El legado milenario de Santa Gadea del Cid

En la silueta de Santa Gadea se dibuja un emblema que la distingue, su castillo

La villa medieval celebró su milenario en 2012 con importantes actos

Los atractivos turísticos de la zona se completan con rutas a pie y el complejo de Villanueva Soportilla

El legado milenario de Santa Gadea del Cid El castillo es su imagen más emblemática. BC

El primitivo asentamiento de Santa Gadea dista un poco de la actual villa. Sus orígenes nacen, eso sí, al abrigo de la peña en la que se ubica su castillo. Hoy apenas quedan un torreón de vigilancia y parte de la vieja muralla que se extiende bajo la fortaleza en el mismo casco urbano. A la vieja Santa Gadea se le conoció por Término y así aparece primera vez en el año 1012: “Merino in Termino, García Rama”.

Por ese motivo, la villa celebraba hace poco más de dos años el milenario de su fundación con importantes actos y exposiciones conmemorativas que recorrieron parte de la provincia de Burgos para dar a conocer su historia milenaria y la instalación de un monumento en recuerdo de tan significativa fecha, una enorme escultura pétrea en la entrada de la villa que muestra al visitante una placa conmemorativa con la leyenda ‘Milenario Término Santa Gadea 1012-2012’. Una efeméride que sirvió para reivindicar el legado histórico de la villa.

Plaza porticada. BC

Plaza porticada. BC

De hecho, Término, entendido como frontera, es el primer nombre de la villa. Su ubicación así hace entender que se trataba del límite natural entre las tierras de Castilla y Álava y el Reino de Navarra, en tiempos en los que en estas tierras gozaba de dominio el conde Sancho García.

La primitiva iglesia de Santa Gadea data de los tiempos del inicio de la construcción de la Catedral de Burgos, o incluso antes, dado que los datos históricos señalan que fue consagrada por el obispo Mauricio, quien ordenaba en 1221 el inicio de la seo capitalina. Ya antes de esa fecha, en la etapa de la repoblación de Castilla, Alfonso VIII dató y localizó el asentamiento y conquistó la plaza. Antes, Alfonso VII le concedía la extensión del Fuero de Cerezo a esta localidad y su entorno.

Caminar por las calles de la villa es adentrarse en una villa medieval. Sus recias construcciones en piedra, sus calles angostas, su castillo, su templo parroquial, su fuente, en definitiva, el entorno, supone realizar un viaje en el tiempo. Tiene el encanto de pueblo viejo y el atractivo de la modernidad porque sus comunicaciones son rápidas, lo que contribuye a que pueda atraer mucho turismo.

Hacia 1175, los documentos ya otorgan a la villa el nombre de Santa Agatea, nuestra Santa Águeda, advocación a la que estaba dedicada la parroquia del asentamiento de población. Hoy su templo está dedicado a San Pedro Apóstol. Sin embargo, su apellido, del Cid, nada o casi nada tiene que ver con el soldado burgalés. Este sobrenombre más bien es un añadido puesto en el siglo XIX para diferenciarla de otras poblaciones con el mismo nombre en la zona del actual embalse del Ebro, como recoge Madoz en su diccionario de topónimos.

Precisamente, Madoz recoge en su particular testimonio que Santa Gadea “tiene una escuela de ambos sexos, una fuente, una iglesia parroquial dedicada a San Pedro Apóstol y dos ermitas, tituladas la una de Candepajares y la otra de La Magdalena o San Lázaro, ambas en extramuros”.

El castillo

Iglesia de San Pedro. BC

Iglesia de San Pedro. BC

Visible desde cualquier punto de la carretera, el castillo es uno de los símbolos más reconocidos de la villa y merece una especial mención por la importancia histórica que tuvo. Desde su privilegiada posición se divisa toda la comarca casi hasta la cercana ciudad de Miranda. La roca en la que se construyó supone un hito en la zona por su altitud. El pueblo se distribuye bajo la fortaleza al abrigo de la peña que lo alberga. Nació en torno al otro emplazamiento, este religioso, la ermita de Nuestra Señora de las Eras.

Del castillo de Santa Gadea sólo queda en pie la torre del homenaje y parte de la cerca. Formaba parte de la antigua muralla. En el casco urbano del pueblo aún quedan dos puertas, del siglo XV, con vestigios de los escudos de armas nobiliarios de las casas más importantes de la villa. La fortaleza se remonta al siglo XI, pero fue reconstruida en el XV por Don Pedro López Manrique.

Contó con dos conventos, uno el de San Bartolomé, de franciscanos recoletos y el otro del Espino, con monjes benedictinos, que mantiene su actividad como establecimiento hostelero. Está situada a 11 kilómetros de Miranda de Ebro, y perteneció a comienzos del siglo XI al señorío alavés de Lantarón.

Más atractivos

Una de las antiguas entradas de la vieja muralla. BC

Una de las antiguas entradas de la vieja muralla. BC

Recientemente, Santa Gadea del Cid se abrió al turismo en la localidad con la inauguración de la casa rural Hospital San Lázaro, levantada por iniciativa pública. La idea del Ayuntamiento fue rehabilitar el antiguo Hospital de San Lázaro y transformarlo en una casa de turismo rural.

Pero hay muchas más cosas que ver en Santa Gadea. Un claro ejemplo de ello es la cercana necrópolis de Villanueva Soportilla, que la Diputación ha recuperado en los últimos años a través de un proyecto de puesta en valor. Pero además, Santa Gadea y los municipios de su entorno también han buscado nuevos nichos de turismo de naturaleza. Los ayuntamientos de Ameyugo, Bozoó, Bugedo, Encío, Miranda, Santa Gadea del Cid y Pancorbo, junto con Adeco Bureba, idearon hace unos años una ruta de turismo para conocer y degustar la zona. Del Ebro a los Obarenes se puede conocer esta zona que tiene en la villa una parada más que obligada.