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Algunas quejas de los vecinos de Pedrosa de Tobalina tienen como protagonista a la música que ponen aquellos que llegan hasta el lugar con grandes altavoces. BC
Pedrosa de Tobalina muestra las ventajas y desventajas del verano en un pueblo turístico

Pedrosa de Tobalina muestra las ventajas y desventajas del verano en un pueblo turístico

Algunos vecinos se quejan de las molestias que ocasionan los que llegan hasta el entorno de la cascada | Otros señalan que no todos los visitantes son incívicos y que este turismo es necesario porque el resto del año están «solos»

Domingo, 1 de septiembre 2019, 09:34

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Hasta la Cascada de El Peñón del río Jerea, que se sitúa en Pedrosa de Tobalina, pedanía del municipio del Valle de Tobalina, llegan a lo largo del verano miles de visitantes. Los fines de semana del estío son los días con más afluencia de gente y no es de extrañar. Este paraje natural es uno de los grandes enclaves paisajísticos que deja el río Jerea a su paso por la comarca burgalesa de las Merindades. La llegada a este pueblo es muy especial con una alargada cascada de 110 metros de frente y 20 metros de caída. En verano, además, se puede disfrutar de su estupenda zona de baño, tanto en la parte superior como en la inferior de la cascada.

El lugar es muy popular en la provincia y hasta allí acude mucha gente. Esto, como ocurre en muchos otros puntos turísticos, se convierte en un problema para algunos vecinos que sufren la molestia de todos los visitantes que llegan y a los que acusan de conductas incívicas. Otros vecinos de Pedrosa de Tobalina, en cambio, consideran que la mayoría de los que llegan hasta este paraje no dan problemas y que hay que entender que esto «es necesario para el pueblo, ya que durante el resto del año estamos solos».

Quejas

Algunos vecinos, sobre todo aquellos que residen cerca del entorno de la cascada, se quejan de las molestias que sufren cada verano cuando llegan decenas de visitantes cada día hasta el lugar. Una vecina asegura que muchos fines de semana llegan autobuses llenos de gente, pasan allí el día y explica que rara es la jornada en la que no quedan basuras en el lugar. Esta mujer lamenta que estén «destrozando una zona natural protegida» por «dejar basuras, clavar sombrillas y, además, hacer fuego».

Silla rota abandonada en el lugar.
Silla rota abandonada en el lugar. BC

Además de la suciedad que esta mujer asegura que dejan los visitantes de este entorno, la vecina lamenta que se haga fuego, algo que apunta «no se puede hacer en la chopera porque ya hay una zona de mesas para ello».

Algunas de sus quejas se orientan hacia aquellos que llevan grandes altavoces a través de los cuales ponen la música muy alta, sin respetar al resto de turistas, bañistas o vecinos. Una vecina de Pedrosa de Tobalina asegura que tiene que llamar, «cada fin de semana», a la Guardia Civil. Explica que llegan, les hacen bajar la música pero en cuanto se van vuelven a subir el volumen, asegura.

También añade esta vecina que, aunque está prohibida la acampada libre, muchos de los que llegan montan ahí su tienda de campaña y hacen noche en el lugar.

Tienda de campaña en el entorno de la cascada.
Tienda de campaña en el entorno de la cascada. BC

El lado positivo

No todos los vecinos comparten estas quejas. Sí reconocen que durante el verano acude mucha gente a Pedrosa de Tobalina, sobre todo a disfrutar del entorno de la cascada, pero apuntan que «la mayoría son cívicos pero entre todos siempre se cuela algún incívico y la gente lo generaliza pero la mayoría no dan problemas». Este vecino de Pedrosa de Tobalina, que vive allí durante todo el año, explica que hay mucha gente que viene en verano al pueblo y «solo quieren tranquilidad, es normal, pero también hay que entender que las visitas y la actividad económica se reactivan durante estos dos meses, en invierno aquí estamos solos».

Él está «encantado» con que venga gente al pueblo. Reconoce que algunos sí dejan basura pero «son los menos. También viene gente curiosa que está en el entorno de la cascada y deja todo impecable. Igualmente, muchas veces ves a gente del pueblo ensuciando, que están allí y no recogen sus desperdicios y eso es más triste aún», lamenta este hombre.

Lo fundamental para este vecino es «respetar» porque «comentarios se van a escuchar igual porque hay quien no entiende lo que es un pueblo turístico en estas fechas y quien no sabe respetar al resto en un espacio natural», añade.

Sí reconoce este hombre que se instalan tiendas de campaña o llegan hasta allí autocaravanas y furgonetas para hacer noche pero puntualiza que «si les ve la Guardia Civil les levanta al campamento porque eso está prohibido».

Verano tristemente sonado

Durante este estío dos hombres han fallecido en esta zona de baño. El primer suceso ocurrió en los primeros días del mes de junio, un hombre sufrió un corte de digestón y se ahogó. El segundo sucedió a mediados de julio cuando un joven de 20 años perdió la vida después de lanzarse desde lo alto de la cascada y ahogarse. A este respecto, este vecino de Pedrosa de Tobalina reconoce que estas informaciones no les benefician pero apunta que «en el segundo caso fue una desgracia que ocurrió por no tener prudencia, no tiene por qué pagarlo el resto de la gente».

Estos dos fallecimientos han supuesto una alarma especial sobre el riesgo de bañarse en la zona de la cascada del río Jerea, aunque ya en 2016 se recogieron firmas entre los vecinos de la localidad para pedir algunas actuaciones al Ayuntamiento, entre las que figuraba la adopción de medidas de seguridad en la zona del río.

Desde el Ayuntamiento de Valle de Tobalina se ha asegurado este verano que la responsabilidad recae directamente sobre la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Actualmente la cascada de Pedrosa de Tobalina no está regulada como zona de baño, por lo que el baño es libre como en cualquier río.

El Ayuntamiento, por tanto, se va a limitar a instalar indicaciones que se sumarán al resto de carteles informativos y vallas instaladas avisando de la peligrosidad de saltar desde lo alto de la cascada.

El verano pone de manifiesto en Pedrosa de Tobalina lo que ocurre en muchos otros pueblos burgaleses. Los vecinos se dividen entre los que buscan tranquilidad, algo que no debería estar reñido con un turismo respetuosos. Otros ven esta afluencia de gente como algo positivo para el pueblo, ya que el resto del año no es así, y lo afrontan con más optimismo.

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