Galán: “La lucha contra la siniestralidad es una guerra que se gana por batallas”

El jefe provincial de Tráfico destaca los “drásticos” descensos en siniestralidad mortal aunque reconoce el que objetivo es ‘accidentes cero’

La velocidad sigue siendo el principal caballo de batalla, pero también el uso de móvil al volante y el cada vez más común consumo de drogas

Raúl Galán evita entrar en la polémica sobre la AP-1 y recuerda que la N-I no es la única carretera que acumula accidentes graves

Galán: “La lucha contra la siniestralidad es una guerra que se gana por batallas” Raúl Galán, jefe provincial de Tráfico. PCR

La semana trágica de julio, en la que ocho personas perdieron la vida en accidentes, la mayoría en la N-I, nos hace tener una visión distorsionada de 2016. Parece un mal año para las carreteras de la provincia, y lo es si se tiene en cuenta a cada uno de los 26 fallecidos, pero en el cómputo global son 2 por encima de 2015. El objetivo ahora es rebajar la siniestralidad, la mortal y la otra, y luchar contra el consumo de drogas o el uso del móvil al volante. De la polémica de la AP-1, mejor no hablamos. Así se expresa en BurgosConecta el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán.

¿Cómo lleva el 2016, que está siendo un mal año para las carreteras de Burgos?

Bueno… lo de mal año, todo depende de cómo se mire. Estamos en fase de estabilización, con dos fallecidos más que el año pasado, 26 en concreto. Lo que nos ha penalizado es aquella semana fatídica de julio, que tuvimos ocho fallecidos. Teniendo en cuenta que estamos aumentando los niveles de intensidad de circulación en carreteras y de transporte pesado, el mal año es relativo. El reto es ahora es reducir las cifras de siniestralidad. Desde el primer accidente con víctimas no podemos estar contentos. Nuestro reto es la visión cero.

¿Alguna otra razón para el repunte, además del aumento de la circulación?

No quiero establecer una relación causa-efecto entre intensidad de circulación y siniestralidad. Obviamente es uno de los factores, puesto que cuando se registraron grandísimos descensos de accidentes había una disminución de la intensidad de tráfico. Eso sí, la disminución no era tan grande como el descenso de la siniestralidad, y también afectaron cuestiones como el permiso por puntos, la modificación del Código Penal, mejoras en los vehículos… Es cierto que seguimos viendo que el parque automovilístico está envejecido. Hemos intentado fomentar una renovación del mismo, pero la competencia no es nuestra, sino de Industria. Y por supuesto depende mucho de la capacidad económica de los ciudadanos.

“El reto ahora es reducir las cifras de siniestralidad”

Pero, por lo menos, abrimos ese debate. Lo que queríamos poner de relieve era que la evolución tecnológica en materia de seguridad vial ha sido exponencial y estamos al borde de una nueva revolución, de la mano de los vehículos autónomos. Por ese motivo, soy optimista y creo que el accidente de tráfico dentro de no mucho tiempo va a ser un fallo informático. Actualmente, el 90 por ciento de los accidentes con fallo humano.

En esa semana trágica de julio se concentraron los accidentes en la N-I, ¿una de las vías más peligrosos de la provincia?

Hasta cierto punto no. Si cogemos el histórico de siniestralidad de la AP-1 y de la N-I, los últimos años están prácticamente a la par en accidentes mortales, incluso algún año ha habido más accidentes mortales en la autopista. Sí que es cierto que es una carretera con mucho tráfico, muchos vehículos pesados y hay que extremar la precaución. La A-1 ha tenido años muy malos, y el resto de las nacionales también.

Pero no soportan tanto tráfico ni vehículos pesados y, por supuesto, no se contraponen a una autopista de peaje…

En el resto de las carreteras el accidente suele ser una salida de vía, pero el accidente prototípico de la N-I es una maniobra incorrecta que acaba con una colisión con un vehículo pesado. La causa es una maniobra incorrecta, probablemente una mala decisión, pero si tenemos en cuenta el tráfico de vehículos pesados, es más fácil que termine en una colisión. Nosotros, como gestores del tráfico y de la seguridad vial, preferiríamos que todas las carreteras fueran autovías. Nuestro trabajo sería  más sencillo. Pero no tenemos competencia para decidir qué se hace con la AP-1, así que nos mantenemos al margen de la polémica y gestionamos la red de carreteras que tenemos.

¿A favor de un peaje blando para camiones?

“Nos mantenemos al margen de la polémica de la AP-1 y gestionamos las carreteras que tenemos”

Sinceramente no me veo capacitado para decir cuál es la mejor solución. Si hay un trasvase de vehículos pesados a una vía objetivamente más segura como la AP-1, entiendo que sería mejor, pero no me veo capacitado para decir cuál es la mejor solución, insisto. Entre otras cuestiones porque la liberalización de la AP-1 implica unas consecuencias económicas que a mí se me escapan. Sinceramente, no lo sé.

 ¿Cuáles son las claves para luchar contra la siniestralidad vial?

Es una guerra que se gana por batallas. Hay muchos flancos abiertos a los que atacar. Con el permiso por puntos y la modificación del Código Penal atacamos el grueso de la situación, con una reducción drástica de la siniestralidad en los últimos diez años. Ahora hay que actuar con precisión de cirujano. Toca valorar los diez años del permiso por puntos, por qué hay gente que ha perdido hasta tres veces el permiso o por qué el delito más común actualmente es el delito contra la seguridad vial. Además, la sociedad está cambiando y un número cada vez mayor de personas de más edad conduce, y tiene derecho a ello. Hay que ver si se cuenta con un sistema para garantizar que todo el mundo que conduce está en condiciones de hacerlo. Y no queremos quedarnos atrás en la aplicación de las nuevas tecnologías a la seguridad y la información del tráfico.

A mí me ha llamado la atención ese dato de que tenemos reincidentes con hasta tres permisos retirados por pérdida de puntos…

El caballo de batalla es la velocidad, o el uso del móvil. Y ya no el móvil como dispositivo telefónico, sino como dispositivo de aplicaciones. La batalla la medio ganamos cuando solo había teléfonos, pero ahora tenemos Twitter, Facebook, Whatsapp… El 80 por ciento de los conductores tiene los 15 puntos. El carnet por puntos está funcionando bien, la gente es cumplidora y, además, es difícil perder el permiso. Te lo tienes que proponer, tienes que ser un infractor recurrente, y nada tiene que ver con que la DGT tenga un afán recaudador.

Las multas no tienen afán recaudatorio…

Obviamente no.

Nada tiene que ver con esa sensación de que, con la crisis, se ha incrementado la vigilancia y las multas…

“Hay que ser un infractor recurrente para perder el permiso”

Pues no es así… Se ha reducido recaudación a nivel de Guardia Civil. Ojalá la recaudación fuera cero. Significaría que la gente cumple las normas, viaja más segura y  habría menos accidentes. Además, nos cuesta mucho más un accidente que lo que cuesta una multa que puede evitar el accidente. Un fallecido cuesta 1,7 millones de euros (rehabilitación, servicios médicos, servicios de emergencia, seguros que indemnizan…) Y cuesta más un fallecido de 30 años que uno de 60, porque el de 30 años deja de cotizar a la Seguridad Social, puede dejar una familia que requiera de las ayudas sociales, y deja de aportar valor añadido a la sociedad.

El informe del RACE, recién publicado, indica que 3 de los 17 tramos de carretera más peligroso están en Burgos…

No conozco el informe pero hay una cosa que me llama la atención y es que, de los tres tramos señalados (N-629, N-122 y N-120), ninguno está en la N-I. ¿Cuál es el criterio que se utiliza? No voy a desacreditar el informe, porque RACE me parece una entidad respetable, pero desconozco los criterios técnicos y no puedo sacar ninguna conclusión. En la DGT utilizamos algoritmos matemáticos para determinar cuáles son los tramos más peligrosos, esos en los que se han instalado los radares fijos-móviles. Y metemos en esa coctelera el orden de la vía, la intensidad de tráfico, las velocidades medias, la accidentalidad de los últimos años… y con eso sacamos un índice y determinamos los tramos en los que hay más posibilidad de tener un accidente por exceso de velocidad.

¿Cómo ha ido el proyecto de los radares fijos-móviles?

De momento, bien. Por lo menos no nos ha subido la siniestralidad, pero el estudio tiene que ser a largo plazo, a cinco años vista. La siniestralidad mortal es un porcentaje muy pequeño de todos los accidentes que se producen, y un variación de un accidente mortal arriba, un accidente mortal abajo tiene un reflejo porcentual mayor. De momento, los datos que tenemos nos hacen ser moderadamente optimistas. No sé si es porque los conductores circulan con más precaución o porque temen el radar. Prefiero que sea por asunción de las normas, pero si tiene que ser por miedo a la multa, bienvenido sea. Lo que nos importa es que no se nos mate la gente en carretera.

¿Somos más infractores en Burgos que en otras provincias?

“Lo que nos importa es que no se nos mate la gente en carretera”

No, estamos en la media.

¿Somos conscientes del riesgo que entraña estar pendiente del móvil, del GPS mientras se conduce?

Muchas veces nos creemos más superhombres de lo que somos. La percepción humana tiene una limitación y por eso estamos tan preocupados por el uso del móvil al volante. Es imposible ir pendiente del móvil, del GPS, del cuentakilómetros y de la carretera. Antes, cuando se hablaba por el móvil, se llevaba la vista puesta en la carretera. Ahora, con el Whatsapp quitamos la vista. Cuando nos ponemos delante de un volante tenemos que tener claro que eso es una masa de 1.500 kilos y que incluso a 50 kilómetros hora es difícil sobrevivir a un atropello.

¿Cómo va nuestra concienciación de que al volante ni alcohol ni drogas?

Con respecto al alcohol somos moderadamente optimistas. Hay concienciación y las últimas campañas han cerrado con menos del 1 por ciento de los controlados denunciados por alcoholemia. Sin embargo, nos preocupa mucho el problema de las drogas. Los controles son más selectivos que en el caso del consumo de alcohol. Aún así, se está alcanzando hasta un 40 por ciento de positivos y nos parece una barbaridad. Además, en las prospecciones que hace el Anatómico Forense, que analiza algunos de los fallecidos en accidente de tráfico, estamos recibiendo resultados de un 40 por ciento de presencia de drogas o alcoholemia, de positivos.

¿Cómo va el proyecto de controlar el uso del cinturón a través de cámaras? ¿Es necesario?

Es una herramienta más que nos permite detectar este tipo de infracciones. Las cámaras siguen en fase de pruebas, en tres o cuatro ubicaciones de la provincia, y servirán también para detectar si se va usando el móvil. Se sabrá dónde están ubicadas, aunque yo no era partidario. Ponerse el cinturón es un comportamiento que debe salir del conductor, y es más peligroso estar pendiente de abrocharlo cuando se llega al control.

¿Tenemos un perfil de infractor?

“Los conductores más jóvenes están dejando de ser los mayores infractores”

Es arriesgado dar un único perfil porque varía mucho. Sí es verdad que, al contrario de lo que se piensa, los conductores más jóvenes están dejando de ser los mayores infractores. Son más de mediana edad, 45 y 54 años, que son también los que más accidentes tienen. Por lo menos, el infractor que pierde más puntos. Nos llama la atención que el acceso al permiso se ha retrasado a los 22 o 23 años, cuando acaban los estudios y se dan cuenta de que las empresas piden carné de conducir. Prefieren el iPad al coche.

¿Qué se espera en la Operación Especial de Tráfico de Navidad?

Las operaciones especiales se suelen desarrollar con bastante normalidad. Tomamos más conciencia de la peligrosidad y casi nunca tenemos un accidente mortal. Retenciones puntuales, sí. La operación de Navidad es muy larga, del 23 de diciembre al 8 de enero, centrada en Nochebuena y Nochevieja, que este año coinciden con los fines de semana, y se esperan 350.000 desplazamientos.