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Carlos Sainz y su McLaren, en Montmeló. EP
McLaren y Sainz espantan los fantasmas
Entrenamientos

McLaren y Sainz espantan los fantasmas

El madrileño supera con solvencia el centenar de vueltas en su primer día de trabajo serio y acaba segundo, pero una avería de motor le pone un lunar al estreno de la pretemporada

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Barcelona

Lunes, 18 de febrero 2019, 18:45

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La primera jornada de pretemporada sin Fernando Alonso en el equipo desde 2015 acabó con Carlos Sainz completando el plan previsto… pero no sin sobresaltos. Tras una buena mañana, porque la tarde la comenzó con una avería a final de recta que le obligó a detener el MCL34. Dolores de parto, previsibles en cualquier primera jornada de trabajo (que no suele pasar a otros equipos, como Mercedes), pero que fueron escasos para un equipo McLaren que está más acostumbrado a sufrir que a disfrutar del sol en Montmeló.

La labor del equipo británico se dividió en dos. Por la mañana, la prioridad era comprobar que todo estaba colocado en su sitio, que el MCL34 realmente funciona y que nada de lo diseñado este invierno había nacido mal. Es una obviedad: un coche mal hecho no permite hacer muchas virguerías, y por eso antes de correr, hay que caminar. Y antes, gatear.

La avería llegó tras el parón para comer. Tras 56 vueltas matutinas, sin mayores dificultades que una pequeña excursión, Sainz se preparaba para tomar de nuevo el asfalto de Montmeló cuando le avisaron a voces por la radio de que parara el coche. «Stop the car, stop de car», el temido mensaje que augura una posible rotura o una posible avería seria. «El coche se paró. Estaba haciendo ensayos de salida. Hasta ahora había sido un día genial, no había tenido problemas», se lamentaba el madrileño, enfundado en su nuevo mono, mientras regresaba al box para esperar a que le arreglaran el problema. A diferencia de otros años, cuando una avería de este tipo habría obligado a parar la sesión del todo, esta vez lo arreglaron, hasta el punto de que el madrileño superó las 110 vueltas al final del día e incluso hubo momentos en los que parecía que podía marcar el mejor tiempo.

Pese a la buena reacción por parte del equipo, McLaren tienen claro que no pueden permitirse este tipo de sustos. No cuando tienen por delante una reestructuración que va desde la cúpula hasta los propios pilotos, que por primera vez en 12 años serán dos novatos en el equipo de Woking. Por eso, la cara de Sainz no era de muchos amigos cuando encaró la puerta del garaje. Sus ingenieros le intentaron explicar lo sucedido, pero esos 'dolores de parto' no son un buen augurio. Siempre le quedará que, al menos, está mejor que Williams, un equipo que también le pretendió y que ni ha rodado este lunes, ni lo va a hacer el martes ni, quizá, el miércoles y el jueves. Las informaciones no oficiales del equipo aseguran que el monoplaza ni siquiera ha salido de la fábrica de Grove, en Inglaterra.

Noriko no falta a su cita con Sainz

La afición española está algo más apagada en esta pretemporada que en las anteriores. La ausencia de Fernando Alonso se nota (veremos si en el GP de España de mayo se nota también), pero eso no ha evitado que los fans busquen a sus ídolos en el 'paddock'.

Algunos de ellos ni siquiera son pilotos de Fórmula 1, si bien sí son leyendas del automovilismo. Es el caso de Alain Prost, asesor de Renault, o Carlos Sainz… padre. El bicampeón del mundo de rallies y del Dakar recibió en el motorhome de McLaren a una aficionada japonesa que ha viajado desde su país para ver a su ídolo, Sainz hijo. No es la primera vez que su historia sale en los medios: se trata de Noriko Takahashi, la fan nipona del joven Sainz a la que robaron una pancarta en este mismo circuito durante el pasado GP de España.

Esta vez fue Sainz padre el encargado de recibir a Noriko, que ilusionada le entregó un regalo primorosamente envuelto para que le diera a su hijo. La aparición del legendario piloto de rallies en un 'paddock' repleto de españoles provocó que muy pronto se convirtiera en un ir y venir de móviles, flashes y selfies.

Este martes, a Sainz le toca descanso. Será el turno de Lando Norris, que deberá demostrar que las perspectivas puestas en él son correctas y, sobre todo, atestiguar que la avería de este lunes fue un pequeño fallo sin mayores problemas para el equipo de Woking.

Vettel marca territorio para empezar

Con unas gradas del circuito de Cataluña más vacías que en otras pretemporadas, la de 2019 dio comienzo este lunes con muchas expectativas puestas. El cambio de normativa que ha transformado los alerones delanteros en planchas mucho más simples que en años anteriores no ha impedido que los monoplazas vayan más rápido de lo previsto.

Y al frente de todos ellos fue Sebastian Vettel. El alemán, consciente de que se juega mucho en esta pretemporada, tiene claro que no puede dejar de lado el hecho de que la guerra psicológica es un factor a tener en cuenta. Más de 170 vueltas en el primer día, mejor tiempo y muy buen rendimiento con todos los neumáticos probados, desde los blandos y medios hasta los nuevos prototipos experimentales de Pirelli que usaron en algunas vueltas.

La paliza que se dio el subcampeón del mundo de 2018 responde a las urgencias que tienen todos para mejorar e intentar cazar a Mercedes. El problema para ellos es que las flechas plateadas no fallan. Por la mañana Valtteri Bottas (69 vueltas) y por la tarde Lewis Hamilton (81 vueltas) se taparon, conscientes de que en pretemporada juega tanto el que lleva ases como el que va de farol. Y en esto son auténticos maestros: por mucho que Vettel muestre músculo con un maratón de vueltas sin fallos, con stints de más de 20 giros consecutivos o con varias vueltas por debajo de 1:18 hasta rozar el 1:18.0, son los hombres comandados por Toto Wolff quienes llevan, de momento, la voz cantante.

Si la labor de Ferrari y de Vettel fue elogiada por todos, la de McLaren con Sainz no lo fue menos. El madrileño completó el día de más vueltas en una década para los de Woking, pese a tener un problema de motor nada más comenzar la sesión vespertina que le hizo perder casi una hora hasta que lo arreglaron. El susto pasó y Sainz sacó el martillo: comenzó a dar vueltas sin parar hasta llegar a una cifra que nunca se había visto en el contador de vueltas en un estreno de una pretemporada en Montmeló. 119 vueltas para el madrileño, 50 menos que Vettel, pero la sensación de que está en buenas condiciones.

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