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«Nos estamos jugamos la salud de la próxima década»

El impacto de la covid-19 ha supuesto un reto a los cuidados y a la calidad de vida, pero más aún en la población más envejecida. «Debemos prepararnos para una ola de limitaciones físicas y enfermedades cardiovasculares«, apunta un especialista

i.a.g.

Miércoles, 7 de abril 2021, 08:13

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La vida ha sido dura con ellos y la pandemia del coronavirus recordó la debilidad de los mayores, quienes lucharon y resistieron ante muchas de las penurias vividas en la historia de España. Los ancianos fueron carne de cañón para este enemigo invisible que brotó de la forma más sanguinaria ante ellos, haciéndoles perder su condición individual y convirtiéndoles en números de la estadística en el recuento que se hace a diario. Los que han sobrevivido se encuentran ahora desarrollando la pretendida inmunidad plena tras las dosis de vacunación.

«Esta población afronta un año decisivo en su vida por la sobermortalidad motivada por esta pandemia y que nos obligará a prepararnos para un tsunami de limitaciones físicas y enfermedades cardiovasculares», afirma el doctor Antonio Contreras, médico de Ballesol, con motivo del Día Mundial de la Salud que se celebra el 7 de abril. El virus ha causado para muchos mayores estragos en su salud física y mental. «En este 2021 nos jugamos la salud de la próxima década si no individualizamos una estrategia de cuidados post-covid», dice Contreras.

Aunque la salud sigue siendo uno de los aspectos más valorados en la vida de las personas, la covid-19 está afectando significativamente a dos indicadores esenciales: la caída de la esperanza de vida y el crecimiento de enfermedades y problemas de salud de larga duración -como mínimo, 6 meses-. «El problema ya no es perder esperanza de vida sino en qué condiciones y calidad de vida estamos envejeciendo»; porque el hecho de que podamos envejecer bien, depende de muchos factores. Actualmente la salud es la primera prioridad para los españoles. Entre la población de más de 85 años se ha duplicado el número de caídas, fracturas, pérdida generalizada de masa muscular o deterioro progresivo de las funciones cognitivas como consecuencia de la pandemia.

Debido al sedentarismo, la restricción de movilidad y autonomía como resultado de permanecer tanto tiempo en el domicilio, «se reducirá la esperanza y calidad de vida de las personas mayores». Por eso, el doctor Contreras hace alusión a la necesidad de tener el cuerpo y la mente en perfecta armonía y recurrir a intervenciones específicas.

Para revertir esta situación, el especialista recomienda una «planificación individualizada de rehabilitación y fisioterapia, reforzados con la ingesta proteica de dietas enriquecidas» para alcanzar el máximo grado de funcionamiento de la persona en todas las áreas, logrando su bienestar físico, funcional y social.

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