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Asesinato a las puertas del altar

Asesinato a las puertas del altar

La inspectora Elena Blanco investiga la relación entre dos crímenes en la novela negra 'La novia gitana' | «Escribí con seudónimo para protegerme del fracaso», asegura Carmen Mola, el nombre bajo el que se esconde la autora de la obra

Álvaro Soto

Madrid

Lunes, 20 de agosto 2018, 00:35

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En tiempos de grandes egos (y sobre todo, en el mundo del arte), todavía quedan autores que prefieren escribir con seudónimo. Es el caso de Carmen Mola, nombre ficticio de la mujer (el sexo se deduce de sus respuestas por correo electrónico, única forma de comunicación posible) que acaba de publicar 'La novia gitana' (Alfaguara). ¿Por qué escribir con seudónimo? «Por un lado, para preservar mi identidad, tengo una vida que no consiste en escribir novelas en las que gusanos se comen cerebros. Por otro, porque creo que cuando alguien lee una novela, lo importante es la misma novela, no quién la ha escrito. Y finalmente, para protegerme del fracaso».

El misterio generado por la autoría de la obra no esconde que se trata de una de las novelas con más pegada de los últimos meses, como demuestra el hecho de que el año que viene tendrá ediciones en francés, alemán, holandés, noruego e italiano. En España, mientras tanto, ha alcanzado las tres ediciones, un logro para ella misma, según confiesa Mola, porque «cuando la escribí me conformaba con que alguna editoral la publicara».

La novia gitana

  • Autor: Carmen Mola.

  • Estilo: Novela negra.

  • Editorial: Alfaguara. 403 páginas. España. 2018.

  • Precio: 19,90 euros.

La protagonista de 'La novia gitana' es la inspectora Elena Blanco, que debe relacionar las muertes de dos hermanas, Susana y Lara Macaya, de padre gitano pero de educación paya, asesinadas con siete años de diferencia (el culpable del primer homicidio está en prisión, lo que abre el abanico de sospechosos), ambas en vísperas de sus respectivas bodas y siguiendo oscuros rituales.

«Hace años, viví cerca del barrio de Tirso de Molina, en Madrid, y tenía muchos vecinos gitanos, de los del Rastro», cuenta Mola; «tuve la oportunidad de charlar con muchas mujeres de esa raza, de compartir con ellas colas en el mercado, cigarrillos en la calle, cafés... Y me encontré con un mundo muy diferente al que esperaba. Me explico: me esperaba un mundo completamente distinto al payo y no era así. Eran mujeres a las que les preocupaba casi lo mismo que a mí, solo que lo expresaban de otra forma. Las escuché hablar, me hice amigas de algunas de ellas y accedí, aunque fuera un poco, a sus vidas. Por eso me interesaron tanto y después en la novela, me aproveché de aquella experiencia».

Mola asegura que profundizar en el mundo gitano no le ha abierto los ojos sobre el racismo contra los gitanos. «No he descubierto ese racismo durante la escritura de la novela, es algo que noté mucho antes, cuando compartía barrio con ellos. Además, es un racismo bastante solapado, casi nadie lo confesaría. De cualquier forma, los gitanos que yo conocí fueron los del Rastro, y estaban bastante integrados. Supongo que el verdadero racismo lo notan los gitanos rumanos o los que viven en barrios de la periferia», sostiene la autora, que ya prepara una nueva novela, también con Elena Blanco como protagonista, que se llamará 'La red púrpura'. «Me siento con mucha más responsabilidad encima que cuando escribí la primera, que era sólo un juego».

Carmen Mola se declara admiradora de Julia Navarro, Rosa Montero, María Dueñas o Mario Vargas Llosa y bromea sobre las últimas novelas españolas que le han gustado este año: 'Tigres de cristal', de Toni Hill; 'El final del hombre', de Antonio Mercero, y 'Talión', de Santiago Díaz. «Algunas son mi competencia y no sé si debería nombrarlas...».

No cita ninguna saga o ningún autor al que considere un maestro o que le haya servido de inspiración, pero sí se enorgullece de haber usado lo que denomina «clichés del género». «Algunos lo consideran un defecto, pero a mí me parece que hay que respetar el tipo de novela que estás escribiendo. Si se tratara de una novela romántica, no se me ocurriría poner un final infeliz. Pues en la novela negra, igual: cadáver que aparece en extrañas circunstancias, detective atormentada que se hace cargo del caso, un ambiente atractivo, varios sospechosos que se van eliminando...». Eso es 'La novia gitana'.

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