El Banco de Alimentos cierra 2014 con 2.500 toneladas recogidas

Donaciones particulares, operaciones Kilo, aportaciones de empresas y supermercados contribuyeron a un nuevo récord en Burgos

Los productos, sobre todo de alimentación, se repartieron entre 136 entidades, por lo que llegaron a unos 10.000 burgaleses

Se entrega mucha arroz y pasta, pero el Banco necesita productos infantiles, leche, aceite, enlatados y legumbres

El Banco de Alimentos cierra 2014 con 2.500 toneladas recogidas La recogida de noviembre fue un éxito. BC

El año que acabamos de despedir ha sido “extraordinario” para el Banco de Alimentos de Burgos. Se han recogido casi 2,5 millones de kilos de alimentos, entre las donaciones particulares, las grandes operaciones, las aportaciones de las empresas alimentarias y los envíos de los supermercados. El punto negativo lo pone el hecho de que cada vez son más las personas que requieren de la ayuda que presta indirectamente el banco de alimentos, de ahí que, aunque se recojan más productos, se haya reducido las asignaciones por persona y familia, para poder cubrir las necesidades de todos los demandantes.

“Se entrega mucha pasta y arroz, porque psicológicamente lo asociamos a la lucha contra el hambre”

El presidente del Banco de Alimentos, José Luis Herrero, explica que, antes de la crisis, a cada familia le correspondían 200 kilos de alimentos al año. Sin embargo, ahora que hay que repartir entre más necesitados, esa media ha bajado a los 100  kilos. Burgos es un territorio “privilegiado”, porque somos muy solidarios, el problema reside en que crece el número de personas que atraviesan por situaciones difíciles. A lo largo del 2014, esos 2,5 millones de kilos de alimentos se han distribuido entre 136 entidades sociales y/o benéficas de la provincia, por lo que la ayuda habrá llegado a unas 10.000 personas, estima Herrero.

Los ciudadanos contribuyen de manera individual con la causa, bien llevando productos a la sede del Banco de Alimentos (en el Complejo Gala), bien participando en las diferentes campañas. Herrero destaca la colaboración de la industria de la alimentación, con firmas muy potentes en Burgos, que en este pasado año no se han conformado con entregar productos que, por algún defecto de forma (etiquetaje incorrecto, por ejempl0), no pueden salir al mercado. Y es que han enviado también otros productos de almacén que sí podrían haber vendido pero que han preferido donar a la causa.

Está también la aportación que hacen los supermercados. Todas las semanas, los voluntarios del Banco de Alimentos recogen esos productos que ya no pueden venderse. En este caso hablamos sobre todo de productos perecederos, que de no ser recogidos por la entidad, acabarían en la basura. Es por ello que a José Luis Herrero le gustaría que las instituciones reconociesen su contribución al medio ambiente, dado que evitan que muchos alimentos acaben en la basura y generen residuos. Además, este año han contado con contribuciones especiales en frutas y verduras, como excedente derivado del veto ruso.

Una Navidad muy especial

Por segundo año consecutivo, los Bancos de Alimentos de toda España desarrollaban en el último fin de semana de noviembre una gran recogida, cuyo objetivo era abastecer a las familias más necesitadas de cara a las fiestas navideñas. Para Herrero lo más importante no han sido las 140 toneladas de alimentos recogidas, que tan bien, sino la “calidad” de los productos: ha habido mucho de carácter infantil (potitos, pañales…), aceite y leche (que suelen escasear)… Y es que, el Banco de Alimentos tiene mucha pasta y arroz, porque se asocian psicológicamente a la lucha contra el hambre, pero le faltan otros productos básicos.

Jugadores de Autocid recogieron alimentos en Carreofour. IAC

Jugadores de Autocid recogieron alimentos en Carreofour. IAC

La campaña de noviembre, así como lo recogido durante todo el año por el Banco de Alimentos, se reparte entre entidades que trabajan con personas en riesgo de exclusión social o necesitadas. Existen dos tipos de destinatarios: las entidades de reparto, como Cáritas o Cruz Roja, que distribuyen a familias; y las de consumo, como los tres comedores sociales de la provincia, que dan de comer directamente a los que lo demandan. Y el trabajo que realizan esas 136 entidades con las que trabajan está perfectamente controlado, porque se hacen inspecciones regularmente, recuerda Herrero.

Nuevos retos

Para el 2015, el principal objetivo del Banco de Alimentos es poder conseguir más productos, aunque realmente lo positivo sería que mermase el número de atendidos, porque eso significaría que la situación económica mejora y que, a los que se atiende, reciben más alimentos. Seguirán buscando la colaboración de empresas, sobre todo pequeñas que aún no han entrado “en el juego”,  insistiendo en que son un buen destino para los excedentes de productos y que, además, lo que donen se tratará con mimo. Y es que en el Banco son  muy cuidados con la protección de las marcas, las fechas de caducidad y la venta ilegal.

Por el momento, están contentos con las nuevas instalaciones en el Complejo Gala. Salvo en campañas puntuales, como la de noviembre, cuentan con espacio suficiente. Eso sí, no les vendría mal disponer de algún vehículo más para el reparto, sugiere José Luis Herrero. Y de voluntarios andan también bien servidos. Son una treintena los que trabajan a diario recogiendo y repartiendo productos. Además, cuentan con un archivo de 300 para labores puntuales en el almacén y, tras la recogida de noviembre, con otros 700 para este tipo de campañas puntuales.