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El presidente nacional del Partido Popular, Pablo Casado. EFE

Casado acusa al Ejecutivo de vulnerar la «neutralidad institucional»

Asegura que las medidas que apruebe a partir de ahora el Consejo de Ministros son solo un intento de sacar ventaja de cara a las generales

Nuria Vega

Madrid

Viernes, 1 de marzo 2019, 16:11

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Más que una estrategia de «captación de talento», lo que el PP ve tras los fichajes de Ciudadanos es una manera de «instigar el transfuguismo» y no cree que sea «bueno». Las últimas incorporaciones al proyecto de Albert Rivera, la del exministro socialista Celestino Corbacho o la expresidenta popular de las Cortes de Castilla y León, Silvia Clemente, despiertan los recelos de los grandes partidos. «Y encima -censura el líder de los conservadores, Pablo Casado- se intenta vender como regeneración».

Rivera reiteró este jueves que sus brazos están «abiertos» para recibir a aquellos exdirigentes defraudados con el rumbo de PP y PSOE. Es más, en muchos casos es la dirección de Ciudadanos la que se ha esforzado por ponerse en contacto con críticos como el expresidente balear, José Manuel Bauzá, que accedió a «asesorar» a los liberales tras romper con el partido de Casado. Decisiones que en las filas conservadoras se reciben con malestar.

«A nosotros -ha insistido el líder del PP en su visita a Palma de Mallorca sin citar expresamente a Ciudadanos- no nos hace falta ir a pescar en caladeros ajenos, no necesitamos ir a llamar a personas que están en otros partidos, porque tenemos cantera de sobra, talento de sobra y, sobre todo, experiencia de sobra». Es un mensaje especialmente significativo expresado en las Islas Baleares, donde también el diputado popular Antoni Camps decidió el martes dejar el partido y ser el candidato de Vox al Consell de Menorca.

Más allá de las decisiones personales, hay movimientos que a Casado le suenan a transfuguismo y esta mañana ha recordado el pacto que los partidos con representación parlamentaria suscribieron contra este fenómeno en 1998.

Según el registro del Ministerio de Política Territorial y Función Pública, la última vez que se reunió la comisión de seguimiento de ese acuerdo fue en diciembre de 2010. Precisamente, Ciudadanos pidió en 2017 al Gobierno de Mariano Rajoy reactivar el Pacto Antitranfuguismo para incorporarse a él. En aquel momento era el partido de Rivera el que perdía efectivos, especialmente en los municipios, donde algunos de sus concejales resolvieron marcar distancias y pasar a ser no adscritos. Fuentes de la formación liberal, sin embargo, no ven la situación actual comparable. Recuerdan que tanto Clemente como Bauzá abandonaron el PP. «La gente entrega el carné -argumentan- y se acerca a Ciudadanos».

En todo caso, los populares relativizan las fugas que han sufrido. No ocultan que hace más un año hubo movimientos «puntuales» en algunos municipios o provincias hacia Ciudadanos y no descartan que pueda ocurrir lo mismo con Vox. En muchos de esos casos, se trata, dicen, de críticos que, incluso, pueden intuirse fuera de las listas. Pero no los consideran cuantitativamente significativos, más allá de que ninguna marcha sea deseable.

«Viernes demagógico»

Pero no sólo los fichajes de Ciudadanos merecen el reproche de los populares. Casado también ha cargado esta mañana contra Pedro Sánchez. El presidente del PP detecta ya en las reuniones del Consejo de Ministros un aroma a campaña, a «viernes demagógico». Los reales decretos que el Gobierno aspira a ir aprobando, aun con las Cortes disueltas a partir del 5 de marzo, son, a su juicio, sólo promesas en la contienda del 28-A y un intento de sacar ventaja en la competición que sólo ocurre en las «repúblicas bananeras». «Consideramos -ha denunciado- que esto va contra la igualdad electoral de los partidos políticos que concurren y contra la neutralidad institucional».

El Gobierno se topará con la oposición del PP en la Diputación Permanente del Congreso, donde tendrá que buscar a sus socios para sacar adelante las medidas que considera urgentes. Los populares sostienen que la estrategia de Sánchez supone un «uso electoralista» de la Cámara baja y argumentan que no es la primera vez que el jefe del Ejecutivo intenta sacar partido de su cargo. «El PSOE instrumentaliza al Rey en sus libros -ha afeado Casado-, instrumentaliza la Moncloa para mítines en ruedas de prensa, instrumentaliza el CIS publicando encuestas que ya nadie se toma en serio e instrumentaliza TVE radiotransmitiendo la presentación de su libro durante hora y media»

Los populares creen que esta dinámica de abordar en las reuniones del Consejo de Ministros asuntos que han quedado pendientes no sólo es «irresponsable», sino que llegará prácticamente hasta la apertura de las urnas. «Son viernes electorales -ha esgrimido Casado-, lo que pretenden es hacer anuncios que no van a poder pagar, que no van a poder aprobar y lo que quieren es financiar su campaña electoral».

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