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Imagen que mostraba el estafador de los pisos. BC
Investigado por un delito de estafa al alquilar pisos estivales que no existían

Investigado por un delito de estafa al alquilar pisos estivales que no existían

La denuncia de un burgalés ha permitido la localización del estafador al que se le atribuyen otros 16 casos similares cometidos durante el presente año

Martes, 22 de octubre 2019, 13:20

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La Guardia Civil ha investigado a J. S. D. R., de 26 años de edad, como presunto autor de un delito de estafa, al ofertar pisos inexistentes para el alquiler durante la temporada veraniega, solicitando una cantidad económica en concepto de reserva. Al propio perjuicio económico hay que añadir el moral, ya que toda la familia se desplazaba hasta el falso apartamento para disfrutar de las vacaciones estivales.

Los hechos denunciados ocurrieron el pasado verano, cuando una familia burgalesa que había reservado meses antes una vivienda en una localidad de la costa castellonense se presentó en el domicilio facilitado por la persona de contacto, comprobando que no existía el edificio prometido y que todo había sido un engaño, no volviendo a responder a sus llamadas.

Tras recibir la denuncia, la Comandancia de Burgos abrió una investigación que llevó a la identificación y localización del presunto autor, domiciliado en la provincia de Lugo, y a quien se le vincula con otros 16 hechos similares por estafa cometidos en otros puntos de España.

Modus operandi

El sujeto en cuestión ofertaba el alquiler de 'llamativos' pisos con piscina propia en una importante zona turística de la costa castellonense, siempre a precios más bajos a los habituales y para la temporada estival.

Cuando un posible cliente se interesaba por el arrendamiento, el arrendador se ganaba su confianza, siendo la comunicación telefónica muy fluida al principio; la 'víctima' ingresaba en una cuenta bancaria facilitada por éste, en concepto de fianza o reserva, una cantidad económica que variaba entre los 100 y los 350 euros. A continuación, recibía vía Whatsapp un contrato con muy buenas condiciones, ya firmado, lo que otorgaba cierta seguridad y confianza a la operación.

Llegada la fecha, el perjudicado se trasladaba hasta el lugar concretado, verificando in situ que no existía ningún edificio que se pareciera al ofertado vía internet y que todo había sido una estafa.

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