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Los clientes regresan al interior de los establecimientos
Los comerciantes y hosteleros esperan que no haya más cierres a causa de la pandemia y reivindican la seguridad de los establecimientos
Han sido dos meses muy duros, en los que el trabajo en las terrazas no ha compensado la caída de la facturación en el interior de los locales, pero hoy, al fin, los hosteleros de Castilla y León en general y Burgos en particular han podido reabrir el interior de sus establecimientos y regresar, aunque sea con limitaciones, a algo más parecido a la realidad.
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La buena evolución de los datos epidemiológicos en las últimas semanas motivó a la Junta de Castilla y León a levantar una de las restricciones que más polémica ha generado desde que estalló la pandemia. Y es que, tal y como han comentado en numerosas ocasiones los portavoces del colectivo hostelero, en los últimos meses se han sentido «señalados».
En todo caso, hoy han regresado los cafés y las cañas al interior de los locales, aunque con limitaciones de aforo (33%), la prohibición de consumir en barra y la obligación de llevar mascarilla mientras no se consuma. Un ambiente raro que, eso sí, ha sido bien recibido.
Así lo reconoce Laura, de la Cafetería Lago, quien asegura entre cortado y cortado que ya «tenía muchas ganas de tratar al cliente cara a cara». En su caso, la jornada ha estado animada, aunque muchos clientes entraban con ciertas «dudas». La pregunta ahora, insiste, es «cuánto va a durar esta situación».
Una pregunta que se hacen también muchos otros hosteleros. Ese es el caso de Claudia, de la cafetería Trastero. «Ojalá que no nos vuelvan a cerrar, pero a ver cómo va la cosa», aseguraba con cierta resignación mientras servía un café y charlaba con una clienta habitual que afirmaba que ya «tenía ganas» de sentarse con tranquilidad en una mesa en el interior y escapar así de las inclemencias meteorológicas de Burgos. Y es que, subraya Claudia, «las terrazas no están mal, pero no son la solución» para la hostelería en la ciudad del Arlanzón.
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Una impresión muy similar comparte Cristofer, del Plan B. «Nosotros tenemos dos terrazas con varias mesas y hemos conseguido sacar trabajo, pero no es lo mismo». En este sentido, Cristofer reivindica la seguridad del sector. «La hostelería no es el problema. Nosotros controlamos a los clientes, limpiamos las mesas, mantenemos las distancias y cumplimos las normas», insiste. Por eso, añade, «esperamos que no nos vuelvan a cerrar. Sería la ruina total para muchos negocios, sobre todo los más pequeños».
También en los centros comerciales
Con todo, la flexibilización de las restricciones también ha llegado hoy a otros sectores, como el de los establecimientos ubicados en el interior de centros comerciales, que tras casi dos meses sin poder trabajar hoy han podido levantar las persianas. Y en algunos casos, la jornada ha estado animada.
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Ese es el caso de la tienda de ropa deportiva Polinesia, en el centro comercial Camino de la Plata. «La verdad es que el primer día ha estado bien. Se ha juntado mucho cambio de ropa que se había quedado colgada de Navidad y ha habido buena facturación», explican Andrea y Sara al tiempo que reconocen que estos dos meses han sido duros. «Hemos sufrido tres cierres. Al principio te lo tomabas con resignación, pero al final, lo que quieres es trabajar», subrayan al tiempo que confían, como el resto, que no haya más cierres.
Una confianza que también comparte Álvaro, de la tienda de regalos They. «Ya tenía muchas ganas de volver a trabajar. Al final, estás en casa y no sabes qué hacer. Espero que durante estas semanas la gente no se mueva mucho y acelere la vacunación. A ver si salimos de esta».
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