Los vecinos de Castañares decidirán sobre su futuro pasadas las Navidades
Habrá una reunión con el mayor número posible de habitantes para conocer su opinión sobre la integración como barrio
Castañares tendrá que analizar ventajas e inconvenientes, porque a Burgos cualquiera de las dos opciones le deja indiferente
Se prepara una nueva asociación vecinal que serviría de interlocutor con el Ayuntamiento para la organización fiestas, actividades culturales o deportivas
Los vecinos de Castañares dejarán pasar las Navidades antes de tomar una decisión sobre el futuro de esta pedanía del Ayuntamiento de Burgos, que podría convertirse en un barrio más de la ciudad. El peligro más inminente, su desaparición “ipso facto” por incumplimiento de la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, se ha evitado. Y es que Intervención municipal ha presentado ya las cuentas ante el Tribunal de Cuentas, como marca la normativa, y salvo algún documento más a aportar o aclaración de algún apunte, Castañares no corre riesgo de desaparecer.
El alcalde pedáneo, Manuel Dueñas, se reunía a principios de mes con Javier Lacalle, en una reunión abierta a todos los vecinos. La cita pretendía informar sobre los trámites a seguir en caso de que se opte por una integración como barrio a la ciudad. Un proceso largo y complicado, que exige, no sólo el acuerdo de los dos ayuntamientos implicados, sino también el visto bueno de la Junta de Castilla y León, la aprobación del Ministerio de Administraciones Públicas y, dependiendo de la resolución, su paso por el Consejo de Ministros.
Decisión vecinal
“No pasa nada porque no se haga en esta legislatura, pero es verdad que se hace ahora o no se hace”
Dueñas insiste en que la decisión final la tienen los vecinos. Si bien es cierto que tanto el Ayuntamiento de Burgos como el de Castañares podrían acordar una integración de manera unilateral, ni unos ni otros quieren hacerlo de este modo, porque no es necesario, y así lo recuerda también la concejala delegada de Castañares, María José Abajo. Por ello, pasadas las fiestas se convocará una reunión con los vecinos y se verá cuál es la opinión mayoritaria; en función de lo que allí se debata y/o acuerde, el Consistorio tomará una decisión.
La realidad es que Castañares funciona más como un barrio que como una pedanía. Por su reducido número de vecinos, el único presupuesto que maneja es el de las fiestas. Recibe 6.000 euros de subvención municipal para sufragar el pago del IBI derivado de inmuebles y fincas de propiedad del Consistorio, y todos los servicios se presentan desde Burgos. De hecho, entre sus peticiones sigue estando la mejora de la frecuencia de los autobuses urbanos, un asunto que han hablado también con Esteban Rebollo, el concejal responsable del Samyt, y que podría solucionarse a principios del próximo año.
El alcalde pedáneo insiste en que no hay prisa, aunque María José Abajo reconoce que Dueñas no quiere presentarse a la reelección en las elecciones municipales de mayo y tampoco parece que haya nadie interesado en presentar candidatura. Lo que sí se está gestando ya es una nueva asociación de vecinos, que serviría de interlocutor con el Ayuntamiento de Burgos, al modo en el que lo hacen otras agrupaciones de Villatoro o Villafría, por ejemplo. En caso de convertirse en barrio, sería esta asociación la que gestionaría las fiestas, las demandas y el día a día municipal, igual que se hace en otros barrios de la ciudad, recuerda Abajo.
Preocupaciones diarias
El Ayuntamiento mantiene una postura indiferente. Las relaciones ni empeorarán ni mejorarán
A Burgos, ni le beneficiaría ni le perjudicaría la integración como barrio. Simplemente mejorarían las relaciones administrativas. Son los vecinos de Castañares los que tienen que estudiar ventajas e inconvenientes y, una vez se vea cuál es el sentir mayoritario, Dueñas está dispuesto a buscar a un profesional que les concrete los beneficios y o no de dejar de ser una pedanía. De momento, en Castañares quieren que les resuelvan sus problemas diarios, como la frecuencia de autobuses o la falta de seguridad en la travesía, por la que pasan muchos camiones a gran velocidad y nadie hace nada.
Y es que el Ayuntamiento y el Ministerio de Fomento se pasan la pelota, porque no parece estar claro de quién es la competencia de este tramo de carretera. Otra de las preocupaciones de Manuel Dueñas en la ampliación de la fábrica de Kronospán, por las repercusiones que podría tener en la emisión de humos y materia derivados de la producción. Desde la dirección de al empresa ya les han asegurado que, una vez acabe la reforma, esos problemas disminuirá. Así que, poco a poco, los vecinos irán decidiendo el futuro de su, por ahora, entidad local menor.
