Cinco tramos de carreteras de Burgos, entre los más peligrosos de España

La red de carreteras de la provincia de Burgos es, a grandes rasgos, segura, al menos en comparación con la de otras provincias del entorno. Sin embargo, a día de hoy existen varios puntos negros, en los que en los últimos años se han concentrado un buen número de accidentes con víctimas.

Un simple vistazo a la hemeroteca identifica varios tramos en la A-1, la N-120, la N-122, la N-627 y la CL-629. Allí, en los últimos años se han registrado un buen número de accidentes, varios de ellos con víctimas mortales. Sin embargo, no son los únicos puntos negros de la red viaria burgalesa.

Estos días de aumento de desplazamientos debido a la Semana Santa, han dejado varios accidentes y retenciones. Destaca el kilómetro 57 de la AP-1, a la altura de Pancorbo, donde martes 15 de abril y miércoles 16, se han producido varios accidentes. Unos se debieron al granizo y otros a una colisión con más de siete coches implicados.

Así lo destaca el último informe emitido por Automovilistas Europeos Asociados (AEA), que ha identificado otros cinco puntos negros en la red de carreteras del Estado en la provincia, cuyo índice de peligrosidad medio se situó en el quinquenio 2018-2022 muy por encima de la media nacional.

En este sentido, el informe de la AEA cruza los datos de siniestralidad (accidentes con heridos y fallecidos) con la propia intensidad de tráfico. Así, sucede que carreteras con un número mucho mayor de accidentes presentan un IPM inferior al de otras con menos siniestros totales, pero con un flujo circulatorio muy inferior.

Y ese es precisamente el caso de los cinco puntos negros identificados por la AEA en Burgos. Se trata, en todos los casos, de tramos con intensidades de tráfico sensiblemente inferiores a los de las grandes carreteras de la provincia, pero en los que en los últimos años se han registrado varios siniestros.

El de mayor peligrosidad en esta escala se sitúa en el kilómetro 74 de la N-622, a la altura de Peral de Arlanza. Se trata de una carretera de un único carril por sentido cuyo índice de peligrosidad se eleva hasta el 144,3, muy superior al la media nacional (8,2).

A partir de ahí, el informe de la AEA identifica hasta tres tramos de la N-623, que une Burgos con Cantabria por el puerto de El Escudo, dos de ellos, por cierto, situados de manera consecutiva, en los puntos kilométricos 83 y 84, entre Cilleruelo de Bezana y Cabañas de Vuirtus.

El primero tiene un IPM de 133,4, mientras que el segundo tiene un IPM de 140,4 tras haber registrado dos accidentes con heridos en el periodo de estudio. El tercero de los puntos negros de la N-623 se ubica en el kilómetro 49, a la altura de la localidad de Covanera, donde confluyen turismo y circulaciones internas y donde se registraron dos accidentes con cuatro víctimas, elevando el IPM hasta el 113,2.

El último de los puntos negros de la red viaria de Burgos identificado por el informe de AEA se sitúa en el kilómetro 333 de la N-1, justo en la confluencia de la A-1 en la entrada a La Puebla de Arganzón. En este caso, el IPM se eleva hasta el 107,7.

En todo caso, y a pesar de presentar índices de peligrosidad muy superiores a la media nacional, los cinco puntos negros de la red viaria de Burgos están muy lejos de las cifras que presentan otros tramos en España.

El ranking de peligrosidad lo lideran dos tramos de la N-4a, en la provincia de Jaén, con un IPM 198 veces superior a la media nacional. Cabe destacar, a este respecto, que las primeras posiciones están ocupadas íntegramente por tramos de carreteras convencionales. De hecho, y a pesar de que en la clasificación, en la que se identifican 270 puntos negros repartidos en 72 vías de 43 provincias, sí aparecen algunas autovías, no se incluye ninguna referencia a carreteras de alta capacidad de Burgos.

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