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Óscar Blanco, coordinador del Foro de la Cultura de Burgos Alberto Mingueza
«No me veo haciendo el Foro de la Cultura en otra ciudad que no sea Burgos»

«No me veo haciendo el Foro de la Cultura en otra ciudad que no sea Burgos»

Óscar Blanco, coordinador del Foro de la Cultura de Burgos, afirma que mientras haya apoyo institucional y respuesta de la gente el evento se quedará en la capital

Lunes, 5 de noviembre 2018, 08:14

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Son tres ediciones ya las que acumula el Foro de la Cultura de Burgos, una iniciativa arriesgada que nació en 2014 y que ha convertido a la ciudad en un referente nacional del pensamiento crítico. Del 9 al 11 de noviembre, Burgos volverá a llenarse de científicos, filósofos, pensadores, economistas, educadores o deportistas, que engrosarán la lista de los 140 ponentes que ya han pasado por la cita bienal, con más de 30.000 asistentes.

Hablamos con Óscar Blanco, coordinador del Foro de la Cultura, sobre esta tercera edición en la que se abordará la relación entre la tecnología y el humanismo.

-El Foro de la Cultura cumple su tercera edición, ¿se esperaban llegar tan lejos?

Cuando empezamos, las expectativas eran hacer una buena primera edición. Nunca nos hemos planteado el Foro de la Cultura más allá de la edición presente. En 2014, se superaron todas las expectativas. Y la segunda edición, en 2016, fue un punto de inflexión. Conseguimos hacer una edición más asentada y, fruto de ella, estamos en la tercera. Creemos que hemos conseguido realizar el mejor programa, de consolidación del Foro, arriesgado, muy valiente y que va a sorprender.

-Pese a todo, ¿tienen expectativas de continuar con una cuarta o una quinta edición o nos enfrentamos a un programa redondo?

Lógicamente. Cuando se acaba una edición siempre se dice eso de 'ya estamos pensando en la siguiente edición', que a mí me hace mucha gracia. En nuestro caso, el Foro nos deja tan exhaustos que necesitamos un tiempo para pensar en el siguiente. Nos encantaría hacer cuantas más ediciones mejor pero, personalmente, no me gusta hacer las cosas como una máquina de rosquillas. Cuando acabe esta edición, si sale bien, pensaremos en una temática nueva, en un formato nuevo... pero siempre creciendo. Intentamos huir de aquellos formatos encorsetados y que se repiten año a año. Si tenemos cosas que contar, estaremos encantados de hacer una cuarta edición.

«Creemos que hemos conseguido hacer el mejor programa, arriesgado, valiente y que va a sorprender»

-¿Cuáles son las claves del éxito?

Sin sonar pretencioso, uno de los éxitos es haber creado un encuentro, que viene a ser un pequeño oasis de reflexión. En una sociedad en la que se vive tan acelerado, con pocos espacios para pensar, compartir experiencias... no lo había. Hemos ocupado un espacio, que estaba vacío, y hemos conseguido que Burgos se conozca como una ciudad por la que pasan pensadores, humanistas de todo el mundo, para hablar sobre los retos del futuro. Otra de las claves ha sido organizar este proyecto en Burgos. Siempre he apostado por las ciudades de provincia, pues es donde mejor se puede establecer un diálogo con el ciudadano. Este tipo de proyectos, en ciudades muy grandes, pierden su esencia.

¿La gente está deseosa de tener esos espacios de reflexión o no somos conscientes de que los hemos perdido?

No creo que esté deseosa, ojalá, ya me encantaría a mí. Sin embargo, en Burgos hemos llegado a organizar mesas redondas a las diez de la mañana de un sábado con tres filósofos, que no les conocía ni el 10% de los que asistieron, y teníamos la sala llena. Esto me reconcilia con la sociedad. Hay gente que está esperando este tipo de encuentros. Una de las cosas buenas que ha conseguido el Foro es que la gente vaya a escuchar a personas que no conocen, que ni les suena el nombre. Ojalá la gente esté deseando escuchar nuevas voces para transformar la sociedad. Estamos muy lejos de eso, pero espacios de este tipo, que se alejan del mundanal ruido, ayudan mucho.

-Una de las señas de identidad del foro son las combinaciones de personajes, arriesgadas

Es muy complicado, pero es parte del éxito. Este año tenemos a Ginés Morata, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica, con Vicente del Bosque, en una mesa de debate en la que se hablará sobre los dioses. Ginés Morata, desde el punto de vista científico, de la inmortalidad y las creencias religiosas. Del Bosque, desde el trato que ha tenido con supuestos dioses como son los jugadores de fútbol. Estas cosas alocadas nos interesan mucho, porque normalmente existe cierta endogamia temática, no se produce debate. Pero si juntas a ponentes diferentes, tienes una visión más enriquecedora. Es un reto, que no siempre funciona. Lo complicado es juntar a María Blasco y Aubrey de Grey, dos formas de ver la mortalidad completamente opuestas, como en esta edición del Foro de la Cultura.

«Este tipo de proyectos, en ciudades muy grandes, pierden su esencia»

-¿Esta mesa redonda será la más loca del programa o hay alguna otra que, cuando se ha planteado han pensado que se les había ido de las manos?

Siempre queremos crear momentos únicos. Queremos sacar a los ponentes de su zona de confort para que los espectadores vean algo que no han visto nunca. El domingo 11, en la mesa sobre educación hay dos realidades completamente diferentes: Inger Enkvist, que ha escrito artículos defendiendo un tipo de educación a la antigua usanza, muy alejada de las nuevas corrientes que priman la autonomía del niño. Y David Cuartielles, que defiende la educación a través de la tecnología y la creatividad. Para nosotros es importante que haya visiones diversas.

-¿Cuál es el personaje que os ha costado más convencer y, al contrario, quién casi se ha autopropuesto?

El primer año fue una locura. Cuando ibas a hablar con Antonio López, el pintor, y le decías que le ibas a sentar con Carlos Amigo y con Rafael Moneo pues... era muy marciano. Pero aceptaron y fue un éxito. Afortunadamente ahora, sin ser pretencioso, la gente conoce el Foro de la Cultura y tiene muchas ganas de venir. Otra cosa es que sus agendas se lo permitan. El 60% de los que vienen está cerrados desde hace 14 meses. La persona que cambió el foro fue Zygmunt Bauman, el sociológo polaco. Fue increíble. Estuve más de un año intentado convencerlo. En esta edición, el destacado es Richard Stallman, que llevamos cuatro años detrás de él. Posiblemente sea el ponente que más nos ha costado traer y del que más orgulloso estamos.

-¿Y lo contrario?

No voy a negar que tenemos propuestas, tampoco voy a decir que hay codazos, pero sí gente que quiere venir. Nos llaman editoriales de todo el mundo, recibimos muchas peticiones de embajadas, instituciones... Nos agrada mucho pero también nos pone nerviosos. Todo lo que se hace se cuida mucho. Los temas de debate para cada mesa, los ponentes, el contacto entre ponentes o con la organización... Es muy importante que sepan a dónde vienen, a qué público se dirigen, con qué ponentes se van a sentar, de qué se va a hablar...

«Queremos crear momentos únicos, que el ponente sienta también una experiencia única»

-¿Coordinado pero no dirigido?

No, no. Nosotros queremos que se digan cosas diferentes a las que los ponentes han dicho en citas previas. Les forzamos a que nos sorprendan. El ponente tiene que sentirse también en una experiencia única.

-Como novedad, este año han puesto en marcha los laboratorios ciudadanos. Una forma de acercar el Foro a los burgaleses, ¿por seguir implicados en Burgos o porque han notado cierta desconexión?

Por las dos cosas. Para nosotros, implicar a la ciudadanía de Burgos ha sido un reto y admito que en la primera edición no lo conseguimos. Burgos Experimenta viene a ser una continuación de activaciones y de tecnologías ciudadanas; estamos muy orgullos del proyecto, también nerviosos porque es complejo. Tenemos más de 30 proyectos presentados y estamos consiguiendo que los burgaleses puedan participar en los laboratorios ciudadanos que contribuyen a mejorar la calidad de vida de las ciudades.

-Habla de la vinculación del Foro de la Cultura con Burgos, ¿han recibido ofertas para organizarlo en otra ciudad?

Sí.

-¿Lo contemplan?

Estoy encantado con Burgos, a pesar de las penurias del primer año. Ahora mismo, no lo contemplo. Solo llevamos tres años, con todo este esfuerzo, no me veo haciendo el Foro en otra ciudad. Eso sí, para hacerlo en Burgos necesitamos apoyo institucional, público y privado (de lo cual no podemos estar más contentos). Si eso eso se mantiene, unido a la respuesta del público, no veo ningún motivo para sacarlo de Burgos. A mi no me apetece replicar el Foro en otras ciudades, porque son modelos que se pueden agotar y exigen un esfuerzo enorme. Este año vamos a organizar una actividad paralela en la Fundación Telefónica. Eso sí, porque permite promocionar el Foro, da una visibilidad enorme y nos abre muchas puertas, pero siempre bajo la marca Foro de la Cultura de Burgos. El Foro de la Cultura está adquiriendo unas dimensiones enormes y espero que la gente sea consciente de ello.

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