El Ayuntamiento instala ocho desfibriladores en instalaciones municipales
Los dispositivos llegan a Coliseum, Mercado Norte, Estación de Autobuses, Cívico de Río Vena, Casa de Cultura, Teatro Municipal y Graciliano Urbaneja
Son desfibriladores semiautomáticos, de fácil manejo, intuitivos, y su instalación se completa con formación a trabajadores o usuarios
El desfibrilador es semiautomático y guía al que lo utiliza. PCR
Con el objetivo de extender al máximo posible la creación de espacios cardioprotegidos, el Ayuntamiento de Burgos acaba de instalar ocho desfibriladores en la Casa Consistorial, el Coliseum, el Cívico de Río Vena, el Teatro Principal, la Casa de Cultura de Gamonal, el Centro Socio-Sanitario Graciliano Urbaneja, la Estación de Autobuses y el Mercado Norte. La instalación se cubre con los 15.000 euros reservados para tal fin en los presupuestos municipales de 2017, e incluye formación para 18 trabajadores o usuarios de las instalaciones municipales.
La concejal de Sanidad, Lorena de la Fuente, ha insistido en que la intención del Ayuntamiento es hacer lo más accesibles posible los desfibriladores, que ya están en las cuatro piscinas municipales, El Plantío y el José Luis Talamillo, Policía Local y Bomberos de Burgos. “La parada cardiorrespiratoria es potencialmente reversible”, ha explicado Belén Martín, la gerente de Cemasa, la empresa suministradora. Y el único tratamiento eficaz es el desfibrilador, aunque se juega con el tiempo en contra.
Solo el 36% de los ciudadanos son capaces de detectar una muerte súbita
En el primer minuto tras la entrada en parada existen un 90 por ciento de posibilidades de reversión. De ahí en adelante, por cada minuto que pasa se pierde un 10 por ciento posibilidades de éxito. Por ese motivo, Martín ha insistido en la necesidad de contar con desfibriladores en espacios públicos, dotaciones municipales, instalaciones deportivas, centros culturales y empresas, pues anualmente se dan 35.000 casos de parada cardiorrespiratoria fuera de los centros hospitalarios y, de ellos, el 25 por ciento en espacios públicos.
También en la importancia de formar a la ciudadanía, pues solo un 36 por ciento de los ciudadanos son capaces de detectar una muerte súbita y, de ellos, 1 de cada 4 saben hacer una reanimación. No se requiere de formación sanitaria pero sí en la respuesta ante una parada y en manejo de los desfibriladores. Aun así, Belén Martín ha insistido en que los adquiridos por el Ayuntamiento son muy sencillos, intuitivos y, además, van dando las pautas para que la víctima no sufra daños añadidos.
