La datación por luminiscencia del CENIEH, a la vanguardia de Europa
El ente investigador ha actualizado su laboratorio de dataciones de luminiscencia y espera incorporar un nuevo equipo que llegará en el segundo semestre de 2017
La ampliación de medios técnicos conllevaría ampliar también el personal del departamento, con la oferta de una plaza de Personal Técnico de Apoyo (PTA)
La sala de medición cuenta actualmente con cuatro lectores de luminiscencia. IAC
Burgos es una potencia mundial en la datación por el método de luminiscencia. No en vano, el Consorcio del Centro Nacional de Investigación de la Evolución Humana (CENIEH) es uno de los centros que más apuestan por una de las técnicas más novedosas de datación, como es la luminiscencia. Es por ello que el laboratorio del CENIEH dedicado a tal fin cuenta con cuatro lectores, dos del año 2009, uno del 2015 y otro de 2016.
Ningún otro laboratorio de España cuenta con este material técnico, únicamente las universidades de A Coruña, Sevilla y Madrid disponen de un lector de datación por luminiscencia. Lo mismo ocurre en el ámbito europeo, donde el CENIEH es una referencia. Y para seguir siéndolo, el centro adquirirá, en la segunda mitad del 2017, un quinto equipo, que completará uno de los laboratorios con más lectores del mundo.
Esto debería de venir acompañado por una oferta de Personal Técnico de Apoyo (PTA), que complete el equipo actual del departamento. Actualmente, cuenta con dos personas y está dirigido por Gloria Inés López. La propia responsable ha reconocido que se solicitará la contratación de una persona más, que permita exprimir la inversión realizada en estos equipos.
La luz
Pero toda esta inversión tiene su aplicación en multitud de disciplinas como la arqueología, la geología, el paleoclima, la paleosísmica y la dosimetría. Además, tanto el ámbito público, como el privado, demandan el uso de esta técnica que permite, entre otras cosas, conocer la antigüedad de los elementos.
Según ha explicado López, el método puede determinar la fecha del elemento analizado, en un espectro de años que va desde el actual, hasta el millón de años. Así, cuanto más antiguo sea el elemento analizado, más tardará el lector en arrojar un resultado. De hecho, un elemento de unos 750.000 años de antigüedad podría requerir hasta cuatro meses de lectura.


