El Burgos CF despierta tarde y no puede sumar en el derbi ante el CD Mirandés

Un derbi de Burgos es un partido especial. Y largo. Muy largo. Anduva acogía este sábado el partido de la ilusión: la de los locales, que buscaban reencontrarse con la victoria tras cuatro jornadas complicadas para poder seguir mirando a la cabeza de la clasificación; la de los visitantes, empeñados en no desengancharse del tren del play-off. Un cara o cruz que terminó recargando al CD Mirandés de ilusión al 100%.

El inicio fue un suplicio para los hombres de Luis Miguel Ramis. Desde el pitido inicial, los jabatos impusieron su ritmo y pusieron cerco a la portería de un Burgos CF que no encontraba su sitio. Con el balón parado como uno de sus mayores aliados esta temporada, el Mirandés generó la primera ocasión tras una falta dura de Pipa sobre Iker Benito. Alberto Reina ejecutó el lanzamiento al segundo palo, donde Juan Gutiérrez conectó un cabezazo que, sin embargo, no encontró portería.

Ander Cantero sufrió en esos primeros compases. El guardameta blanquinegro cometió un error al intentar blocar un balón, que estuvo a punto de tocar fuera del área con la mano. La presión local no cesaba y apenas dio tregua. Tras una falta sobre Gorrotxategi que el árbitro dejó seguir aplicando la ley de la ventaja, Hugo Rincón sirvió un centro preciso al segundo palo. Iker Benito disparó y Cantero tocó lo justo para que Córdoba salvara sobre la línea el primer gol del partido.

Sin tiempo para respirar, Cantero volvió a ser protagonista, esta vez con una mano salvadora tras otro disparo del Mirandés. El dominio local era absoluto. El Burgos CF se veía superado en todas las líneas, apenas lograba encadenar pases y se aferraba a su defensa para mantener el empate.

A los veinte minutos, el Mirandés dispuso de una nueva oportunidad clara. Juan Gutiérrez prolongó un balón hacia el punto de penalti y Gorrotxa remató alto, desperdiciando una ocasión clarísima. Cada ataque rojillo encontraba como única respuesta las faltas del Burgos CF. De una de ellas, al borde del área, nació un nuevo peligro: Urko Izeta ejecutó el libre directo y obligó a Cantero a despejar de puños.

Los rojillos rondaban el gol, dominando y jugando siempre en campo contrario. Sin embargo, el destino parecía querer sonreírle al Burgos CF. En una acción aislada, David González irrumpió por la derecha y puso un balón para Curro, quien recibió una patada dentro del área de Sergio Postigo. El colegiado, González Esteban, no dudó en señalar penalti.

La ocasión era inmejorable para los visitantes, pero Raúl Fernández se hizo gigante. Adivinó la intención de Curro y detuvo su lanzamiento para mantener el 0-0 en el marcador. Tras el penalti, el Mirandés siguió intentándolo e Iker Benito y Urko Izeta continuaron buscando el gol con insistencia, aunque sin éxito. Los minutos corrían y, aunque los jabatos dominaban sin discusión, el premio se les seguía resistiendo. Gracias a la heroicidad de su portero y a la falta de acierto local, el Burgos CF consiguió alcanzar el descanso con un valioso empate en Anduva.

La segunda mitad comenzó siguiendo el mismo guion que había marcado el primer tiempo. El Mirandés mantuvo su presión alta, ahogando al Burgos CF en las inmediaciones de su área, decidido a hacer valer su dominio.

El premio no tardó en llegar. En una rápida combinación por banda derecha, Juan Gutiérrez desbordó con superioridad y puso un centro medido al punto de penalti. Allí apareció Joaquín Panichelli, que conectó un cabezazo impecable para batir a Ander Cantero y firmar el 1-0 que desató la alegría en Anduva.

Sin embargo, la felicidad rojilla apenas duró unos minutos. En la primera jugada elaborada del Burgos CF en todo el partido, los de Ramis lograron empatar. Pipa rompió por banda derecha y centró raso al corazón del área, donde Álex Sancris armó un disparo potente que, tras tocar en un defensor del Mirandés, se coló en la portería de Raúl Fernández. El 1-1 devolvía la emoción al encuentro.

El tanto espoleó a un Burgos que, por primera vez, consiguió liberarse del dominio local. Aun así, el Mirandés siguió encontrando opciones para hacer daño. Álex Sancris cometió una falta peligrosa sobre Jon Gorrotxategi en la frontal y, en la acción posterior, tras una prolongación de Gorrotxategi, Mathis Lachuer remató dentro del área, pero Ander Cantero respondió bien con una parada salvadora con el pie.

El Burgos, ya más suelto, también pudo adelantarse. Íñigo Córdoba lideró un contraataque por la izquierda y cruzó el disparo ante Raúl Fernández, pero el balón se marchó rozando el poste. El duelo, hasta entonces dominado por el Mirandés, empezaba a equilibrarse.

Cuando el empate parecía inevitable, llegó el golpe definitivo. Sergio Postigo lanzó un balón largo que Grego Sierra trató de despejar sin éxito. El rechace cayó en los pies de Joel Roca, que no perdonó: fusiló a Cantero para colocar el 2-1 a falta de pocos minutos para el final.

El Burgos no se rindió y encontró una oportunidad en el tiempo añadido. Un balón colgado al área parecía sencillo para Raúl Fernández, pero Florian Miguel se interpuso en su trayectoria, provocando el error y el gol visitante. Sin embargo, el árbitro González Esteban anuló la jugada al señalar falta sobre el guardameta.

El descuento aún trajo más polémica. Luis Miguel Ramis fue expulsado por doble amarilla y los blanquinegros reclamaron un posible penalti, que el colegiado no consideró punible. En la última acción del partido, incluso subió Cantero a rematar un saque de esquina, pero no pudieron batir a Raúl Fernández.

Finalmente, el pitido final confirmó la victoria del Mirandés, que vuelve a soñar con el ascenso, mientras el Burgos CF se marchó de Anduva con la sensación de haber dejado escapar una oportunidad importante.

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