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Uno de los indicadores más fiables para medir el pulso de una economía reside en su capacidad para atraer y retener talento. Y Castilla y León en general y Burgos en particular, no salen bien parados en este aspecto. Así lo reflejan los datos ofrecidos por Randstad en su informe sobre movilidad interprovincial de 2018, que señalan un saldo laboral negativo, tanto en la comunidad autónoma como en la provincia. En concreto, la diferencia entre los contratos firmados en Burgos por trabajdores foráneos y los contratos firmados por burgaleses en otros territorios se elevó el pasado ejercicio hasta las 8.687 personas.
Se trata del segundo peor saldo de la comunidad, solo superado por León. En este caso, la provincia leonesa 'perdió' en 2018 un total de 9.123 trabajadores. El saldo también es negativo en Salamanca (-7.416), Zamora (-7.202), Ávila (-6.973), Valladolid (-1.502) y Segovia (-363). Sólo Palencia y Soria presentaron un saldo positivo en 2018, con +3.093 y +1.636 contratos respectivamente.
En el conjunto de Castilla y León, el saldo también es negativo, lo que supone una buena fotografía de situación. Es más, Castilla y León es la tercera comunidad autónoma del país con mayor tasa de movilidad entre sus trabajdores, con un total de 180.562 contratos contratos que suponen el desplazamiento del profesional a otra provincia. Con esos datos, la tasa de movilidad se incrementó en 2018 un 5,8% hasta alcanzar un ratio de 18,6% del total. Es decir, casi uno de cada cinco contratos firmados en la comunidad supone un cambio de residencia a otra provincia.
Se trata de un índice significativamente más elevado que el registrado en el conjunto del territorio nacional (14%), y eso a pesar de que el volumen de contratos de este tipo superó en 2018 la barrera de los tres millones por primera vez en la historia (3.115.364 contratos, frente a los 1.461.057 contabilizados en 2001, el punto más bajo de la serie histórica)
En este sentido, destaca la situación que atraviesan provincias como Cádiz (71.047), Toledo (45.824) y Alicante (40.463), Tarragona (32.470) y Córdoba (32.283), todas ellas con saldos negativos por encima de los 30.000 profesionales. En el lado opuesto de la balanza destacan las grandes capitales del país como principales polos de atracción de profesionales, con Madrid y Barcelona a la cabeza del saldo de movilidad, con 244.123 y 109.768 trabajadores, respectivamente. También destacan en este ámbito provincias como Baleares (42.976 trabajadores de saldo positivo), la Región de Murcia (32.650) y Álava (24.468).
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