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Marcos y Rubén, en el trayecto entre Aranda y Peñaranda. Susana Gutiérrez
«Sufrimos sustos continuamente, hay que pensarse mucho el salir»

«Sufrimos sustos continuamente, hay que pensarse mucho el salir»

Marcos Lobo y Rubén Miguel recorren uno de los trayectos señalizados de la provincia de Burgos y encuentran tramos de baja visibilidad

Susana Gutiérrez

Aranda de Duero

Lunes, 9 de julio 2018, 08:14

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Marcos Lobo y Rubén Miguel son grandes aficionados al ciclismo. Desde hace años comparten rutas en bicicleta, sienten pasión por este deporte, peor también admiten que sufren una sensación de inseguridad por la carretera.

Es una tarde cualquiera del mes de julio y se disponen a completar el trayecto entre Aranda de Duero y Peñaranda de Duero, en la carretera comarcal C-111, un tramo de 17 kilómetros incluido dentro de una de las rutas protegidas por parte de la Dirección General de Tráfico. Este itinerario, en su global, afecta a 92 kilómetros en varias vías de diferentes categoría, y recorre Villalba, La Horra, Olmedillo de Roa, Anguix, Roa, Berlangas, Quemada, Zazuar, Peñaranda, Hontoria de Valdearados, Baños de Valdearados y Villanueva de Gumiel.

Nada más salir del término municipal de Aranda, un cartel advierte de que es una carretera frecuentada por ciclistas, a la vez que se recuerda la obligatoriedad de guardar una distancia lateral de 1,5 metros en los adelantamientos. Marcos y Rubén afirman que se trata de una vía menos segura de lo que se presupone en un principio. «Esta carretera, de Aranda hacia Salas de los Infantes, tiene mucho tráfico, se circula a gran velocidad y a ciertas horas el sol te permite poca visibilidad», explica Marcos Lobo. Hacen referencia incluso a una treintena de kilómetros del itinerario que discurre por la carretera que une Aranda y Palencia, hasta Olmedillo de Roa, que «es la peor» del trayecto, según los ciclistas. Indican que se sienten más seguros en carreteras más secundarias, «las que unen municipios pequeños, aunque sean más estrechas, son muy poco transitadas y te dan mejores sensaciones», insiste Rubén Miguel.

Ambos confiesan que cada vez se hace más difícil apostar por la carretera. En muchas ocasiones se opta por caminos, montes, montañas. «Cuando hablamos de salir a hacer una ruta y nos preguntamos si hacemos bici de carretera o montaña, de primeras te sale montaña, te sientes más seguro. Todavía si vas acompañado optas por carretera, pero si vas solo da temor. Ahora te lo piensas».

A pesar de no haber sufrido ningún percance grave circulando en bicicleta, los dos desvelan que viven «sustos continuamente», algo que consideran «muy común». Lo peor es que no haya metro y medio de distancia lateral en el adelantamiento: «Hay vehículos grandes que te arrastran». Como medida de futuro, estos dos ciclistas apelan a la necesidad de informar y concienciar más a los ciudadanos. En cualquier caso, opinan que en la actualidad la repercusión que se da a los accidentes de los aficionados ha hecho que se respete más a la persona que va en bici por la carretera. «Pero queda muchísimo por hacer», coinciden.

Entre sus experiencias en bici por las vías, destacan que es habitual vivir la situación de «que viene de frente un coche o vehículo lento y que otro coche lo adelante, si llega a ser un coche no se adelanta, pero al ser ciclista parece que da igual. Eso es muy común», explica Marcos. Y Rubén ilustra con un ejemplo gráfico: «Si como conductor ves un tractor, ¿qué haces? Seguro que reduces; sin embargo, ves un ciclista, que va más rápido que un tractor, y piensas 'esta es la mía'. Al tractor le tienes miedo por las consecuencias, al ciclista no».

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