Poesía efímera sobre la piel

Tamara Sáez Adrián es maquilladora y experta en caracterización y efectos especiales para cine y televisión

Sus creaciones son verdadero arte sobre relieves humanos y un ejercicio de creatividad de una autodidacta

Poesía efímera sobre la piel Muestra del trabajo que realiza la maquilladora burgalesa. BC

Un artista puede encontrar decenas de espacios públicos o privados para mostrar toda la creatividad que lleva en el interior. Porque el arte se expresa hacia afuera aunque nace dentro, en el interior del alma, del corazón y la cabeza de las personas. Por eso las creaciones de Tamara son poéticas. Porque la poesía se expresa con una pluma y un papel. Pero también con una brocha y un lienzo; o, por qué no, con un pincel de maquillaje sobre un rostro, una espalda o un pecho de mujer o de hombre.

La mística del arte, por lo tanto, está en el alma y fluye –casi por los poros— hasta la superficie; se desliza en el manguito del pincel y explota entre los suaves pelillos de la minúscula brocha de la artista para depositarse en la piel. Tamara Sáez Adrián es maquilladora profesional. Trabaja en una cadena de tiendas dedicadas al comercio de cosméticos y maquillajes. Pero su pasión es el arte sobre la piel.

Ha bebido de las mejores fuentes y ha aprendido de los mejores maestros, algunos laureados en el cine y la televisión. Su creatividad, destreza y decisión han llevado a esta burgalesa a estar seleccionada para maquillar en campañas de publicitarias a personas tan mediáticas y exigentes como Cristiano Ronaldo.

Tamara Sáez realiza caracterizaciones para cine y teatro. BC

Tamara Sáez realiza caracterizaciones para cine y teatro. BC

Pero Tamara es una chica sencilla, y no lo dice ella, lo dicen los que la conocen bien; una mujer del siglo XXI, aunque con el aire renacentista de Miguel Ángel o Leonardo. Una joven de 28 años que busca explorar los caminos que le ofrece la pintura efímera. Porque la pintura sobre el cuerpo, el maquillaje, la caracterización… se van con el agua de la ducha.

Profesional

Tamara en realidad es profesora de Inglés; o al menos es así como empezó su vida laboral. Sin embargo, su afición era el maquillaje, así que se embarcó en un módulo superior en el Diego Marín Aguilera. Su afición por el mundo ‘gore’ la llevó a matricularse en un curso de caracterización para cine y televisión. Y como la vida está llena de casualidades, suertes y destinos, fue allí donde conoció a uno de los creadores de las máscaras y las caracterizaciones de actrices y actores de la película ‘El laberinto del Fauno’.

La burgalesa aprendió el ‘abc’ de la profesión: moldes, maquetas, prótesis… y esculpir materiales. A ese curso le siguió otro sobre caracterización y maquillaje. Y de allí a trabajar en una gran cadena de tiendas de cosméticos y ser responsable de una de las tiendas. Y como el trabajo, el esfuerzo, la dedicación y el arte suelen tener recompensa, Tamara está en proceso de convertirse en la maquilladora oficial de las tiendas más céntricas y de prestigio de la cadena en Madrid.

Lo extravagante

Pero todo ello sin olvidar su pasión. Porque es arte lo que hace Tamara sobre la piel de las y los modelos. Tamara afirma que le gusta “lo extravagante”; aquello que llama la atención. Porque este tipo de maquillaje se lleva para “divertirse o no pasar desapercibido”; y se usa en fiestas de disfraces, en caracterización de películas y para teatro.

Como curiosidad, Tamara afirma que es incapaz de “ver una película de terror” y sin embargo es capaz de crear una figura terrorífica o de sacar la sangre al corazón de un cordero para entregarlo en mano a una modelo para que pose con ello. “Lo que realmente me encanta es la creación”; y es que se de sus palabras brota ilusión al relatarlo. Tamara vive para ello. Y le importa poco llegar lejos, la fama… lo importante es la creación, “aunque sea efímera” del maquillaje en la cara, los brazos, la espalda o el pecho de la persona que hace de modelo.

Sus creaciones siempre apuestan por lo "extravagante". BC

Sus creaciones siempre apuestan por lo “extravagante”. BC

‘Siete Pecados Capitales’ se titulaba su primera exposición de modelos, un ejemplo de que, además de la fuerza del modelo a la hora de experimentar en su cuerpo la pintura, el fotógrafo juega un papel importantísimo para que la obra trasmita toda su intensidad. Y la experiencia “fue genial y muy llamativa”, reconoce. Cada pecado iba relacionado con un color. Quizá el único inconveniente que tiene esta profesión es que “los materiales de maquillaje son muy caros”, afirma la artista.

Relieves

Tamara necesita poco para crear. La inspiración surge enseguida; sólo con observar. Nada más. Ella fija la vista en un rostro e imagina qué base necesita, qué color cuadra mejor con las facciones y dónde puede crear algo nuevo, diferente. Y se lanza; y lo hace. “Necesito relieves”, afirma. Un lienzo plano “no me dice nada”. Y qué mejor lienzo que la piel para crear algo nuevo e inspirado. Afirma que es “buena copiadora” pero hacer un dibujo “en un lienzo salido de la mente… no”. Sin embargo sobre la piel es distinto: “Necesito una inspiración y luego hago lo que creo conveniente”, asegura.

Aún no sabe qué futuro tiene por delante. Pero su profesionalidad y el alma de artista que lleva dentro de sí, le auguran éxitos inminentes. “Mira”, asegura, “trabajar en Telecinco maquillando a los de Sálvame, tampoco me motiva”, pero seguro que es una “rampa de lanzamiento” que “tiene que venir muy bien” para futuras metas.

Y una de las aspiraciones que tiene es “enseñar”. Y es que la profesión, que es tan dura como cualquiera otra, “también hay que enseñarla”. Y por eso Tamara es generosa y quiere mostrar a los demás aquello que ella aprendió de otros un día. Hay técnicas de maquillaje, por ejemplo, que las generaciones más avanzadas y jóvenes “conocen y practican, técnicas que conocemos nosotras y que hay profesores que no las conocen”.