Silencio y repicar de campanas como homenaje a víctimas y 'héroes' de la pandemia

El repique de campanas tocaba para llamar a 'atención', sin embargo, hacía ya un par de minutos que en la Plaza de Santa María el silencio era absoluto. La sobriedad acompañada de las mascarillas y el distanciamiento físico se erigió protagonista del homenaje a las víctimas de la covid-19 que las Federaciones de Hostelería y Comercio de Burgos, Aranda y Miranda han organizado para la mañana del sábado.

Fernando de la Varga, presidente de la Federación de Empresarios de la Hostelería de Burgos, agradecía la presencia de homenajeados, autoridades y medios a la cita. «Es un testimonio que queremos trasladar, la calle quiere manifestarse para agradecer a los homenajeados que son los que de alguna forma nos han permitido que hoy estemos aquí y podamos ver el futuro con optimismo», ha declarado. Añadía además que aunque se ha «ganado la primera batalla» no hay que olvidar que «la guerra continúa contra la covid-19».

Hacía también una llamada a la unidad, para que «entre todos podamos tirar para adelante», en un futuro que se presenta incierto, con tiempos «confusos y difíciles, sin saber a qué nos enfrentamos». De la Varga ha explicado que el sector hostelero afronta la situación «con muchas dudas», con el sector del turismo que no acaba de despegar y el miedo instalado en una parte de la sociedad hace que se agrave aún más el hecho de tener que enfrentarse a «una situación desconocida».

«No sabemos cómo va a ser el otoño o el invierno y eso genera desconcierto. Cualquier mínima ayuda, por pequeña que sea, será agradecida y la vamos a potenciar al máximo, pero siempre desde la prudencia, el hostelero es el primero que tiene que dar esa tranquilidad, esa imagen y ese cumplimiento de las normas sanitarias, porque es por ahí por donde vamos a salir de esta», sentenciaba.

Por su parte, Consuelo Fontecha, presidenta de la Federación de Empresarios del Comercio de Burgos, también quería incidir en que el acto se había organizado «para agradecer a todos los que han estado en primera fila exponiendo su salud y poniendo su esfuerzo a salvar una situación complicada para todos».

Sin olvidar, que el homenaje debía servir también para tener «un recuerdo para las víctimas y acompañar a los familiares que han perdido a un ser querido de una manera difícil, sin poder estar con ellos en los últimos momentos».

En cuanto a la situación del sector, Fontecha ha afirmado que no se han quitado todavía «la incertidumbre de encima». «Parecía que la vuelta a esta nueva normalidad nos iba a ayudar a tranquilizar los ánimos, pero está claro que entre que la situación está complicada y los rebrotes que hay a nivel nacional no podemos estar tranquilos», ha finalizado.

Las autoridades también estuvieron presentes en el reconocimiento. Daniel de la Rosa, alcalde de la ciudad, manifestó su agradecimiento a los organizadores del homenaje. «Lo han organizado los dos colectivos que seguramente hayan sido más afectados por el estado de alarma, puesto que la hostelería como buena parte del comercio estuvieron prácticamente cerrados dos meses», ha recordado.

«Entre todos estamos batallando para concienciar a una ciudadanía que tiene que saber que todavía la guerra no está ganada. La pandemia continúa, ahora mismo estamos sufriendo rebrotes en todas las comunidades y Burgos probablemente no va a ser una excepción, tarde o temprano es probable que tengamos un brote y de no ser controlado es posible que volvamos hacia atrás, hacia las fases previas al estado de alarma, al confinamiento. No tengo por qué decirlo para asustar a nadie, es para que la gente sepa a qué nos vamos a atener si no cumple con las medidas sanitarias», ha manifestado.

A las 12:00 en punto las campanas daban inicio al homenaje. Con el sol acompañando a los presentes y también a los curiosos y turistas que desde las escaleras de la Plaza de Santa María se unían de manera sincera al silencio.

El primero de estos minutos de silencio estaba destinado a reconocer y agradecer a todos los sectores que han hecho posible superar la situación, el segundo para reconocer y homenajear a los afectados y fallecidos

Después, más silencio. Sobriedad. Un nuevo repicar de campanas, esta vez a difunto, recordaba a los que ya no están. 217 personas en los hospitales burgaleses. 281 personas de las residencias de mayores de la capital y provincia. Casi 30.000 vidas a nivel nacional.