Apoderados e interventores, sin ellos tampoco hay elecciones

Presidentes y vocales, sentados en sus mesas; agentes de Policía Local y Policía Nacional, en las entradas, velando por la seguridad; votantes entrando y saliendo; y, pululando entre todos ellos, apoderados e interventores. Van bien identificados con sus tarjetas colgadas al cuello, del color de su respectivo partido y con el 'cargo' bien visible.

Son las figuras siempre presentes en los colegios electorales, un ejército que colabora a que la jornada electoral se desarrolle con total normalidad y que ayuda a los votantes y los miembros de las mesas electorales, resolviendo dudas y prestando apoyo. Militancia y afines al servicio de la democracia en el día más importante para los partidos.

Pero, ¿qué diferencia a apoderados e interventores? El apoderado es quien ostenta la representación de la candidatura en un colegio electoral. Se encarga de examinar las votaciones y el escrutinio, hacer reclamaciones y protestas y pedir certificados. Puede actuar como interventor si no existe y participar de las deliberaciones, con voz pero sin voto.

Por su parte, en cada mesa hay dos interventores por candidatura y solo pueden actuar en la mesa electoral. Participan de las deliberaciones, también con voz pero sin voto, y realizan reclamaciones y protestas y pedir certificaciones. Y, en ambos casos, hacen frente a cualquier incidencia que se pueda producir.

Puede ser que falten todos los miembros de una mesa electoral menos dos, y la policía tenga que ir a buscar a los ausentes a sus casas, como ha ocurrido esta mañana en el Comuneros de Castilla; oque falten papeletas de algún partido, o de alguna pedanía, como en Espinosa de los Monteros este domingo.

Sin embargo, en el colegio electoral del CEIP Venerables la jornada electoral ha sido tranquila (incluso algo aburrida). Los apoderados de PSOE, PP, Vox y Podemos han estado al pie del cañón, con un muy buen ambiente, atentos a que todo fuera bien pero charlando entre ellos y esperando a que llegase el momento del recuento.

Y sin ellos, como sin los apoderados, tampoco hay elecciones. Así que, una tarde como la de este domingo, toca reconocer su dedicación.