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Burgos registró este pasado jueves el fallecimiento de dos de sus vecinos. María Concepción Burgos, de 66 años, y César Gutiérrez Moliner, de 67, eran encontrados sin vida en sus respectivos domicilios en un intervalo de tiempo menor a las 24 horas. Sus nombres se suman, aunque con matices, a unos casos que son cada vez más frecuentes, los de la muerte en soledad. Los bomberos reconocen que es habitual realizar salidas para rescatar a personas que viven solas y han tenido alguna dificultad en su vivienda. Por desgracia, a veces una caída puede ser fatal si no hay nadie que les ayude a tiempo, explican.
Eso sí, cada caso tiene notables diferencias. En el de María Concepción, que fue encontrada después de llevar varios días fallecida -algunos vecinos apuntan incluso a más de dos semanas-, estaba jubilada y vivía sola en el tercer piso del número 18 de la calle de la Paloma.El fuerte olor que desprendía la vivienda alertó a los vecinos y finalmente el miércoles se decidieron a llamar al 112 para advertir de la situación. Fuentes policiales apuntan a que habría sufrido un accidente doméstico, no pudo pedir ayuda y acabó pereciendo.
Los bomberos tuvieron que entrar por la ventana porque la puerta estaba cerrada con llave. El hedor era tan fuerte que tuvieron que hacerlo con las mascarillas puestas. Una vez accedieron a la vivienda pudieron identificar a una mujer fallecida. Minutos más tarde, un médico de Atención Primaria confirmó el fallecimiento de la mujer.
Hacía días que no se la veía por el barrio y era una mujer que se hacía notar en la pequeña comunidad de vecinos. Todos ellos coinciden en señalar en que tenía una difícil convivencia. María Concepción solía salir a diario por el barrio y en los establecimientos próximos la recuerdan perfectamente.
Llevaba unos años viviendo en Burgos, aunque trabajó en Madrid como bibliotecaria. María Concepción tenía dos hermanas y un hermano; este último la visitaba habitualmente. Sin embargo, en esta ocasión no acudió a la vivienda en días, o al menos no apreció que su hermana pudiera estar en problemas.
A César un infarto le sorprendió en el sofá de su casa, en la travesía del Mercado, 5. El procurador de 67 años fue encontrado después de que no respondiera al teléfono en varias ocasiones. Los vecinos comentan que esa mañana se oía el teléfono sonar, pero no lo descolgaba. Bomberos, Policía Nacional y Emergencias Sanitarias se presentaron este pasado jueves en su domicilio y accedieron cuando no se podía hacer nada por salvar su vida.
César ejercía con pasión su profesión, que compartía con tres de sus hermanos, aunque uno de ellos había fallecido hacía unos diez años, también de muerte natural.
En su caso, falleció horas antes de ser encontrado. De hecho, tenía que acudir a un juicio esa misma mañana y sorprendió su ausencia. Además, al contrario que en la situación de María Concepción, los vecinos y quienes le conocían coinciden en que era una persona muy sociable y con un amplio círculo de amistades al que un infarto le segó la vida.
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