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¿Cómo acabar con el discurso del odio en las redes sociales?

Aunque los mensajes hostiles en Internet afectan a todos, los niños y adolescentes son especialmente vulnerables. Te damos algunas claves para protegerlos del ciberodio

Ana López-Varela

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El discurso del odio envenena nuestro entorno a diario. Ya sea con pequeños gestos cotidianos o en forma de grandes campañas, estamos rodeados de comportamientos que incitan a la violencia e invitan a discriminar a los colectivos más vulnerables. Un virus que se propaga con mayor fuerza si cabe a través de las redes sociales, ya que internet favorece el anonimato de manera que los agresores pueden esconderse tras nombres falsos para difundir sus ofensas. El ciberodio podría definirse como la difusión de ideas, lemas, actitudes o conductas a través de internet que menosprecien, humillen y atenten contra la dignidad de otras personas. Un hábito que se ha normalizado hasta el punto de generar perfiles estereotipados como los haters –usuarios que disfrutan profiriendo comentarios ofensivos o mensajes hirientes–, los trols –que ridiculizan o menosprecian por defecto al resto de usuarios– o los flamers –que instigan a un usuario durante una discusión sobre un tema concreto–.

“Las redes sociales están envalentonando a la gente para que cruce los límites y se comporte de manera extrema respecto a lo que está dispuesta a decir para provocar e incitar a otros”, declaraba hace unos meses Jonathan Albright, director de investigación en el Centro Tow para el Periodismo Digital de la Universidad de Columbia, al diario The New York Times. “Está claro que el problema está creciendo”, sentenciaba. Y no sólo en EEUU sino en todo el mundo. Según datos del Informe Raxen, realizado en 2016, sólo en España se registran más de cuatro mil incidentes de odio al año y existen más de mil sitios web, blogs, canales o perfiles en las redes sociales que promueven contenidos xenófobos e intolerantes por motivos de raza, género, sexualidad o religión.

Y como siempre, aunque los mensajes de odio en Internet afectan a todos, los niños y adolescentes lo sufren más. Los menores son más influenciables que los adultos y no siempre se preocupan de contrastar la información que encuentran en Internet, lo que les convierte en más vulnerables. Algo que nos recuerda la web Por un uso Love de la tecnología, a través de la cual Orange quiere concienciar a niños y mayores sobre la importancia del uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías así como de los abusos que se pueden hacer de ellas.

Así, inmersos en este clima de aversión, resulta fundamental transmitir a nuestros hijos valores basados en el respeto y la tolerancia. Fomentar el diálogo sobre lo que ven en Internet; mostrarnos como un modelo de comportamiento a seguir; inculcar la importancia de respetar y ser respetado; y desarrollar habilidades como la empatía, son medidas de prevención que resultan muy útiles.

Pero, ¿cómo actuar cuando sospechamos que nuestro hijo es víctima de ciberodio? Tal y como explican en la web de Orange –que ha trabajado con INCIBE para esta campaña contra el discurso del odio–, ante la menor duda lo aconsejable es reaccionar rápidamente. Lo primero será no cuestionarle y mostrarle nuestro apoyo siempre. De esta manera se establecerá un vínculo de confianza que nos permitirá involucrarle en el proceso para atajar la situación. A través de esta proximidad será más fácil averiguar los motivos por los que el menor entró en contacto con esa comunidad y tratar el origen del conflicto. 

Más complicado de asimilar aún es descubrir que es nuestro propio hijo el que promueve el odio en sus redes sociales. La irritabilidad, el aislamiento, la desmotivación y la inclinación hacia ideologías totalmente diferentes a las que venían siendo habituales, son conductas comunes que pueden dar pistas de que algo no va bien. Una vez detectado el problema, nuestro deber será reconvertir la situación. En este caso, será conveniente abordar el tema con el menor, informarle, enseñarle a contrastar y animarle a que genere su propia capacidad crítica.

Cinco recomendaciones para protegerse del discurso del odio en las RRSS

1. Reporta los comentarios inadecuados. Los gigantes de las TIC manifestaron en 2015 su compromiso para evitar la propagación del discurso del odio en sus espacios, y llegaron a un acuerdo con la Comisión Europea para promover un código de conducta para combatir el ciberodio con más eficacia y rapidez. En esa línea, las diferentes plataformas (Facebook, Twitter, Instagram, Google…) permiten a su audiencia reportar la existencia de este tipo de comunidades.

2. Ignora los mensajes incómodos. Es recomendable no contestar a mensajes intimidatorios o que busquen discriminarnos. Haciéndoles caso, generalmente se logra el efecto contrario otorgándole poder al agresor y valentía para seguir incomodando.

3. Guarda los mensajes intimidatorios. Aunque sean desagradables archivar este tipo de mensajes puede ser interesante para usarlo como prueba a la hora de denunciarlo ante la policía o en el juzgado si el problema persiste.

4. Denuncia los comportamientos de odio. Si detectas señales de agresividad o intolerancia en las redes no dudes en denunciarlo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Es posible hacerlo con privacidad y vía telemática. Recuerda, por ejemplo, que difundir expresiones xenófobas en la red constituye un delito de odio con consecuencias penales, llegando a condenas de prisión de uno a cuatro años más una multa. De hecho, en los casos más sangrantes, las penas de prisión pueden llegar hasta los seis años y conllevar la inhabilitación si se ejercen profesiones u oficios educativos o relacionados con el deporte y el tiempo libre. Además, el Código Penal habilita a los jueces y tribunales a destruir, borrar y retirar los contenidos de Internet.

5. Busca ayuda profesional. Ante situaciones extremas no hay que descartar recurrir a un experto. Existen plataformas como la Línea de Ayuda de IS4K. Un teléfono gratuito y confidencial (900 116 117) en el que encontrarás asesoramiento especializado.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Love Orange. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.