Especies en peligro de extinción encuentran acomodo en Burgos
Alimoche, buitre leonado, buitre negro, alondra ricotí o el visón europeo se asientan en la provincia a pesar del riesgo de desaparición mundial
No es un paraíso para muchas de las especies amenazadas en el globo terráqueo, pero Burgos se ha convertido para muchas de ellas en su hogar, donde han encontrado acomodo para algo más que vivir, sobrevivir. Sobre todo para las aves necrófagas (se alimentan de animales muertos), que se han asentado en la provincia y sus alrededores, pues no entienden de límites geográficos impuestos por el hombre.
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De todas ellas, el alimoche es el que se encuentra en peligro de extinción. Este buitre es un visitante estival, aunque existen poblaciones sedentarias en Baleares, mientras que al resto del territorio nacional, como a Burgos, llega en marzo para abandonar el país en septiembre, tras reproducirse.
En estado vulnerable también se encuentra el buitre negro. La prohibición de soltar reses muertes en el campo ha propiciado que esta carroñera merme su población, aunque en Burgos se ha convertido en una especie emblemática y con una importante presencia de parejas. Situación similar ha vivido el buitre leonado, una de las rapaces con mayor presencia en la Península Ibérica, pero que gracias a su capacidad para volar muy lejos y a que su alimentación consiste en cadáveres de animales grandes ha propiciado que sea el único de los carroñeros que ha duplicado su población en España, consiguiendo con ello escapar de la amenaza de la extinción.
Milano real
Otra especie que ha encontrado su hogar en Burgos ha sido el milano real, en peligro de extinción. Los venenos han atacado a este tipo de aves, que, aunque no críen en la provincia, pasan el invierno en grandes choperas, donde duermen todos juntos. En estas semanas, agentes medioambientales realizan un censo para conocer cuántos milanos reales pasan estos meses en Burgos. «Antes, el milano negro era el migratorio y el milano real era el sedentario, pero ha cambiado su comportamiento. Todos las aves, según va cambiando el clima y la influencia de la vida humana, modifican sus hábitos», relatan los agentes medioambientales.
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Otro ave, también en peligro de extinción, es el águila perdicera. Su presencia en la provincia se ha reducido en los últimos años, aunque, en algunas ocasiones, se deja ver por los cielos burgaleses. No siempre, porque comparte territorio con La Rioja. Se trata de una pareja que no siempre utiliza los nidos de la provincia y que alterna La Rioja con Burgos.
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Las aves esteparias también tienen su importancia en la provincia como la alondra ricotí, que cuenta con dos zonas de nidificación, en Caleruega y el páramo de Corcos, entre Aranda de Duero y la provincia de Segovia. Este pájaro no busca ecosistemas arbolados y centra sus esfuerzos en terrenos yermos y en Tierra de Campos, como los que ha encontrado en territorio provincial.
Visón europeo
El visón europeo es otra de las especies que se encuentra en Burgos. Su presencia se extiende a Navarra, La Rioja y el País Vasco, aunque vive amenazado por su homónimo americano (especie invasora) y el turón. Asentado en los ríos Rudrón y Ebro, preocupa por las reproducciones con el turón. «Cuando se atropella algún turón, realizamos analíticas de ADN para conocer el nivel de hibridación con el visón europeo. Además son fértiles», recalcan profesionales medioambientales.
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En las aguas de los ríos y arroyos burgaleses también han encontrado acomodo peces como el barbo colirrojo, lamprehuela, madrilla o pez fraile.
Y es que estas especies se 'han asentado' en la provincia gracias al conocimiento que va adquiriendo la sociedad. Y es que lo primero que hay que hacer para la conservación es conocer las especies en peligro de extinción.
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