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Twitter, una furgoneta y un alcalde en el gimnasio

Los candidatos al Ayuntamiento de Burgos libran su particular campaña en Twitter para llegar al electorado más joven

Ruth Rodero

Burgos

Viernes, 26 de mayo 2023, 18:26

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La pegada de carteles dio el pistoletazo de salida a la campaña electoral que culminará con las Elecciones Municipales de este 28 de mayo, pero los debates políticos, los mítines y los discursos elaborados han dejado paso a mensajes mucho más directos en las redes sociales de los candidatos al Ayuntamiento de Burgos.

Con un lenguaje mucho más coloquial y directo, más cercano quizás a una parte del electorado más joven, las redes sociales permiten democratizan el acceso a la información, porque cualquiera puede acceder a ella desde cualquier punto del planeta, pero también facilita a los partidos atraer votantes con estrategias de marketing a los que no tendrían acceso de otra manera.

Con el paso de las jornadas de campaña esta se ha ido recrudeciendo en redes, especialmente dentro del triángulo formado por el actual alcalde, Daniel de la Rosa, la líder de la oposición, Cristina Ayala, y Carolina Blasco, que parecía que no estaba invitada a la fiesta, pero que como decía Mecano: «Allí me planté y en tu fiesta me colé».

La discusión en las redes sociales carece de nivel de debate y se ha convertido en un cruce de acusaciones (aka citar tweet) en el que el «y tú más» es la estrella del baile, aunque la música, y el fútbol, se abren hueco siempre que pueden para hacer el rifirrafe político algo más llevadero (o no).

El día 1 de campaña todo parecían buenos deseos, un canal en el que compartir las actividades electorales, los programas, los proyectos. Promesas, deseos, una especie de mercadillo en el que cada candidato gritaba «que lo llevo a euro» a quien quisiera leerlo.

Daniel de la Rosa apostó entonces por la cercanía. Por mostrar a los burgaleses un día con él. Como si de una youtuber se tratara en un 'vlog', vamos, grabando lo que hace en su día libre. El gimnasio, las cañas con los amigos, el cine son su pareja o una copa por la noche. Un vídeo costumbrista al más puro estilo Dulceida y no exento de polémica: que si el gimnasio era privado, que si el alcalde se estaba tomando una copa, que si era necesario ver semejante documento gráfico. Los haters. Los odiadores. Los del equipo del todo mal.

Cristina Ayala en 'barrio Twitter', su personal manera de dirigirse a sus seguidores, tenía reservado su primera elección musical: Beggin, de Måneskin, firmes defensores del colectivo LGTBI. Primer día de campaña, y primer día de 'Sanchismo' en las redes de la candidata popular, uno de los argumentos que con más fuerza vertebra su campaña.

Y mientras tanto, Carolina Blasco, como cantaban los M-Clan, haciendo suplicar a diestro y siniestro que los trate bien, porque con dedos afilados afeaba los desplantes a soportar por haberse colado en la fiesta (¿de la democracia?) y se resistía a aceptar sus ausencias en los primeros actos de campaña.

Música en los templetes, mercadillos textiles, la marcha contra el cáncer. Pero la campaña avanzaba y se recrudecía. El PP denunciaba ante la Junta Electoral de Zona al PSOE, el PSOE se defendía y el PP contesta con un «ey, que ya te advirtieron, algo estarás haciendo mal», a lo que los socialistas contraatacaba con un «a mí no me han sancionado, ¿y a ti?». El «y tú más» de manual que no puede faltar a cada cita con las urnas.

Y en medio del debate por la Zona de Bajas Emisiones los protagonistas han sido las furgonetas y vehículos de campaña. La del Equipo A de Ayala y el de la Ruta del Progreso de Daniel de la Rosa. Con su seguimiento en Twitter, porque lo que no se ve es como si no existiera y, como buen influencer que se precie hay que enseñar lo que se hace para que esto cuente como hecho.

Y mientras el discurso se alejaba más de Burgos: que si Bildu, que si Pedro Sánchez, que si todo es ETA, que si Madrid y los paracaidistas. Mientras tanto, los días de campaña siguen pasando hojas al calendario. Y el tono se vuelve más oscuro y lo que ocurre en la calle salta a las redes. O viceversa. Como si se pudiese disociar. ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? Que si quítame de ahí esas pegatinas, que si Burgos está sucio, que si lo estás ensuciando tú.

El tono sube con la denuncia en redes del PSOE al PP de hacer una campaña sucia y desleal. Pegatinas, pintadas, carteles. Propuestas, entrevistas, actos, mítines… Una paella en la romería que parece limar asperezas. Fotos, sonrisas. Un día, otro, otro. El «ganar, ganar, ganar y volver a ganar» que llevó a Luis Aragonés a lo más alto del fútbol patrio. Y fiestas y trifulcas varias, de las que saben bastante los alcaldables socialistas y populares en Twitter; la última, de hace apenas unos días. Mientras Daniel de la Rosa invitaba a los jóvenes burgaleses a un acto en la Llana de Afuera, los populares le echaban en cara la invitación a emborracharse gratis. Que si yo no pongo el alcohol, que si tú les pagas el botellón.

Cualquier idea es buena en redes. Un Pasapalabra, que para eso Orestes estuvo a punto de llevarse el bote. O tirar de hemeroteca, que nunca está mal, para recordar a quienes pueden salir elegidos lo que dijeron hace unas semanas y quizás les atragante el café viendo que la fecha de cumplir con su palabra se acerca.

¿Y el resto? Pues a sus piripitillas. A compartir propuestas electorales y actos, además de intervenciones en medios, mientras Carolina Blasco sigue ejerciendo su papel de azote del poder, cual payaso justiciero a la espera de las urnas y otros ignoran el poder que te da tener Twitter instalado en tu teléfono móvil.

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