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rafael m. mañueco
Corresponsal. Moscú
Viernes, 18 de enero 2019, 23:32
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La estrambótica modelo bielorrusa Anastasía Vashukévich, más conocida como Nastia Ribka, se enfrenta a una posible pena de seis años de cárcel en Rusia por organizar un prostíbulo. Su compañero de correrías, Alexánder Kiríllov, alías Lesli e igualmente nacido en Bielorrusia, podría ser también acusado de proxenetismo. Ribka asegura poseer «pruebas» (unas supuestas grabaciones) sobre la injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016, pero su arresto parece estar más bien relacionado con la demanda que el magnate del aluminio Oleg Deripaska interpuso hace un año contra ella por violar su intimidad.
Tras casi un año de reclusión en una prisión tailandesa, Ribka y Lesli fueron condenados el martes a una multa por comportamiento impúdico, y el jueves introducidos en un vuelo de Aeroflot con destino a Moscú. Al llegar al aeropuerto capitalino de Sheremétievo, los dos fueron detenidos por agentes de las fuerzas de seguridad. Fueron también arrestados algunos de los llegados en el vuelo de Bangkok, que participaron en los 'cursos de sexo' que Ribka y Lesli montaron en la playa de Pattaya (Tailandia) en febrero del año pasado. Esta 'perfomance' pornográfica puso a la Policía tailandesa tras su pista y les hizo acabar en prisión.
El verdadero escándalo estalló hace poco más de un año cuando el líder opositor ruso Alexéi Navalni publicó en Youtube un vídeo elaborado a partir de las fotos colgadas en Instagram por la escort bielorrusa sobre un viaje realizado en 2016 en el yate de Deripaska por los fiordos noruegos. A bordo viajaban otras cinco chicas y el viceprimer ministro ruso Serguéi Prijodko. Como explicaba Navalni, «estamos ante un caso flagrante de corrupción».
Ribka relató al detalle la singladura en el yate de Deripaska con Prijodko. Contaba también las conversaciones entre ellos sobre los vínculos del 'rey del aluminio' con el jefe de campaña de Donald Trump, Paul Manafort. Por todo ello, Deripaska presentó una querella contra la escort bielorrusa. Pero ella partió enseguida hacia Tailandia y el caso quedó en suspenso.
Medios rusos sostienen que ningún funcionario estadounidense trató de entrevistarse con Ribka mientras estuvo arrestada en Tailandia para averiguar qué sabe realmente sobre la trama de injerencia rusa en los comicios en EE UU.
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