24-28. El Villa de Aranda se asoma al abismo

El Benidorm se lleva un duelo entre rivales directos y deja muy tocado al Villa de Aranda

Un horrible inicio de partido lastró a los hombres de Senovilla, que reaccionaron en la segunda parte, pero volvieron a perder el rumbo en los últimos minutos

24-28. El Villa de Aranda se asoma al abismo El Villa de Aranda no pudo con el Benidorm hace quince días. GIT

El Villa de Aranda desaprovechó hoy una ocasión de oro para dejar encarrilada la permanencia tras caer derrotado ante un rival directo como en Benidorm, que se llevó el gato al agua en el Príncipe de Asturias y dejó muy tocado al conjunto ribereño, que deberá jugársela en las últimas cinco jornadas. Una mala primera parte lastró al Villa de Aranda, que a pesar de reaccionar en la segunda mitad no fue capaz de cerrar el partido cuando mejor lo tuvo y acabó pagando muy caros sus errores.

Ficha Técnica

24 – Villa de Aranda (10+14): Ledo (p), Adrián Fernández (4), Moyano (2), Megías (1), Iker Antonio (2), Manu (2), Moscariello (3) -siete inicial-; Amérigo (ps) Bojicic (-), Montserrat (-), Solenta (-), ‘Bicho’ (2), Amorim (-), Ortega (5, 2p), Nantes (3).

28 – Benidorm (14+14): Mijuskovic (p), Marchan (1), Simonet (6), Emilio Esteban (4) Grau (3), David Jiménez (5), Cuartero (4) -siete inicial-; Calle (ps), Héctor González (-), Bernabeu (-), Torrico (-), Eloy (1), Víctor Sáez (-), Iván Rodríguez (-), Valles (1), Corzo (3).

Parciales: 0-2, 3-6, 4-9, 7-11, 8-13, 10-14 (descanso); 13-16, 17-19, 19-21, 22-22, 24-25, 24-28 (final del partido).

Árbitros: Hermanos Gude Prego (Colegio Vasco). Excluyeron por dos minutos a Moscariello, Nantes (2), ‘Bicho’ y Ortega por el Villa de Aranda y a Grau, Eloy y Jiménez por el Benidorm.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada de la Liga Asobal disputado en el pabellón Príncipe de Asturias ante unos 1.500 espectadores. Antes del partido se homenajeó al equipo juvenil del Villa de Aranda, reciente campeón de Castilla y León.

Horrible inicio de partido del Villa de Aranda, que no terminó de sentirse cómodo sobre el sintético del Príncipe de Asturias durante toda la primera mitad. La defensa adelantada impuesta por Senovilla no consiguió frenar la avalancha levantina, que en las últimas jornadas parece haber dado con la tecla y consiguió superar al equipo ribereño en todas las facetas del juego. Demasiados errores no forzados y malas decisiones en ataque condenaron al equipo local, que en apenas cinco minutos ya perdía por 0-3.

Esa situación obligó a Senovilla a parar el crono de manera prematura, pero ni con esas. De hecho, los ribereños continuaron en la misma línea, mientras los levantinos iban incrementando su ventaja paso a paso gracias al gran acierto de hombres como Simonet o el ex ribeñero Emilio Esteban y mediado el primer tiempo consiguieron una cómoda ventaja de 5 goles (4-9).

La sangría estaba lejos de remitir y, al margen de algún arreón esporádico merced a Adrián Fernández, el Villa de Aranda no parecía ser capaz de frenar el envite del Benidorm, que se marchó a vestuarios con cuatro de ventaja (10-14).

Sin embargo, el guión del choque cambiaría radicalmente tras el paso por vestuarios. Y es que, una salida en tromba del Villa de Aranda (12-14) puso sobre aviso a los hombres de Zupo Equisoain. Las transiciones ribereñas comenzaron a funcionar y la ausencia de exclusiones facilitó la reacción local, que terminó de certificarse mediado el segundo asalto con un gran gol de Bicho (21-21). Un minuto después, Ortega ponía por delante a los suyos por primera vez en todo el choque desde los siete metros.

El escenario había cambiado radicalmente y el Villa de Aranda pudo dejar encarrilado el choque a falta de siete minutos (24-22), pero marró su ataque y acabó dando alas al Benidorm, que firmó un final de partido mucho más serio que los ribereños. Varias pérdidas consecutivas de los hombres de Senovilla y sendos golpes de Jiménez, Simonet y Corzo permitieron al equipo levantino rehacerse y sentenciar el encuentro a falta de tres minutos (24-27).

A partir de ahí, ya no hubo nada que hacer. El Benidorm gestionó su renta y acabó certificando una victoria que supone un auténtico balón de oxígeno. Todo lo contrario que el Villa de Aranda, que se encuentra al mismo borde del precipicio.