Burgos pierde un 5% de puestos de trabajo a causa de la covid-19
La desescalada ha provocado un repunte positivo en mayo respecto a los meses anteriores, pero los datos comparados con la 'normalidad' del 2019 siguen siendo catastróficos en el conjunto de la región
La desescalada progresiva de la Comunidad y el lento retorno de la economía al dinamismo tras la hibernación por el estado de alarma frente a la covid-19 permitió una cierta recuperación del tejido productivo de la Comunidad en mayo respecto al mes anterior, aunque los datos en la comparación con la 'normalidad' del 2019 siguen siendo catastróficos.
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Las cifras recogidas por Ical del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones revelan que, en relación al mes de abril, Burgos registró un crecimiento en el número de empresas del 1,6% con un total de 10.491. En la comparativa anual, las actividades cayeron un 4,5 por ciento en la provincia.
En cuanto al empleo respecto a abril, creció un 0,9% en Burgos con 106.610, es el dato positivo que deja la crisis generada por la pandemia que, aunque marca una tendencia esperanzadora en función de la recuperación de la normalidad, genera también mucha incertidumbre sobre si remontará hasta las cifras del año anterior. En este sentido, en lo que se refiere a la comparativa interanual, el número de puestos menguó un 4,9 por ciento en la provincia, la segunda cifra más elevada de la Comunidad, solo superada por Palencia.
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Castilla y León registró en mayo un total de 65.505 empresas cotizantes a la Seguridad Social, lo que supone un crecimiento respecto a abril en 958 actividades. Sin embargo, el dato representa un desplome en 3.923 empresas en relación al mismo mes del año anterior, con una caída porcentual del 5,7%.
En la comparativa mensual, Castilla y León anotó 372 nuevas empresas en la construcción y 357 en los servicios, hasta un total de 6.900 y 45.882, respectivamente. Se pusieron en marcha 205 en el agro y 24 industrias, con 6.073 y 6.650 en total para cada sector. El dato cambia radicalmente en la comparativa anual, ya que desaparecieron 3.192 empresas del terciario; 665 de la construcción; y 175 industrias. El sector primario, esencial durante el estado de alarma, ganó 109 actividades respecto al año anterior.
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En cuanto al empleo, las empresas cotizantes daban trabajo en mayo a 622.264 asalariados, 5.727 más que en abril. El empleo se impulsó sobre todo en el sector primario, que sumó 3.024 puestos; y en la construcción, que generó 1.557, junto a 884 en los servicios, y 302 en la industria. La comparativa anual revela el verdadero alcance de la crisis de la covid-19, ya que se perdieron respecto a mayo de 2019 un total de 26.294 puestos de trabajo, la mayor parte, en el sector servicios, donde desaparecieron 20.667. Asimismo, la construcción también redujo sus empleos en 3.264 puestos, y la industria, en 2.611. El agro siguió en alza y creó respecto al año pasado 248 puestos de trabajo.
El presidente de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale), Santiago Aparicio, manifiesta su «enorme preocupación, porque 4.000 empresa han caído» y lamenta que sus previsiones de que entre el 20 y el 25%de los establecimientos de comercio y hostelería «no iban a levantar sus persianas se están cumpliendo».
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Aparicio recuerda que llevan tiempo pidiendo una inyección de liquidez a las empresas para sobrevivir, equivalente a la facturación que hubieran tenido durante los 90 días que han permanecido cerradas por fuerza mayor, algo que «no ha sido así». «Eso hubiese sido lo ideal y hubiera permitido salir airosas a un porcentaje altísimo de empresas», explica, para reprochar que «la inyección ha sido muy escasa por parte de las administraciones, cuando necesitábamos dinero contante y sonante».
Denuncia que las medidas para el retraso del pago de impuestos o alquileres, «han ido muy lentas» y «no ha sido lo que esperábamos en una situación inédita y grave para las empresas, los que movemos la economía». El dirigente patronal evidencia que «hace falta dinero metido en vena» y, con todo, asume que «todavía se puede poner remedio» a la situación aunque, a su juicio, «nadie, sobre todo a nivel nacional, ha creído en las empresas». «Se están empezando a romper las cadenas de pago a proveedores y ahí es cuando empiezan a caer las empresas», señala, par exigir dinero y si las administraciones «no tiene para salvaguardar a las empresas, que se endeuden«, concluye.
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