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Queja habitual, problema constante

Queja habitual, problema constante

Con una buena cosecha a la vista los agricultores recuerdan que su rentabilidad será mínima debido a los precios extramadamente bajos

Lunes, 13 de julio 2020, 08:27

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Puede que con una pandemia mundial por medio se nos haya olvidado que el pasado 11 de marzo estaba previsto que cientos de agricultores burgaleses salieran a las calles de la capital para reclamar una mejora de sus condiciones. Una queja habitual para intentar resolver un problema constante que se extendía y extiende a nivel nacional.

Algunas de las quejas siguen encima de la mesa sin resolverse, tales como el comportamiento de los intermediarios, el injusto reparto en la cadena de valor (se calcula que el agricultor se queda solo con el 8 por ciento de dicha cadena) e injusticias en el reparto de los fondos de la PAC (se habla de una reducción del 10 por ciento de las ayudas y se exige la definición de la figura del agricultor genuino).

Tras unos meses en los que los agricultores han seguido trabajando, llenando nuestras despensas, unos meses en los que hemos valorado la importancia de nuestro sector primario, ha llegado el momento de que sean ellos los atendidos. Con las previsiones de la cosecha en la provincia se ponen de manifiesto, de nuevo, sus problemas. La cosecha será buena, se recogerá gran cantidad de producto pero de poco servirá. Si se vende ahora se les pagará a precios de los años ochenta, mientras ellos tienen que pagar un gasóleo, un instrumental, unos productos, en resumen, unos insumos, a precios de este 2020.

La caída generalizada de los precios mermará la rentabilidad de la cosecha en la provincia, una cosecha que podría alcanzar entre 1,9 y 2 millones de toneladas. Si comparamos con el año 2019, este año se pagará entre 50 y 100 euros menos por hectárea de trigo y entre 150 y 200 euros menos por hectárea de cebada.

Estamos hablando de más de 6.900 personas que en la provincia de Burgos se dedican al sector primario, 1.705 en el régimen general de la Seguridad Social y 5.216 en el régimen de autónomos, según los últimos datos del Ministerio de la Seguridad Social. Estamos hablando de condenar a la incertidumbre, a un trabajo remunerado por debajo del coste real, de abocar al abandono explotaciones que dan empleo a más de 6.900 personas en la provincia.

La crisis de la covid-19 ha dejado todos los sectores económicos tambaleándose, pero la agricultura ya estaba tocada de antes. Conocemos planes para impulsar el turismo, ayudas o exenciones para la hostelería pero ¿qué hay del sector primario? Los agricultores burgaleses no viven de expresiones como: en esta pandemia hemos aprendido a valorar lo importante que es el sector primario. El sector primario vive de que se acaben las ventas a pérdida. Su supervivencia depende de que se finalice eso de que unos pocos y muy poderosos impongan unos precios abusivamente bajos.

Agricultores y ganaderos se mueven como peones en un complejo tablero de juego en el que en demasiadas ocasiones acaban siendo la pieza sacrificada.

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