Finaliza la remodelación de la Quinta, que mantiene su espíritu, pero mejora su imagen
La semana pasada concluyeron los trabajos de reforma a los que ha sido sometido el paseo de la Quinta durante los últimos tres meses
Se ha limpiado el entorno natural, se han sustituido los ejemplares más viejos y enfermos, se ha renovado el mobiliario y se han adaptado nuevos caminos
Ya se puede volver a pasear por la Quinta. GIT
Ya se puede pasear por la Quinta. Hace apenas unos días finalizaban por fin los trabajos de remodelación integral a los que ha sido sometido el histórico paseo burgalés, que, sin mudar del todo su piel, ha recibido un auténtico lavado de cara con la adaptación de nuevos senderos, la reposición de mobiliario urbano y, sobre todo, la replantación de numerosos ejemplares.
Las obras han supuesto una inversión de casi 244.000 euros
Las obras, adjudicadas al Grupo Raga por casi 244.000 euros, se han prolongado durante algo más de tres meses. A finales de diciembre de 2016, los operarios de la empresa entraban en la zona de actuación (entre el puente de la autovía y el puente de la Evolución). Los primeros trabajos se centraron en la tala de varias decenas de chopos de gran porte que se encontraban enfermos o muy viejos, según los responsables de la Concejalía de Medio Ambiente. Buena parte de los ejemplares se encontraban situados junto al paseo que bordea la ribera del río y suponían un peligro para los miles de burgaleses que transitan cada día por la zona.
Eso sí, la tala fue muy criticada por varias organizaciones, como Ecologistas en Acción o el Partido Castellano (PCAS), que cuestionaron públicamente la idoneidad del planteamiento. De hecho, ambos calificaron la tala de “masiva” e injustificada, al considerar que los chopos en realidad no presentaban síntomas de enfermedad.
Actos vandálicos
Sea como fuere, la obra siguió adelante, y tras la retirada de los chopos y la poda de numerosos ejemplares de otras especies que habitan la zona, los operarios comenzaron el proceso de sustitución y renovación de elementos. Y no fue fácil, por cierto, ya que los trabajos han tenido que lidiar con varios actos vandálicos, como el derribo del vallado perimetral, o incluso el incendio de varios árboles listos para retirar.
Finalmente, los operarios pudieron desarrollar todos los trabajos previstos y la imagen del Jardín Botánico es ahora más amable. Cierto es que la mayoría de los nuevos ejemplares se encuentra en un estadio de crecimiento muy limitado, pero el desbroce y la limpieza a la que ha sido sometido el entorno es más que evidente. Además, se han renovado los caminos, que ahora ofrecen una visión más amplia del parque, se han colocado nuevas señales, papeleras y bancos y se han limpiado las innumerables pintadas que había en la zona.
Mención aparte se merece la actuación desarrollada en los tres accesos al río, los cuales han sido renivelados con grava y asegurados con la instalación de sendas barandillas.




