San Íñigo es uno de los personajes más queridos por los onienses y, con la escena previa, se le ofrece un digno homenaje.

Vivencia humanas y pasiones se mezclan con los hechos históricos. PCR

Vivencia humanas y pasiones se mezclan con los hechos históricos. PCR

Inicios convulsos de un milenio

Estamos próximos al año 1.000 de nuestra era. El pueblo vive atemorizado por el cambio de milenio, pero también por la furia de Almanzor. Al sur del Duero, todo el territorio está en manos de los musulmanes y su poder se va extendiendo por el norte: León, Navarra, Barcelona… Castilla resiste, comandada por Garci Fernández, pero muy a pesar de su hijo, Sancho García. Lo que uno ve como una cruzada contra el Islam, otro lo entiende simplemente como una guerra sin esperanzas. Sancho García defiende una paz pactada con Almanzor, que permita a Castilla reorganizarse para luchar en igualdad de condiciones.

La muerte de Garci Fernández a manos de los musulmanes permitirá a Sancho García ejecutar sus planes. Jura venganza contra Almanzar pero pacta una tregua, que sin embargo dura bien poco. Para cuando el rey moro vuelve a las armas, y tras destruir León, Santiago, Pamplona o Barcelona llega a San Millán de la Cogolla, Sancho García sabe que ahora sí ha llegado el momento de plantarle cara, de acabar con el “caudillo cordobés que aterrorizó a mi abuelo y mató a mi padre”. En el 1002, Almanzor muere y el imperio musulmán se desmorona. Castilla grita victoria.

Sancho García se convierte así en un hombre poderoso, sabio, respetado. Ha sabido esperar, prepararse y vencer, dejando a un lado las rencillas y los enfrentamientos con el resto de los nobles y reyes cristianos. Es un gran estratega, pero también un dirigente que lucha por la defensa y la libertad de los que están bajo su mando. ‘El Cronicón de Oña’ incluye algunos de pasajes muy emotivos, en los que Sancho se presenta como un simple hombre, que clama venganza por la muerta de su padre o compromete a Dios la creación de un monasterio en su honor si consigue la victoria frente a Almanzor.

Cumpliendo una promesa

San Salvador de Oña forma parte de la historia de Castilla y la villa condal. PCR

San Salvador de Oña forma parte de la historia de Castilla y la villa condal. PCR

Será el 12 de febrero de 2011 cuando los condes de Castilla, Sancho García y Doña Urraca, donen todas sus posesiones para el levantamiento del Monasterio de San Salvador de Oña, al que entregarán también uno de sus bienes más preciados: su hija Tigridia. Comienza aquí la gran historia de la villa condal. Oña será centro espiritual y político de Castilla y de Navarra, cuando a la muerte de Sancho García sea el rey Sancho III el Mayor el que se asuma la responsabilidad de estas tierras. Morirá también  Tigridia, dejando el Monasterio a la deriva hasta la llegada de San Íñigo.

El segundo abad del Monasterio, no sólo conseguirá recuperar el esplendor perdido, sino que actuará también de consejero de Sancho III el Mayor. A su muerte, intentará también guiar a sus hijos, pero no consigue evitar el enfrentamiento entre García de Navarra y Fernando de Castilla, que acaba con la muerte del primero en la Batalla de Atapuerca en 1054. Intentando respetar al máximo la cronología histórica, ‘El Cronicón’ finaliza con la presencia de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, que lleva hasta el Monasterio los restos de Sancho II de Castilla, caído en el Cerco de Zamora a mano de Bellido Dolfos.

Pasión y dedicación

Los vecinos de Oña preparan con esmero ‘El Cronicón’. Se cuida hasta el más mínimo detalle, y mientras los actores ensayan, los voluntarios se aseguran de que los trajes están en perfecto estado, de que los efectos se luz y sonido funcionan correctamente, de que a nadie le falta una indicación, un consejo, un apoyo. Y todo ello bajo la atenta mirada de la coordinadora, Berta Tricio, y del director, Joaquín Hinojosa. Tras semanas de intenso trabajo llega el momento de mostrarse al público. Las representaciones comenzaron ayer, pero se pueden disfrutar hasta el 18 de agosto, a partir de las 21:30. No se lo pierdan, merece la pena.