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Mario Draghi se quita la mascarilla para dirigirse a la prensa en Roma, tras hablar con el presidente del país, Sergio Mattarella. REUTERS

Italia cierra su crisis política con el nacimiento del Gobierno de Draghi

El nuevo Ejecutivo está formado por 23 ministros y cuenta con el respaldo de una amplia coalición de partidos, algunos de ideologías opuestas

darío menor

Corresponsal. Roma

Viernes, 12 de febrero 2021, 22:46

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Italia sale reforzada de la crisis política iniciada hace un mes cuando el pequeño partido centrista de Matteo Renzi abandonó la coalición gubernamental, liderada por el ya exprimer ministro Giuseppe Conte. Pese al caos político de estas últimas semanas y a la incertidumbre generada en medio de la pandemia, el país cuenta ahora con una gran alianza para sostener al nuevo Ejecutivo, formada por todos los partidos excepto los ultraderechistas de Hermanos de Italia, y un primer ministro con gran experiencia y prestigio internacional, Mario Draghi. A él le tocará sacar a Italia de la crisis del coronavirus e invertir los hasta 209.000 millones de euros prometidos por Bruselas para hacer frente a las consecuencias de la pandemia.

El expresidente del Banco Central Europeo (BCE) se reunió este viernes con el jefe del Estado, Sergio Mattarella, para informarle de que contaba con suficientes apoyos parlamentarios para formar el nuevo Gobierno y explicarle quiénes le van a acompañar en su Gabinete. Se espera que Draghi y sus 23 ministros (9 sin cartera), entre los que hay 8 mujeres y tanto técnicos como políticos, juren sus cargos este sábado para someterse a principios de la próxima semana a la moción de investidura en el Parlamento, cuyo resultado positivo se da por descontado.

En el nuevo Ejecutivo hay algunos nombres de peso de las fuerzas políticas que sostienen a la coalición, como Dario Franceschini, del Partido Democrático (PD), que sigue al frente del Ministerio de Cultura. Destaca también el nombramiento al frente de Desarrollo Económico de Giancarlo Giorgetti, 'mano derecha' de Matteo Salvini en la Liga, y de tres personas de la máxima confianza de Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia (FI), como ministros sin cartera. El Movimiento 5 Estrellas (M5E), la formación más numerosa del Parlamento, logra que repita Luigi Di Maio como titular de Exteriores y sigue controlando otras áreas de peso en el Gobierno.

LA CLAVE:

  • Sondeos favorables. A sus 73 años, el exjefe del BCE llega al poder con unos niveles de popularidad del 85%

  • Equilibrio. En el Gabinete propuesto por Draghi hay ocho mujeres y tantos técnicos como políticos

El M5E consigue además la creación de un Ministerio para la Transición Ecológica, que estará dirigido por un técnico, el físico Roberto Cingolani. La creación de este departamento era una exigencia del partido 'anticasta', que sometió el apoyo a Draghi a una consulta de sus militantes. Lo aprobaron con un 59%, lo que muestra las dificultades de una parte significativa del M5E para aceptar formar parte del tercer Gobierno de esta legislatura, iniciada en 2018.

Entre los técnicos que acompañan al expresidente del BCE llama la atención el nombre de Marta Cartabia como ministra de Justicia. Profesora de Derecho Constitucional, fue la primera mujer en ser nombrada presidenta del Tribunal Constitucional. Otra figura de peso estará al frente del Ministerio de Economía: Daniele Franco, hasta ahora director general del Banco de Italia y hombre de la máxima confianza de Draghi. No será fácil la convivencia entre el M5E y Franco, que no tuvo empacho en el pasado en criticar la 'renta de ciudadanía', una de las grandes promesas de los 'anticasta'. Tampoco pertenece a ningún partido Luciana Lamorgese, que sigue al frente de la cartera de Interior.

A sus 73 años, el expresidente del BCE llega al poder en Italia con un amplísimo respaldo, tanto de los partidos como de la opinión pública y de la prensa. Los últimos sondeos sitúan su popularidad en el 85%, mientras que la mayoría de los medios le han dedicado una cantidad de elogios tan exagerada que Giovanni De Mauro, director de la revista 'Internazionale', recordaba que «sería mejor esperar a la santificación». Junto a la campaña de vacunación y la gestión de las ayudas europeas, una de las 'patatas calientes' del nuevo primer ministro será poner orden en la amplia coalición que lo sostiene, formada por partidos con ideologías opuestas en algunos casos.

«No será una tarea fácil», advierte Luigi Curini, profesor de Ciencia Política de la Universidad Estatal de Milán. «Además de las tensiones internas del M5E hay que tener en cuenta que si la Liga y FI dicen 'blanco', el PD dirá 'negro'. Una prueba de la resistencia de la alianza vendrá cuando se reanuden las llegadas de inmigrantes», señala el experto, para el que la continuidad del Gobierno dependerá en parte de la capacidad de Draghi por mantener alta su popularidad. «Si no cesa la luna de miel tendrá fuerza para imponer una línea de mediación».

Curini considera que el puesto de primer ministro puede servirle al expresidente del BCE como trampolín de cara a convertirse en presidente de la República a principios del año que viene, cuando Mattarella acabe su mandato. Su Gobierno podría durar así menos de un año. «Otra alternativa es que el actual jefe del Estado prolongue su estancia en el cargo hasta el inicio de la próxima legislatura en 2023 y sea ya el nuevo Parlamento el que elija a Draghi como presidente de la República. Si no comete grandes desastres será el favorito».

Conte, el gran perdedor por subestimar a Renzi

Si Matteo Renzi, líder del pequeño partido Italia Viva, es el claro ganador de esta crisis política, pues ha logrado cambiar el Gobierno con solo un 3% de respaldo en las encuestas, el gran perdedor es sin duda Giuseppe Conte. El «abogado del pueblo», como se presentó a los italianos en 2018, logró dirigir los dos primeros Gobiernos de esta legislatura y pensaba que iba a poder hacerlo también con el tercero, pero jugó mal sus cartas y se queda fuera del poder. Y eso que hasta hace unos días contaba con una popularidad del 58% y no le faltaban novias para crear un nuevo partido en caso de que la crisis hubiera derivado en la convocatoria de elecciones anticipadas. Pero se equivocó principalmente por subestimar la capacidad maquiavélica de Renzi y las ganas de Mario Draghi por hacerse con las riendas del poder.

«Conte tiene que tener cuidado si quiere mantenerse en la política, porque los italianos olvidan pronto», advierte Luigi Curini, profesor de Ciencia Política de la Universidad Estatal de Milán. «Si se hubiera mantenido como ministro en el nuevo Gobierno habría contado con una presencia, pero ahora tendrá que buscar otra forma de no pasar desapercibido porque Draghi ocupa toda la escena». Aunque el rector de la universidad de Florencia, donde Conte trabajaba como profesor de Derecho, ya ha dicho que le recibirá con los brazos abiertos, el exprimer ministro no parece con muchas ganas de volver tan pronto a la docencia.

Además de animarse a crear su propio partido, una alternativa que parece ahora descartada, otra opción para tratar de seguir en la picota vendría si tratase de liderar el Movimiento 5 Estrellas (M5E), la fuerza política que le sacó del anonimato en 2018 para ponerle al frente del primer Gobierno de la legislatura en coalición con la Liga. Conte logró seguir en el cargo en el segundo Ejecutivo, formado por una alianza entre el M5E, el Partido Democrático, Italia Viva y la lista izquierdista Libres e Iguales. «Su problema es que si las elecciones se celebran en 2023 cuando por fin se haya acabado la pandemia los italianos se habrán olvidado de él y el M5E lo pasará muy mal para alcanzar un buen resultado», pronostica Curini.

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