Un microscopio original de Leeuwenhoek, padre de la microbiología, en ‘Pieza Única’
El Museo de la Evolución Humana inaugura ‘El amigo de Vermeer’, su nueva muestra para el espacio ‘Pieza Única’
Se exhibe uno de los diez únicos microscopios originales que se conserva de Leeuwenhoek y el único totalmente autentificado
El científico holandés revolucionó el mundo de la ciencia diseñando microscopios de 300 aumentos y realizando hallazgos corroborados dos siglos después
La muestra cuenta con instrumental histórico de microbiología. BC
El Museo de la Evolución Humana (MEH) expone uno de los diez únicos microscopios originales que existen en el mundo de Anton van Leeuwenhoek, conocido como el padre de la microbiología por sus grandes hallazgos en microscopía biológica en el siglo XVII. El instrumento, “una joya de la ciencia con enorme valor histórico”, en palabras de Juan Luis Arsuaga, director científico de la instalación museística, se encuentra en la sala ‘Pieza Única’, siendo la pieza central de la muestra ‘El amigo de Vermeer’, inaugurada esta mañana.
Leeuwenhoek revolució el campo de la ciencia en el siglo XVII gracias al diseño de microscopios que incrementaban de 4 a 300 los aumentos de las lentes, “consiguiendo logros impresionantes para la época”, ha explicado la directora general de Políticas Culturales de la Junta de Castilla y León, Mar Sancho. Esos microscopios le permitieron realizar excepcionales observaciones del mundo microbiano, “convirtiéndose en el precursor” de la microbiología y la parasitología, con hallazgos que tardaron dos siglos en ser corroborados por técnicas más avanzadas.

Microscopio original de Leeuwenhoek. BC
El científico, vendedor de telas de profesión, diseñó alrededor de 600 microscopios, pero se destruyó la mayoría de ellos. Por ese motivo, en el mundo solo se conservan 10 y uno de ellos se encontrará expuesto en el MEH hasta el mes de noviembre. Además, se trata del único microscopio cien por cien autentificado, cedido para la muestra por su propietario, Tomás Camacho, que lo adquirió por 50 euros, pensando que podía tratarse de una réplica, aunque sospechando que, por sus acabados y diseño, fuese una creación artesanal del gran Leeuwenhoek.
Como ha explicado Juan Luis Arsuaga, la pieza no es única solo por su relevancia científica, sino también por lo “rocambolesco” de su descubrimiento, ya que llega al siglo XXI directamente del siglo XVII. El científico destruyó sus microscopios lanzándolos al canal de Delft. En 1981, el Ayuntamiento del municipio holandés dragó el canal, retirando el material recuperado a un parque público. En algún momento, alguien encontró el microscopio y lo puso a la venta, sin tener ni idea de que se trataba de una pieza original de Leeuwenhoek.
Un cuadro de Vermeer
El microscopio es la pieza principal de la muestra ‘El amigo de Vermeer. El ojo y la lente’, compuesta por una selección de instrumentos que recorren la historia de la microscopía óptica. Se cuenta con otra veintena de microscopios, además de dos libros, ‘Arcana Naturae’ del propio Leeuwenhoek y ‘Micrographia’ de Robert Hooke. Se incluye una vidriera original del siglo XVII de la Colección Gerstenmaier. Y todo ello bajo una museografía que ha pretendido evocar los interiores de los cuadros del pintor Vermeer, del que el científico era buen amigo, remitiéndose directamente a los famosos lienzos ‘La joven de la perla’ y ‘El ilusionista’.
La apertura de la muestra ha puesto el punto y final a la exposición del Cráneo 4, cráneo fosilizado descubierto en la Sima de los Huesos de los Yacimientos de Atapuerca en julio de 1992, con una antigüedad de 430.000 años, y que se acaba de incorporar a la exposición permanente del MEH, ocupando un lugar destacado junto al Cráneo 5, Miguelón.
