Cueva Román centrará los estudios sobre Clunia en los próximos años

La Diputación pretende elaborar un Plan Director para la puesta en valor del yacimiento a raíz de las últimas investigaciones realizadas en el subsuelo

Se buscarán las claves del abandono de la ciudad y se intentará preservar la riqueza patrimonial e histórica de los restos hallados en la red de túneles

Clunia es la “joya de la corona”, pero todavía queda mucho por hacer para ponerla en el lugar que se merece. Eso es al menos lo que opinan tanto la Diputación provincial como los diferentes equipos de trabajo que llevan estudiando el yacimiento romano desde hace varios años. Unos estudios que están permitiendo conocer poco a poco parte de la realidad de una ciudad que a pesar de ser capital de Convento Romano acabó muriendo en los avatares de la historia. Conocer por qué se abandonó, las causas y sus consecuencias supone todo un reto que ha de afrontarse.

Se han documentado multitud de figuras e inscripciones realizadas en barro en el interior de la cueva

Para ello, la Diputación pondrá en marcha a lo largo de los próximos meses un “ambicioso proyecto” que permita dar continuidad a todo lo realizado ya sobre el terreno. Sólo en 2015 se prevé la inversión de 301.000 euros para desarrollar labores de investigación, mantenimiento y mejora de las instalaciones turísticas, entre otras cuestiones. Todo ello en el marco de un trabajo de estudio encabezado por diferentes departamentos de las universidades de Zaragoza, Valladolid y Barcelona que han centrado su atención en la Cueva Román, sin duda una de las piezas clave para entender todo el rompecabezas de Clunia.

En este sentido, los últimos trabajos realizados sobre el terreno han permitido documentar una intensa actividad en el subsuelo de la ciudad. Allí han aparecido multitud de figuras e inscripciones, muchas de ellas realizadas en barro, que a pesar de su “vulnerabilidad” han resistido el paso del tiempo. Pero la importancia de la red de túneles y pozos de la ciudad no reside únicamente en su valor artístico, sino en su implicación directa en los avatares de Clunia. No en vano, la estructura urbana de la desaparecida ciudad romana se ordenó en función del acceso a los diferentes pozos, y todo hace indicar que el inicio del declive de la ciudad coincidió en el tiempo con el drástico descenso del nivel del agua del subsuelo. Un descenso que, por cierto, también coincidió cronológicamente con las obras en el teatro y la apertura de un sumidero. Demasiadas casualidades.

Más estudios

Ahora, una vez sentadas las bases de estudio y alcanzado rincones de la red de túneles hasta ahora sin explorar, el reto es documentar todo lo hallado y realizar una completa topografía de la cavidad. Pero para ello, hará falta seguir desarrollando nuevas técnicas, ya que la “fragilidad” del ecosistema subterráneo impide actuar con los medios tradicionales.

Estos estudios completarán los que ya se han realizado en la primera fase, que ha concluido con la obtención de topografías externas de alta resolución de todo el yacimiento, así como de modelos en tres dimensiones de los elementos más importantes. A partir de estos modelos, cabe la posibilidad de realizar reproducciones que permitan conservar el legado de Clunia en el caso de que desapareciera en un futuro.

Lo que está claro es que cada vez que se cierra una incógnita sobre Clunia, se abren otras dos, y su estudio se prolongará durante varios años. En este sentido, la intención de la Diputación es elaborar un Plan Director en coordinación con la Junta de Castilla y León que permita recuperar íntegramente el yacimiento en la próxima década. “Estamos en el año cero” de un “proyecto muy ambicioso” que pretende devolver a Clunia un papel referente en el estudio de la cultura romana, ha destacado el presidente provincial, César Rico.