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Luis García Jambrina.
Luis García Jambrina: «No es momento de pedir perdón por la conquista»

Luis García Jambrina: «No es momento de pedir perdón por la conquista»

El escritor lleva a América a su gran personaje, Fernando de Rojas, en 'El manuscrito de aire', la cuarta entrega de la exitosa saga

Álvaro Soto

Madrid

Lunes, 21 de octubre 2019, 20:10

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De la vida de Fernando de Rojas se sabe poco: que nació en La Puebla de Montalbán (Toledo), que probablemente fue un judío converso, que pasó sus últimos años siendo alcalde mayor en Talavera de la Reina y, por supuesto, que escribió 'La Celestina'. Pero los agujeros de su biografía los ha rellenado en cuatro 'manuscritos' el novelista Luis García Jambrina (Zamora, 1960), que cierra su tetralogía con 'El manuscrito de aire' (Espasa), en la que traslada a De Rojas al Nuevo Mundo, donde se unirá a los frailes dominicos para investigar las matanzas de taínos, los primeros indios que se encontraron los conquistadores al llegar a La Española.

«Hay una leyenda negra y una leyenda blanca, y yo trato de mostrar las dos caras», explica Jambrina, profesor de Literatura Española en la Universidad de Salamanca y autor de la exitosa tetralogía que conforman, además de esta nueva obra, 'El manuscrito de piedra', 'El manuscrito de nieve' y 'El manuscrito de fuego'. Por un lado, en el libro se escucha la voz de los dominicos, los primeros en denunciar los abusos que sufrían los indios.

«Los frailes enseguida vieron lo que ocurría. Les decían a los conquistadores: 'Eso que estáis haciendo con esta gente, que también son criaturas de Dios, va contra las leyes y no es propio de buenos cristianos'», cuenta Jambrina. La muerte de los indios y las terribles condiciones en las que vivían (trabajando sin descanso, sin comida, deprimidos fuera de sus aldeas) son el reverso oscuro de la conquista, pero también está la otra cara.

«Yo me siento orgulloso de que unos dominicos españoles fueran los que se levantaron en su defensa», afirma. ¿Debe pedir España perdón por la conquista? «No es momento de pedir perdón. ¿Quién pide perdón? ¿A quién? ¿Por qué motivos? Han pasado 500 años y si alguien tuviera que pedir perdón, serían los descendientes de los que están allí, no nosotros, que nos quedamos aquí», responde el escritor.

«Lo que hay que hacer es conocer la verdad, difundirla y reconocer la deuda que tenemos con estos pueblos en aspectos tan variopintos como la lengua: barbacoa, piragua, canoa o guateque son palabras que nos legaron», destaca Jambrina.

Trama amorosa

En este cuarto 'manuscrito' aparece un elemento novedoso en la saga: una trama amorosa protagonizada por De Rojas y por la princesa taína Huigemota, que los españoles llamaban doña Ana de Guevara. «Igual que Fernando de Rojas, Huigemota es un personaje desubicado. Era taína y también cristiana, y en su choque con De Rojas, estaban condenados a enamorarse», subraya Jambrina, que ha utilizado a Huigemota para mostrar los contrastes entre la cultura taína y la española, contrastes en los que no siempre los conquistadores salen bien parados.

«Los cristianos no se lavaban y lo llevaban a gala, meintras que los taínos tenían hierbas con las que se limpiaban, se protegían del sol y repelían los insectos. En algunos aspectos eran más avanzados», indica. «Tampoco tenían armas ni estaba en su espíritu hacer la guerra. Vivían integrados en la naturaleza, trabajaban poco y tenían mucho tiempo para el ocio, que lo empleaban en nadar o jugar a la pelota. Además, tenían bebidas embriagantes. Sus condiciones de vida eran lo más cercano a un paraíso en la tierra», resalta.

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