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Felipe VI con el príncipe heredero y el rey saudí, Salman bin Abdulaziz, en el palacio Al-Yamamah. Saudi Press Agency
Un embargo a la venta de armas a los saudíes pondría en peligro cientos de empleos en Castilla y León

Un embargo a la venta de armas a los saudíes pondría en peligro cientos de empleos en Castilla y León

Los trabajadores de Grupo Maxam en Burgos expresan su «preocupación e inquietud» y lamentan que solo se hable de los empleos de Navantia en Cádiz

El Norte

Valladolid

Jueves, 1 de enero 1970

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El Gobierno de España, con su presidente a la cabeza, actuará «con responsabilidad» y seguirá vendiendo armas a Arabia Saudí, pese a las presiones internacionales para que deje de suministrar armamento al régimen responsable del asesinato del periodista Jamal Khashoggi. El argumentario estatal se sustenta en la defensa de los intereses de España, con la fabricación para el país de Oriente Medio de cinco corbetas por 1.800 millones, para sostener 6.000 empleos en los astilleros de la Bahía de Cádiz.

Sin embargo, el alcance de un embargo a la venta de armas a los saudíes iría mucho más allá y afectaría de pleno a toda la industria armamentística española, con especial incidencia en Castilla y León y, en particular a la provincia de Burgos. Los datos de comercio exterior de la comunidad, revelan que el año pasado, se exportaron productos a Arabia Saudí por 87,1 millones de euros, de los que más de 69 millones correspondieron a armas y municiones, es decir, prácticamente el 80% total.

El negocio con este país petrolífero se sigue sustentando este año en la venta de armamento, ya que en los ocho primero meses del año, hasta agosto, Castilla y León envió estos productos por valor de 52,5 millones de euros, de los 70,7 de exportaciones totales, es decir, supusieron el 75% del total.

Arabia Saudí ocupa el puesto 26 en el ranking de países a los que exporta Castilla y León, prácticamente al mismo nivel que Argentina, con un volumen muy similar al de 2016. El peso global en las ventas al exterior de este país es del 0,5 por ciento. Con carácter residual, la autonomía exportó el año pasado a Arabia Saudí también 3,2 millones en productos de las industrias químicas; y otros 3,1 de animales vivos y productos del reino animal, entre otros. Las importaciones desde el destino saudí apenas sumaron 2,6 millones en su conjunto durante el año pasado.

Los datos facilitados a Ical, por la Dirección General de Estadística de la Junta revelan también que frenar las exportaciones a Arabia Saudí afectaría principalmente a la provincia de Burgos. Un territorio de Castilla y León que vendió a los saudíes productos durante el pasado año por más de 76 millones de euros, el 87 por ciento del total de las exportaciones de Castilla y León a ese destino.

El impacto en la provincia responde a que uno de los mayores grupos empresariales de defensa que operan en España, el Grupo Maxam, cuenta con fábricas en Páramo de Masa (Burgos), entre las que están Expal Ordnance, líder del sector de municionamiento y explosivos militares en el conjunto nacional y un de los principales a nivel europeo.

El coordinador estatal de UGT en el Grupo Maxam, Roberto Pérez, destacó que están «preocupados» ante los últimos acontecimientos que se han producido y han transmitido a la dirección de la compañía su «inquietud», porque una decisión en sentido contrario puede poner en peligro cientos de empleos en la provincia.

Roberto Pérez expuso a Ical, que están hablando de «numerosos» empleos, en torno a 300 en la unidad de defensa militar, donde se emplea bastante personal eventual dependiendo de la cadencia de los pedidos desde numerosos destinos. Pérez también explicó que junto a la planta de municiones militares, la compañía también cuenta con otro centro en Burgos para explosivo civil a granel, del que no se habla, con unos 100 empleos, que también se pueden ver afectados por decisiones como el cierre de la minería.

El representante sindical recalcó que todo el empleo está sujeto a este tipo de cuestiones, y las plantillas tienen trabajadores fijos y temporales para cumplir los pedidos, que dotan de «estabilidad». Así, constató que dependiendo de los presupuestos, las plantillas varían, así como la estructura entre fijos y temporales en un 50-50, 60-40 o 60-30 por ciento.

El coordinador de UGT, sindicato «mayoritario» en el comité, también incidó que «se oyen muchas tonterías» sobre lo que en estas plantas de armamento se «hace o se dejan de hacer» y rechazó que les señalen como una actividad «oculta» porque «nada más lejos de la realidad». «Hay una transparencia dentro de la particularidad de la actividad a la que se dedica la empresa. Aquí no se hace nada que no esté supervisado, llevamos años y somos centenarios dedicándonos a esto», defendió.

Preguntado por si moralmente está de acuerdo con la venta de munición a estos países, expuso que esa es una cuestión del ámbito personal y que en su papel como representante de los trabajadores, su obligación es defender el empleo. «Hacemos lo que hacemos pero el empleo es el empleo», resumió.

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