Inclusión social a través del arte, la filosofía “genial” de la Asociación Berbiquí

La Asociación Berbiquí apuesta por fomentar la creación artística en personas con discapacidad desde una perspectiva profesional

Inés, Lorena y María José trabajan desde la experimentación, poniendo el foco en las capacidades frente a las limitaciones

Sus proyectos son inclusivos y, a medio y largo plazo, buscan que las personas con discapacidad puedan trabajar y vivir del arte

Inclusión social a través del arte, la filosofía “genial” de la Asociación Berbiquí Estos días están grabando su segundo corto. PCR

La idea está clara: fomentar la inclusión social a través del arte. Y lo están consiguiendo. Talleres anuales de artes plásticas y artes escénicas y audiovisuales, talleres de experimentación para niños, proyectos artísticos, exposiciones, un cortometraje… y hasta una colección de bolsos de diseño. Una intensa actividad que ha convertido a la Asociación Berbiquí, con tres añitos de vida, en un referente en inclusión social en Burgos. Y buena prueba de ello es el Premio Ciudad de Burgos a la Creatividad que recibieron la semana pasada.

Lorena Saiz, María José Romero e Inés Santamaría son las impulsoras de este proyecto “genial”, que focaliza la atención en las capacidades de las personas, y no en sus limitaciones. La idea surgió hace unos cinco años. Como artista plástica y profesional de Educación Especial, Inés Santamaría se dio cuenta de que no existía en Burgos un espacio en el que las personas con discapacidad pudiesen desarrollar sus capacidades artísticas de manera profesional, sin prejuicios ni paternalismos.

“No se enfatizan las limitaciones”

Los artistas “somos muy creativos”, también a la hora de solucionar problemas, comenta Santamaría. Así que, de la mano de Romero y Saiz, decidieron poner en marcha un proyecto en el que se adaptase el proceso creativo a las necesidades y capacidades especiales de este colectivo. A un lado dejaron lo que consideran es un planteamiento, muy común, pero “erróneo”, y que no es otro que adaptar la creación artística a la discapacidad desde la perspectiva de lo que la persona no sabe o no puede hacer, explica Saiz.

“Todo se basa en una escucha y una observación de las personas que tenemos enfrente”, insiste. En sus talleres, totalmente inclusivos, “no se enfatizan las limitaciones”, sino que se escucha y se ven las preferencias de los participantes. Qué pueden hacer, qué quieren hacer, qué les gustaría hacer y, a partir de ahí, se inicia el trabajo. Un trabajo que se basa en la experimentación, en ir probando qué género artístico o qué técnica es la que mejor se adapta a cada participante. Y siempre disfrutando.

No todo vale

Eso sí, en la Asociación Berbiquí son exigentes. No todo vale. Como profesionales de la creación artística que son exigen a sus alumnos que den lo mejor de ellos mismos, que no se conformen con lo mínimo, otro “error” que se suele cometer muy a menudo cuando se trabaja con personas con discapacidad. Y exigiéndoles, y motivándoles correctamente, los resultados son “increíbles”. Inés Santamaría reconoce que son muy “creativos” y que, como les gusta lo que hacen, se implican mucho más y buscan superarse a sí mismos.

Berbiquí es exigente con los alumnos, no todo vale

El arte supone para muchos de ellos un subidón de autoestima. Las personas con discapacidad que participan en sus programas encuentran en la pintura, la escultura o las artes escénicas algo que se les da bien y, no solo eso, algo en lo que son buenos. Se sienten orgullosos de su trabajo, asegura Santamaría, y esa es la mejor gratificación que se puede conseguir. Fuera los estereotipos asociados a la discapacidad, la actitud paternalista y los “tú no vales, tú no puedes” que tanto daño hacen.

Inserción laboral

En la Asociación Berbiquí no tienen ninguna duda de que el objetivo final, a medio y largo plazo, tiene que ser conseguir sumar a la inserción social una inserción laboral. Que las personas con discapacidad puedan vivir del arte si así lo desean. Es difícil, pero no imposible. Y para muestra el proyecto ‘Dibuvoces’, una colección de bolsos ilustrados por alumnos de sus talleres, personas con y sin discapacidad, puntualiza María José Romero. Sus diseños son actuales y competitivos, así que se están vendiendo muy bien.

El dinero que se obtiene se destina tanto a continuar con la formación artística de los alumnos como a poner en marcha una nueva línea de trabajo. Y es que el proyecto podría acabar convirtiéndose en una empresa de inserción social. Mientras, en Berbiquí también trabajan para conseguir oportunidades de una inserción laboral real. “Se puede”, asegura Saiz, y prueba de ello es la Asociación Thikwa de Berlín que, con sus 25 años de historia, desarrolla un proyecto artístico plástico y escénico a nivel profesional.

Ahora graban su segundo corto y preparan la exposición de septiembre

Con ellos han trabajado recientemente, a través de ‘Art as a language’, una de las muchas iniciativas de la asociación. En estos momentos, Berbiquí prepara su segundo cortometraje, en el que han conseguido congregar a más de 300 extras, tras el éxito de ‘Enredadera de sueños’, así como la exposición que se podrá ver en el Museo de la Evolución Humana en septiembre. Romero reconoce que el Premio Ciudad de Burgos es un espaldarazo al trabajo que realizan, “un reconocimiento muy importante” que viene, además, de la propia ciudad. Un orgullo.