Autismo Burgos inicia ‘Bebé Miradas’ con las primeras pruebas para la detección precoz de TEA

La asociación burgalesa arranca su proyecto piloto en la Unidad de Investigación del HUBU con los primeros ensayos

La implicación personal de los pediatras Conejo y Hortigüela ha permitido convertir la iniciativa en una realidad

Se busca una detección precoz del TEA analizando a qué estímulos visuales responden niños de 2 meses a 3 años

Los niños con autismo muestran en los primeros meses de vida síntomas del trastorno y cualquier intervención temprana es positiva

Enero va a ser un mes clave para Autismo Burgos. La asociación que agrupa a padres y familiares de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) pone en marcha con el nuevo año su proyecto piloto de detección precoz del autismo. Arrancan las primeras pruebas de ‘eye-tracking’, observación de la fijación de la mirada, que se llevarán a cabo en el Hospital Universitario de Burgos (HUBU), en la Unidad de Investigación, gracias a la colaboración desinteresada de los pediatras Conejo y Hortigüela.

El proyecto Bebé Miradas, nombre de esta iniciativa pionera en España e incluida en la Estrategia Nacional del Autismo, dará sus primeros pasos con varios ensayos de prueba antes de comenzar a trabajar con los grupos de estudio previamente seleccionados. Javier Arnaiz, director técnico de Autismo Burgos, ha explicado que se trabajará con niños de 2 meses a 3 años con tres perfiles muy definidos. El objetivo es intentar detectar síntomas de alerta de TEA, a fin de intervenir cuanto antes.

Se trabajará con niños con alto riesgo de TEA o de trastornos del desarrollo y niños sin riesgo alguno

Los tres grupos de estudio corresponderán a niños con alto riesgo de Trastorno del Espectro Autista o trastornos de comunicación, aquellos que cuentan con algún diagnosticado en su familia; niños con alto riesgo de trastornos del desarrollo por incidentes durante el embarazo o riego pediátrico; y niños sin riesgo alguno. Se recogerán datos sobre evolución y desarrollo, a través de esas pruebas de seguimiento visual, “no invasivas”, que se centran en la exposición a vídeos de contenido infantil para determinar a qué estímulos responde el bebé.

Bebé Miradas se sustenta en estudios que demuestran que los niños diagnosticados de autismo presentan en los primeros años de su vida indicios, síntomas de alerta, del trastorno. En concreto, esos indicios tienen que ver con la fijación ocular, puesto que los bebés con autismo fijan la mirada en estímulos no sociales, ha explicado Arnaiz. Con dos meses, el niño comprende que la mirada es un instrumento de comunicación y mira a los ojos del interlocutor, pero el niño con autismo empieza a dejar de hacerlo a partir de nueve meses.

Por ese motivo, las pruebas de ‘eye-tracking’ se llevará a cabo en niños de dos meses en adelante, para detectar una desviación en el patrón de desarrollo e intervenir. Javier Arnaiz ha recordado que no se podrá diagnosticar el TEA en bebés de 2, 4 o 6 mes, ya que el diagnóstico certero se lleva a cabo entre los 18 y los 24 meses. Sin embargo, si las pruebas de seguimiento visual detectan algún indicio se podrá iniciar una intervención temprana con efectos muy positivos en caso de confirmarse el diagnóstico.

Dos ‘grandes’ pediatras

La intervención precoz permite reducir el impacto del autismo o un desarrollo cognitivo más óptimo

Esa atención precoz permitiría reducir el impacto del autismo, que los síntomas se presenten con menos intensidad, minimizar las consecuencias y facilitar un desarrollo cognitivo más óptimo. Las primeras pruebas de ‘eye-tracking’, visionado de vídeos para saber a qué tipo de estímulos visuales responde el bebé, comenzarán este enero, ha confirmado Arnaiz, en la Unidad de Investigación del Hospital Universitario de Burgos. Se cuenta con la “implicación personal” de los pediatras David Conejo y Montesclaros Hortigüela.

En estos momentos, el equipo de Autismo Burgos trabaja con los dos médicos para diseñar el protocolo y los programas estadísticos, ya que el proyecto es muy “complejo”. Arranca con niños de las familias de Autismo Burgos, como grupo de control, y bebés remitidos desde el área de Neonatos del Hospital de Burgos o Atención Primaria. Cada uno de los niños que se someta al programa participará en 10 consultas, con seguimiento visual, exámenes médicos y valoraciones, a partir de las cuales se extraerán conclusiones.

Lo más importante es adelantar al máximo el diagnóstico del TEA, ha insistido el director técnico de Autismo Burgos, pedagogo y profesional del diagnóstico en Bebé Miradas. El proyecto cuenta con una ayuda de 100.000 euros del Ministerio de Sanidad, derivada de las aportaciones del IRPF, y colaboraciones económicas de empresas y entidades burgalesas. Igualmente se pretende que Bebé Miradas entre en las líneas de investigación del Hospital de Burgos, aunque por el momento tienen cubiertos los costes del dispositivo y el personal para 2017.