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Pacientes en una sala de emergencia habilitada en un hospital de Fort Riley, de Kansas (EE UU). ::

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Pacientes en una sala de emergencia habilitada en un hospital de Fort Riley, de Kansas (EE UU). :: AP

La gripe que 'atacó' a dos tercios de la población vallisoletana en 1918

La sanidad actual está preparada asistencialmente para una pandemia pero España carece de fábrica de vacunas

Ana Santiago

Valladolid

Jueves, 1 de enero 1970

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El número de infecciones superó los 500 millones de personas, con 50 millones de fallecimientos; entre el 3% y el 5% de la población mundial de principios del pasado siglo. En solo dos años, la pandemia de gripe de 1918 aún sobrepasa las muertes causadas por el Sida desde que comenzara en los años 70 hasta la actualidad. Devastadora. La mayor crisis sanitaria de todos los tiempos.

Y más pandemias son esperables. La cuestión es que «estamos más preparados en diagnóstico, tratamientos, seguimiento y control; lo que no sabemos es cuando va a ocurrir», destaca el doctor José María Eiros, jefe del Servicio de Microbiología del Río Hortega y catedrático de la especialidad en la Facultad de Medicina de Valladolid.

La historia, su rastro recoge, desde el siglo XVI, 57 pandemias documentadas. Se repiten cada cierto tiempo y mientras en el siglo XX se registraron tres –1918, 1957 y 1968–; en el presente XXI solo la de 2009 y fue más leve de lo esperado aunque «la alerta de la OMS fue adecuada»; pero «nos sirvió para contar con más tecnología y preparación. Siempre hay riesgo de otra pandemia», apunta también el doctor Iván Sanz Muñoz, responsable del Centro Nacional de la Gripe de Valladolid.

Hace cien años creían enfrentarse a una bacteria y carecían de prevención

La cuestión es si estamos organizados para afrontar una fuerte crisis. «Si aparece otra pandemia, estamos más preparados para identificar mejor su expresión, controlar con eficacia y velocidad los casos; producir vacunas de forma mucho más eficiente; contamos con antibióticos de alto espectro de acción para tratar las complicaciones y antivirales específicos –oseltamivir, zanamivir y peramivir–; así como medidas de soporte como la ventilación mecánica o la fluidoterapia en la UCI que permiten afrontar mucho mejor cualquier epidemia de gripe», repasa el doctor Eiros.

Sin embargo, y ya se apuntó así sobre todo desde la voz de expertos en 2009, España no tiene fábrica de vacunas –sigue sin industria al respecto– y depende de su adquisición fundamentalmente a Francia. Supone que una crisis y mayores necesidades de producción dejarían al país a la cola del suministro.

La 'mal llamada'

El virus influenza de 1918, que mató más que todas las guerras del pasado siglo juntas, al menos ha logrado ya el añadido previo de 'la mal llamada' gripe española. Tal desafortunada calificación, que probablemente no abandonará nunca a la gran pandemia, obedece al consabido ocultamiento de información. Como España fue un país neutral durante la I Guerra Mundial, la prensa española informó detalladamente sobre la epidemia, mientras que los medios de comunicación de los países beligerantes estaban sujetos a una estricta censura militar y no podían informar sobre estos hechos. De esta forma, las noticias solo aparecían en los diarios españoles dando la impresión de ser el único país afectado por la enfermedad y el lugar en el que se originó cuando, sin embargo, afectó a todo el planeta, solo se libró la Antártida y no se originó en España. De ahí, aclara Iván Sanz, el que se considere pandemia al ser su propagación mundial.

El Norte de Castilla ya fue testigo entonces de la evolución de esta enfermedad e informaba cada día de las defunciones y del 'número de invasiones' o de las medidas, acertadas, de separar sanos de enfermos y de las rogativas a la Virgen de San Lorenzo. El Norte recogía la circular a este respecto de la Junta provincial de Sanidad en octubre de 1918.

Rogativas a la Virgen de San Lorenzo, como medida

El Norte de Castilla fue testigo de aquella pandemia gripal con informaciones prácticamente diarias. Ya, en septiembre de 2018, recogía los primeros casos y tachaba de «fantasía popular» la transcendencia que ya tenía en las calles. Después, el diario repasaba en cada edición el número de muertos, al menos una docena diarios en Valladolid o 1.713 en solo seis días en Barcelona. Las autoridades sanitarias aconsejaban separar sanos de enfermos y las páginas recogían publicidad con desinfectantes para hacer frente a la gripe. En sus páginas detallaba que «los periódicos llaman a la epidemia 'el otro enemigo' o que, en Medina del Campo, no dejaban entrar franceses. La portada de arriba, del 13 de octubre de 1918, constata 19 muertos del día anterior y repasa las medidas adoptadas, fundamentalmente «las rogativas solemnes a la Virgen de San Lorenzo, trasladada profesionalmente a la Catedral para fortalecer los ánimos». La buena noticia de las lluvias, beneficiosas frente al mal, acompaña la información. La esquela, es de una portada del 1 de diciembre, que recoge la muerte por gripe de seis médicos de pueblos: San Miguel del Arroyo, Corcos, Cogeces y Megeces, Encinas de Esgueva, Olmedo y Villafrades.

En Valladolid, repasa Eiros, «comenzó en Medina del Campo, un foco de entre mediados de septiembre y octubre de 1918, en los cuarteles, contagiados por las tropas nacionales, y se expandió mucho en las ferias, autorizadas, de San Mateo entre los días 17 y 27 de septiembre que facilitaron su propagación. El último día se reunió de nuevo la junta provincial sanitaria y decretó oficialmente que había una epidemia. Valladolid fue la primera provincia que declaró la existencia de la misma.Cerraron teatros, salones de baile, cines y conciertos de café para evitar 'más atacados'. Pero la recomendación del Ministerio de Sanidad de impedir las aglomeraciones no se siguió bien en toda España para «no suspender la vida social y económica de la población» y para evitar «la desolación y el pánico», recoge el libro sobre este centenario en el que Eiros comparte autoría con Rosario Bachiller y Alberto Pérez Rubio. En Ávila, las autoridades prohibieron la concurrencia en mercados cerrados, asambleas y otras celebraciones. En Madrid se ordenó la desinfección de viajeros, equipajes, vagones y del Congreso y el Senado y el 'baldeo de aceras, calles y alcantarillas con agua de hipoclorito de cal'. Su letalidad fue de entorno al 3%, variaba según zonas –en Samoa el 16% de la población desapareció en 14 días– frente al 0,01% de los brotes actuales –recuerda Eiros– y tuvo tres oleadas hasta el año 1920.

El futuro se centra en el desarrollo de una vacuna universal que tendría potencialmente la capacidad de prevenir una cepa tan devastadora

Repasa este microbiólogo la descripción del inspector sanitario del pasado siglo, Román García Durán, en su Memoria Descriptiva sobre la Epidemia en Valladolid: «Su difusión fue tan grande que no creemos pecar de exagerados al decir que, en Valladolid, la pasaron dos terceras partes de la población».

La mal llamada española se inició en realidad en Estados Unidos, probablemente en Kansas donde había muchas granjas porcinas; pero tal vez por una interacción o foco proveniente de las aves desde China, primero migratorias luego domésticas. Su reservorio es animal, aviar, y termina por afectar al ser humano, repasan Eiros y Sanz. En realidad es una zoonosis.

La enfermedad y su historia, en el Museo de la Ciencia de Valladolid

El Hospital Clínico, Centro de Referencia Nacional de la Gripe, organiza con la Universidad, el CSIC y el Museo de la Ciencia unas jornadas para repasar la historia de la 'gripe española', nuevas y viejas amenazas, consejos para la vacunación y cómo diferenciar un resfriado de esta enfermedad vírica, entre otros temas. Las jornadas se celebrarán cada martes, desde este día 23 de octubre –el mismo día en que comienza la campaña de vacunación– hasta el 13 de noviembre, y estarán destinadas al público en general, hasta completar el aforo del Auditorio del Museo de al Ciencia. Permitirá conocer de la mano de especialistas como José María Eiros, Raúl Ortiz de Lejarazu, Iván Sanz Muñoz, Sonia Tamames, Jesús Ávila de Grado o IsraelSánchez Lite aspectos sobre este virus y su patología, los dos primeros martes y sobre el alzheimer y la radiografía, los dos últimos.

Por otro lado, el 25 de octubre, la Facultad de Medicina también dedicará una jornada a la gripe pero destinada al personal sanitario.

Los médicos de principios del XX se enfrentaron a una pandemia de 'grippe' como se escribía entonces manteniendo su denominación francesa ('agacharse', 'acurrucarse' o también 'temblar de frío' y 'encontrarse mal') sabiendo que era una patología respiratoria; pero creían que se enfrentaban a una bacteria y no a un virus. «Se logra aislar por primera vez en la historia, en 1933, la gripe A; en 1936, el tipo B y en 1950, el C» y la primera vacuna fue en 1945. La gripe alterna cada año brotes epidémicos con otros que afectan a zonas más extensas. Su actividad habitual en la actualidad es debida a la deriva antigénica de los virus A (subtipos H1N1 y H3N2) y B, en sus dos linajes y genera un impacto en los meses fríos. El reto, mejorar la cobertura vacunal, insisten los especialistas.

Cien años han dotado al conocimiento científico de la posibilidad de aislar el virus y de diseñar vacunas. Ahora, el paso sería conseguir la vacuna universal «que tendría potencialmente la capacidad de prevenir la circulación de una cepa devastadora similar a la de la pandemia de 1918. Configuraría una protección duradera frente a todas las variantes de los virus de las gripes A y B», explica el doctor Eiros.

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