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Tal vez algunos no se hayan enterado, pues la tormenta ha sido selectiva y no se ha dejado notar en toda la ciudad. Sin embargo, pasadas las cuatro de la tarde caía una importante tromba de agua que ha anegado calles y rotondas, provocando situaciones un tanto cómicas y, cómo no, también algo peligrosas.
Así, la Glorieta de Bilbao se ha convertido en una piscina, sobre todo en el acceso desde la Avenida de Castilla y León. Y también se han producido importantes acumulaciones de agua en el G-3, por ejemplo, en la rotonda de la Avenida de Islas Canarias con Condesa Mencía. Ha sido poco tiempo pero la lluvia ha dejado su impronta, pues los sistemas de alcantarillado no han sido capaces de evacuar todo el agua caída en un momento.
Burgos continúa en aviso amarillo por fuertes tormentas, que incluso podrían ir acompañadas de granizo, hasta última hora de la jornada. Y, de momento, el Servicio de Emergencias de Castilla y León 112 y los bomberos han tenido que atender numerosas llamadas por ramas caídas y desprendimientos de cornisa, menos de inundaciones.
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