Derrota clara de un Mirandés que volvió a su peor versión en la primera parte

El Mirandés se marchó de vacío de su visita al Nuevo José Zorrilla (3-1), donde se encontró a un Real Valladolid que quería resarcirse de su tropiezo en el campo del Amorebieta. El conjunto jabato volvió a mostrar su peor cara durante buena parte del primer periodo, en la que encajó dos goles. Mejoró ya cerca del descanso, coincidiendo por la salida del campo del local Roque Mesa por lesión y fue ganando enteros en el segundo tiempo, pero el acierto de cara a portería no le acompañó y no tuvo ninguna opción de meterse de nuevo en el choque.

La primera parte estuvo dominada por un Valladolid que se impuso en el centro del campo, con llegadas, sobre todo por la banda derecha, y con dos referentes arriba que pusieron en muchos aprietos a la zaga visitante. Pese a todo, la primera clara oportunidad la tuvo el Mirandés en el minuto 12. Camello se hizo con un balón sobre el círculo central y, desde ahí mismo, intentó superar de vaselina al meta local Roberto, pero su disparo se perdió por encima del larguero. Dos minutos después, fue Óscar Plano el que remató a la cepa del poste de Raúl una asistencia desde línea de fondo de Luis Pérez.

El lateral derecho volvió a avisar en el 25 con un balón a Nacho, cuyo testarazo atajó el portero del bloque rojillo, y tuvo incidencia en el primer tanto de Weissman en el 28, que aprovechó un balón colgado que no acertó a despejar Carreira para cabecear el rebote al fondo de las mallas (1-0). Y no paró aquí la sangría por esa banda -y eso que Lolo Escobar cambió de banda a Riquelme y Simón Moreno-, ya que en el 33 el extremo derecho Plata, tras zafarse de su par, sorprendió por el palo largo a Raúl desde treinta y cinco metros (2-1). En la recta final del primer tiempo, el equipo visitante encontró el camino a la portería contraria con los disparos de Carreira, Simón Moreno, Meseguer y Oriol Rey.

La segunda parte estuvo muy marcada por el marcador. El Valladolid perdió la excelencia del primer período, pero sí controló y administró sin excesivos agobios su renta de dos goles ante un Mirandés que movió el banquillo. Solo una genialidad de la delantera mirandesista podía reactivar el choque. Camello estuvo cerca de ella en el 77. El local Aguado envió al travesaño en el 80 y, un minuto después, la falta de contundencia de Arroyo permitió una nueva incursión por la banda derecha, esta vez de Sergio León, cuya asistencia no pudo cortar Capellini. Weissman puso la firma a la sentencia (3-0). En el 88, el recién entrado Marqués no desaprovechó una asistencia a pie cambiado de Hassan desde la línea de fondo para recortar distancias dentro del área pequeña (3-1). Brugui, en el añadido, pudo recortar una distancia que sobre el verde fue demasiado grande.

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