BNK confía en comenzar a explorar Sedano y Urraca en 2016

La compañía de hidrocarburos canadiense podría entregar los estudios geológicos y ambientales en los próximos dos meses

Las exploraciones se realizarían en 2016 y, de ser rentable el proyecto, se comenzaría a producir entre 2018 y 2020

Los ayuntamientos afectados llegarían a recibir entre 300.000 y 600.000 euros en concepto de impuestos y tasas locales

BNK confía en comenzar a explorar Sedano y Urraca en 2016 David Alameda explicó el proceso dela fractura hidráulica. PCR

BNK España espera poder presentar en breve los estudios geológicos y de impacto ambiental de cada uno de los pozos de exploración previstos realizar en Sedano y Urraca, los dos permisos de los que dispone en estos momentos para la investigación sobre yacimientos de hidrocarburos en el norte de la provincia. Así lo ha asegurado la directora de comunicación de la canadiense, María Jesús Gallego, quien no se atreve a dar fechas concretas, aunque sí aventura que la documentación podría enviarse a la Junta de Castilla y León y al Gobierno Central entre los meses de febrero y marzo.

La producción comercial de gas pizarra podría llegar para 2018 o 2020

Por cada pozo se requiere de un proyecto concreto, y en ello llevan trabajando los técnicos de BNK desde hace un par de años, cuando en 2012 se concedieron los permisos en Sedano y Urraca sobre gas no convencional o shale gas. Con la documentación en la mano, Junta y Gobierno deberán elaborar la declaración de impacto ambiental, someterla a información pública, recoger las alegaciones, resolverlas y, finalmente, emitir un veredicto. En cuanto se se disponga del correspondiente permiso de exploración, la compañía comenzará lo trabajos, por lo que estamos hablando de 2016, calcula Gallego.

Dos o tres años antes de producir

Primero se prepararían los terrenos para, a continuación, hacer las perforaciones. Entre montaje, toma de muestras y desmontaje se estaría hablando de unos dos o tres meses en los que la torre de perforación estaría instalada sobre el terreno. Pasado este tiempo, el pozo se sellaría temporalmente y se comenzaría el trabajo de laboratorio, para determinar si hay gas, en qué cantidad y, sobre todo, de qué calidad. Si el resultado es negativo, explica Gallego, el pozo se sella definitiva. Si es positivo, se inician los trabajos de fractura hidráulica.

Durante 15 días se trabajaría en el pozo y, posteriormente, se realizarían los correspondientes test de producción. Es en este momento cuando la compañía decide si la inversión es o no rentable. La calidad y la cantidad del gas localizado es importante, pero también lo es saber de qué modo se tiene que obtener y cuántos son los pozos a instalar, y si lo números no cuadran, se restaura la zona, asegura María Jesús Gallego. Si por el contrario se ve que el proyecto es viable, BNK España solicitaría los correspondientes permisos de producción, pero nos estaríamos poniendo ya en un horizonte de 2018 a 2020. Antes imposible.

Beneficios económicos

La nueva Ley de Hidrocarburos garantiza beneficios económicos para ayuntamientos y propietarios

La directora de comunicación de BNK participó ayer en una reunión informal con medios de comunicación, acompañada por el director general de Shale Gas España, David Alameda. En la misma se ofrecieron  también datos sobre la repercusión económica de los proyectos de exploración y explotación en Burgos. Cada uno de los pozos supone una inversión de entre 10 y 20 millones de euros, cifra que varía en función de la profundidad del pozo y de si la perforación es sólo vertical o exige también trabajo en horizontal, explicaba el propio Alameda.

Con esta inversión, los ayuntamientos recibirían entre 300.000 euros y 600.000 euros en concepto de impuestos locales y tasas, como el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO). A esta cantidad habría que añadir los beneficios adicionales derivados de la nueva Ley de Hidrocarburos: cada sondeo pagará un canon de 125.000 euros; el 1 por ciento de la producción se repartirá entre todos los propietarios de los terrenos; y se gravará con entre un 1 y un 4 por ciento la producción de gas, dinero que revertirá en municipios y comunidades autónomas. Además, se prevé la creación de entre 50 y 150 puestos de trabajo directos e indirectos por cada exploración.