Las Huelgas y el Curpillos, un tándem cargado de historia

La Festividad del Curpillos se vive a los pies de Las Huelgas, lugar en el que religiosos, soldados, políticos y representantes sociales se encuentran con la historia

Nada escapa a la tradición de una jornada en la que la misa del arzobispo y el desfile religioso-militar son los protagonistas

El dispositivo de seguridad ha sido más exhaustivo que nunca, con la presencia del ejército en los accesos al entorno de Las Huelgas

Las Huelgas y el Curpillos, un tándem cargado de historia El pendón de las Navas de Tolosa estuvo custodiado por Manuel Romero, jefe de las Fuerzas Pesadas de Burgos. IAC

La historia y la tradición volvieron a darse cita en uno de los patrimonios nacionales más importantes que posee Burgos. Las Huelgas celebró la festividad del Curpillos con su esplendor habitual, convocando a los principales agentes políticos, religiosos y militares de la ciudad.

Estuvieron prácticamente todos, aunque sorprendió la ausencia del PSOE, que acompañó a Imagina Burgos en la decisión de no participar. Su negativa a que el Ayuntamiento gaste cerca de 70.000 euros en promocionar la festividad del Curpillos en canales nacionales para tratar de conseguir el título de Fiesta de Interés Turístico Nacional pudo ser el principal motivo.

El arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, ofició su segunda misa del Cupillos

Así, tras la protocolaria recepción de autoridades, los invitados a escuchar la misa que oficiaba el arzobispo Fidel Herráez, fueron pasando por un pasillo delimitado por gigantones y gigantillos. Una vez dentro, Herráez volvió a optar por un sermón marcadamente religioso, con mínimas referencias a asuntos más cotidianos.

Nuevamente, la réplica del pendón de la batalla de las Navas de Tolosa volvió a desfilar, portado por Manuel Romero, comandante militar de Burgos, Soria y Cantabria. Gigantones, gigantillos y danzantes anunciaban el inicio de una procesión por el barrio de Las Huelgas.

La primera parada tuvo lugar ante la madre abadesa, al tiempo que se disfrutaba del patio del monumento. Tras un breve saludo y bendición, el arzobispo reanudó la marcha para que los que esperaban fuera pudiesen ver la formación.

Así se ponía punto y seguido a una fiesta que se ha desarrollado con normalidad, aunque bajo unas destacadas medidas de seguridad, dado el nivel 4 de alerta terrorista que tiene activado el país y los últimos acontecimientos registrados en otros países.

Imágenes realizadas por Ismael del Álamo