Unas vacaciones muy necesarias

El programa ‘Vacaciones en Paz’ de la Asociación Burgalesa de Amigos del Pueblo Saharaui volverá a “rescatar” a 29 niños de los campamentos de Tinduf

Esta edición de un programa que lleva 19 años ayudando a niños saharauis permitirá que participen en él 18 de la pasada edición y 11 nuevos

Unas vacaciones muy necesarias Los niños disfrutan de dos meses completos con sus familias españolas. TAM

Posiblemente sea uno de los actos de generosidad más grandes de los que se repiten cada año en Burgos. Las familias de acogida que participan en el programa ‘Vacaciones en Paz’ hacen que una treintena de niños, de 10 a 14 años, disfruten de dos meses lejos de los abrasadores campamentos de Tinduf.

La Asociación Burgalesa de Amigos del Pueblo Saharaui puso en marcha este proyecto en 1998 y hoy, a las puertas del veinte aniversario, son ya centenares de niños los que han podido abrir sus horizontes y evadirse, aunque sea temporalmente, de una realidad tremendamente dura.

En esta ocasión, la asociación ha recibido la solicitud de acogida de 29 familias, que acogerán a 18 niños de la pasada edición y 11 nuevos. Todas ellas acogerán a un solo niño, aunque es cierto que, en ocasiones, cuando los niños tienen hermanos de edades similares, pueden tener la suerte de estar juntos durante los meses de julio y agosto. De hecho, el año pasado hubo dos familias que acogieron a dos niños al mismo tiempo, pero no suele ser lo habitual, comenta María Ángeles Herrero, responsable de ‘Vacaciones en Paz’.

Actualmente, Herrero se encuentra formalizando toda la documentación necesaria para la acogida de los niños y que debe pasar por la Junta de Castilla y León y la Subdelegación del Gobierno. Además, toca programar las actividades conjuntas que realizarán los niños durante estos dos meses de estancia en Burgos y que les permite mantener el contacto permanente. “Son días de mucho trabajo”, reconoce Herrero, que ya cuenta con la confirmación de las actividades más habituales, como el día que pasan en la piscina todos juntos o el que visitan un pueblo. Es esta primera cita la que más les gusta. “Todas las actividades que tengan que ver con el agua les encanta”, reconoce Herrero.

En cuanto a la parte que hace posible que estos niños disfruten de unas vacaciones en paz, las familias, no tienen un denominador común más allá de su solidaridad con estos niños. Son parejas jóvenes, de edad más avanzada, monoparentales… Si bien, reconoce Herrero, durante los últimos años ha sido más difícil conseguir el compromiso de burgaleses dispuestos a acoger a los niños, algo que achaca a los problemas de conciliación familiar que genera el trabajo, más allá de la crisis económica que sí ha podido también tener parte de culpa.

Contacto permanente

Pero ‘Vacaciones en paz’ no termina en septiembre cuando los niños ponen rumbo de vuelta a Tinduf. Las familias burgalesas y saharauis mantienen el contacto que ya han tenido durante los dos meses de estancia de sus hijos en Burgos. Ahora es más fácil gracias la ‘Whatsapp’, explica Herrero, quien comenta que el contacto es permanente y que, incluso, a lo largo del año se organizan dos viajes a Tinduf, para aquellas personas que quieren conocer de primera mano la realidad de los saharauis. Además, este contacto permanente hace que la ayuda que se presta en verano se pueda prolongar a lo largo del año, haciendo envíos de material o medicinas a Tinduf, así como regalos en Navidad a esas familias que se sienten eternamente agradecidas con la generosidad de la Asociación Burgalesa de Amigos del Pueblos Saharaui.