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Octavos de final | Ida

El Madrid silencia Los Pajaritos a base de penaltis

Zidane celebra su segundo aniversario como técnico blanco con un triunfo sin brillo ante un Numancia desquiciado con el árbitro

Óscar Bellot

Madrid

Jueves, 4 de enero 2018

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«Lo están haciendo muy bien en su Liga y eliminaron al Málaga. Nosotros vamos a respetar a nuestro rival». Esa fue la única mención al Numancia que hizo Zinedine Zidane, que también confirmó la presencia de Gareth Bale en el partido aunque no su titularidad. Así comparece el Real Madrid en Soria, donde estrenará 2018 jugando la ida de los octavos de una Copa del Rey que es el único título que aún no ha podido conquistar el técnico galo tras dos años en el banquillo madridista. Tras hacer una defensa de su plantilla en público, apostará por una alineación con jugadores poco habituales.

Con su 'plan B', espera lograr un triunfo que haga olvidar el 0-3 ante el Barça con el que cerró el último partido de 2017 días después de conseguir el Mundial de Clubes. A 14 puntos del líder (serían 11 si gana al Leganés en el partido aplazado) la Liga parece que se convertirá en el lugar que coger forma para afrontar la Copa y la Champions. La campaña pasada las rotaciones masivas, su 'plan B', le funcionó pero ahora no le están dando el mismo rendimiento. Ante un rival de Segunda que está más centrado en mantener su sueño de ascenso en Segunda, 'Zizou' optará por Borja Mayoral para suplir al lesionado Karim Benzema y compartirá equipo con otros jóvenes meritorios: Dani Ceballos, Theo Hernández, Marcos Llorente, Jesús Vallejo, Lucas Vázquez, Nacho Fernández y Marco Asensio. En principio, bajo palos estará Kiko Casilla, que podría estar viviendo sus últimos días en el club, ya que Kepa Arrizabalaga llegará en cuanto esté recuperado de su lesión, y también podría ser titular Dani Carvajal, sancionado en Liga contra el Celta.

Enfrente estará un Numancia que asume la dificultad de obrar un milagro pero que se ha propuesto complicar la eliminatoria aprovechando el apoyo de Los Pajaritos, que se volverá a llenar diez años después. Jagoba Arrasate reconoce que su equipo tendrá que hacerlo «perfecto» para competir, minimizar la diferencia de potencial y tratar de lograr un resultado con el que viajar hasta la capital con esperanza de éxito. «Todos queremos mostrar la mejor versión y a ver si somos capaces de dar buen nivel. Tenemos que hacer las cosas perfectas para tener opciones ya que me río cuando escucho que están en un mal momento. Entiendo que tienen la liga complicada y que la Copa la tomarán en serio», señaló tras recordar que el Numancia ha superado ya tres eliminatorias, la última para eliminar al Malaga.

El entrenador numantino sacará un once pensando «superilusionado» en el compromiso liguero del domingo, cuando el equipo será prácticamente nuevo. «Salgan los que salgan la idea será la misma. No vamos a hacer nada especial porque venga el Real Madrid. Espero que sea una fiesta y que el equipo pueda estar a la altura», avisó. En principio se espera que Pere Milla, que regresa a la competición tras mes y medio de baja por una lesión, pueda volver al equipo en una noche que será especial para Soria. Muchos recuerdan que hace 17 años, en una fría noche de noviembre, el estadio se llenó para disfrutar de un hat-trick de Rosu ante el Madrid galáctico - previo a Zidane- después de que Abel Antón, doble campeón del mundo de maratón, hubiese hecho el saque de honor.

Dos tantos de penalti -como en la ida de dieciseisavos contra el Fuenlabrada- y otro de Borja Mayoral en el descuento le dieron al Real Madrid una victoria de puro trámite en Los Pajaritos ante un Numancia que jugó sin complejos pero que acabó duramente penalizado por los contratiempos en forma de lesiones y de decisiones arbitrales que acabaron trocando lo que debía ser una fiesta en una lista de agravios a juicio de la parroquia local. Un público irreductible incluso cuando su equipo se quedó con diez, que no dejó de jalear a sus futbolistas al grito de "Sí se puede" y que llegó a acariciar el milagro con un zurriagazo de Íñigo Pérez que besó el larguero ante un Kiko Casilla pasmado por el descaro rojillo.

No entró por centímetros el cuero cuando el marcador reflejaba todavía sólo el gol de Bale, aliviando al vigente campeón de Liga y Champions que tiene en la Copa el único torneo que le queda por conquistar a su laureado técnico pero que para lograr completar el círculo tendrá que conducirse con mayor disciplina y muchísima menos soberbia que la que estuvo a punto de costarle un disgusto en el alocado tramo final del choque.

Triunfo visitante que deja sentenciada la eliminatoria en el segundo aniversario de Zinedine Zidane para inaugurar 2018 pero con escaso brillo por parte de su otrora deslumbrante y hoy apagada 'unidad B' que, junto con el rodaje de 60 minutos que el galo concedió al extremo galés, el buen gobierno de Marco Asensio y la electricidad de Lucas Vázquez fue de lo poco que sacó en claro el Real Madrid en su incursión a tierras sorianas, donde volvió a estar a coquetear con el naufragio. Susto suficiente pese a la amplitud final del marcador para volver a poner el foco sobre los jóvenes pero aún poco curtidos talentos blancos.

Numancia

Munir, Medina, Gutiérrez, Dani Calvo, Ripa (Luis Valcarce, min. 19; Marc Mateu, min. 46), Gregorio Sierra (Íñigo Pérez, min. 63), Larrea, Dani Nieto, Diamanka, Pere Milla e Higinio.

0

-

3

Real Madrid

Casilla, Carvajal, Vallejo, Nacho, Theo, Marcos Llorente, Ceballos (Isco, min. 73), Asensio (Achraf, min. 85), Lucas Vázquez, Bale (Kovacic, min. 60) y Borja Mayoral.

  • Goles 0-1: min. 34, Bale. 0-2: min. 88, Isco. 0-3: min. 91, Borja Mayoral.

  • Árbitro Estrada Fernández (Comité Catalán). Mostró amarilla a Larrea, Higinio y Carlos Gutiérrez y expulsó a Diamanka por doble cartulina en el bando del Numancia. Amonestó a Vallejo y Kovacic por el Real Madrid.

  • Incidencias Partido de ida de octavos de final de la Copa del Rey disputado en el estadio de Los Pajaritos ante 8.727 espectadores.

Con Carvajal como único de los intocables en la formación inicial que dispuso Zidane, al margen de Bale, contó la segunda unidad con una nueva oportunidad para que los Theo, Vallejo, Ceballos, Marcos Llorente o Borja Mayoral reivindicasen los minutos de calidad de que gozaron el pasado curso los James, Morata o Kovacic. Sólo el central y el ariete la aprovecharon.

El utrerano recibió el timón de mando, aunque fue Asensio el auténtico maquinista en una medular en la que Bale se recostó en la izquierda, su demarcación natural pero elusiva desde que aterrizase en Chamartín, aunque con continuas permutas con Lucas Vázquez, su contraparte en el carril derecho.

Ausentes Benzema por su misteriosa lesión y Cristiano por descanso, a Bale le tocaba liderar al grupo de meritorios en un encuentro en el que Zidane vio terreno abonado para rodar a una pieza tan frágil como valiosa de cara a lo que resta de campaña. De su testa procedió la primera aproximación peligrosa de los visitantes, aunque fue Borja Mayoral la que tuvo la mejor antes de que Lucas Vázquez pusiese al descubierto la inocencia de la zaga rojilla al provocar el penalti que acabaría convirtiendo el galés, que tiró de frialdad para tumbar a Munir previamente a su sedoso golpeo. El público de Los Pajaritos, que minutos antes había reclamado la pena máxima por un agarrón de Theo a Dani Nieto que optó por no señalar Estrada Fernández, montó por primera vez en cólera y su enfado fue 'in crescendo' en el segundo tiempo.

Bajo sospecha por su pobre rendimiento desde que viste la elástica merengue, Theo volvió a mostrarse irregular, sin la profundidad que sí aportó por la derecha Carvajal e impreciso a la hora de cerrar el costado izquierdo, zona por la que llegó la mejor oportunidad del Numancia en el primer tiempo y que obligó a Kiko Casilla a sacar una providencial mano ante el disparo cruzado de Higinio. Quién sabe si será uno de sus últimos servicios del tarraconense como madridista.

El delantero murciano fue una auténtica pesadilla para la retaguardia visitante, que ya había tenido oportunidad de comprobar la falta de complejos de los locales en un caño que le tiró Pere Milla a Marcos Llorente que dejó al mediocentro lamentando la falta de sotana.

Como Theo, el hijo de Paco Llorente deslumbró en el Alavés, pero al igual que el marsellés, sigue pagando su escasa continuidad y no acaba de dar argumentos para poner en apuros a Casemiro. Un fallo suyo estuvo a punto de dar vida al choque antes de que una pillería de Lucas Vázquez desembocase en el segundo penalti, que con Bale ya descansando, convirtió Isco. Borja Mayoral acabó poniendo la guinda para un Real Madrid que sacó mucho más de lo que mereció ante un Numancia cuyo castigo resultó excesivo.

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