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Imagen de las terrazas en verano BC
Los hosteleros alegan contra la ordenanza de terrazas, «restrictiva y punitiva»

Los hosteleros alegan contra la ordenanza de terrazas, «restrictiva y punitiva»

La Federación ha presentado sus alegaciones al texto, criticando que el Ayuntamiento vea las terrazas como un «obstáculo vial»

Jueves, 7 de febrero 2019, 20:30

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Cara y cruz de la ordenanza de terrazas. La Federación Provincial de Empresarios de Hostelería y Ecologistas en Acción han presentado alegaciones contra el documento, que tramita el Ayuntamiento de Burgos. Y, si bien la organización ecologista lo ve «positiva», confiando en que se cumpla en su totalidad, mientras que los hosteleros la califican de «injustificadamente restrictiva y significativa punitiva».

En el escrito registrado por la federación se critica que el Ayuntamiento entienda las terrazas más como un «obstáculo vial» que como una atracción turística y fuente generadora de riqueza y empleo. Y, aunque entienden que deben prevalecer los derechos de los peatones, estos deben ser compatibles con los intereses del sector, y sus clientes.

«Es tal el cúmulo de limitaciones, prohibiciones y condicionantes, así como la injustificada acumulación de obligaciones y alto coste económico», recoge el escrito de alegaciones, que su aplicación estricta «no compensará al empresario la instalación de terraza alguna». Y una vez más el colectivo afirma que desaparecerán terrazas, se perderán 3.000 mesas y puntos de fumador y se dejará de contratar a 800 trabajadores.

La alegaciones de los hosteleros critican, en su mayor parte, la aplicación general de restricciones y limitaciones, sin tener en cuenta casuísticas particulares. También, que se trate de manera diferente a los hosteleros de Gamonal frente a los del centro histórico, generando un «agravio comparativo»; o que se incluya en el centro histórico calles uqe no lo son, como Avenida de la Paz o Calzadas, con las restricciones típicas de esa zona particular.

Ubicación de las terrazas, número de mesas, puntos de fumador, distancias mínimas, aperturas de pasos para peatones, colocación de protecciones laterales, diseño de «corralitos»... las quejas de los hosteleros abordan prácticamente todos los puntos de la ordenanza municipal, para la que piden más flexibilidad y propuestas adaptadas a necesidades concretas.

El colectivo insiste mucho en que se han hecho importantes inversiones en mobiliario, equipamiento o terrazas permanentes que, ahora, podrían no rentabilizarse. Asimismo, recuerdan que las terrazas permanentes fueron promovidas por el Ayuntamiento, así que «resulta gravemente doloso que, de forma injusta y arbitraria, se les pretenda retirar la autorización en el plazo de un año, produciéndose un quebranto económico importante». De ahí que soliciten que las licencias en vigor se prorroguen entre 5 y 7 años.

Finalmente, la Federación de Empresarios de Hostelería ha lamentado que no se haya contado con ellos para la elaboración de la ordenanza municipal y afirman que «en ningún momento la Federación se ha reunido ni ha consensuado» el texto, ni ha nombrado a ningún técnico medidor, extremo que vienen denunciando en los últimos meses y que niegan desde el Ayuntamiento.

Un paso adelante

Y mientras los hosteleros plantean cambios de peso en el documento, Ecologistas en Acción espera que «en su redacción final no se dé ningún paso atrás» y que la nueva ordenanza entre en vigor lo antes posible. Se trata de un texto «positivo», que pone orden en un espacio público ocupado por las terrazas y mesas para fumar que, en muchos casos, «suponían una limitación importante en la movilidad urbana» e, incluso, un «obstáculo insalvable» para personas con problemas de movilidad.

La organización valora que el texto regule distancias, de conformidad con la normativa de supresión de barreras arquitectónicas, e insiste en que las propustas «no son una decisión arbritraria del Ayuntamiento». Eso sí, asegura que «hay que limar algunas incertidumbres» y atajar el problema de las terrazas permanentes, que deberían regirse por los mismos criterios que el resto de elementos, y «no deberían de ser de uso permitido en espacio público común».

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