El turismo rural mantiene su paralización en enero
Las restricciones derivadas de la covid-19 motivan un desplome del 94% del volumen de viajeros en las casas rurales de la provincia de Burgos en enero
La paralización del sector turístico continúa siendo prácticamente total en sus diferentes facetas. Las restricciones derivadas de la pandemia de la covid-19 están provocando una crisis jamás vista que parece se prolonga ya mucho tiempo. Ejemplo de ello son los resultados del sector del turismo rural, que tras cerrar un 2020 para olvidar, ha comenzado aún peor el nuevo año.
Así lo demuestran los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Unos datos que dejan poco espacio a la interpretación. Y es que, de acuerdo a la estadística, los establecimientos de turismo rural de la provincia registraron apenas 212 viajeros durante el pasado mes de enero, lo que supone un desplome del 94,2% respecto a los datos registrados en el mismo periodo de 2020, cuando la covid-19 aún no había llegado a Europa.
Obviamente, ese desplome del volumen de viajeros se tradujo en una impresionante reducción de las pernoctaciones, que apenas alcanzaron las 773. Justo un año antes se contabilizaron 6.847, lo que se traduce en una caída del 88,7% respecto a los momentos previos a la pandemia.
En este sentido, es obvio que las restricciones impuestas por la Junta de Castilla y León, sobre todo la vinculada a los cierres perimetrales de la comunidad y cada una de las provincias (vigente durante el mes de enero), así como la propia evolución sanitaria, son las causas de estos terribles resultados.