Las reservas de agua de Burgos, por debajo de la media de la última década

Y al fin, llegó la lluvia. Lo ha hecho de la mano del puente de Todos los Santos después de muchas semanas sin que Burgos viera caer una gota de agua desde el cielo, lo que ha provocado una paulatina reducción de las reservas de agua embalsada, que se encuentran ahora mismo por debajo de la media de la última década. Sólo el pantano de Arlanzón, el más pequeño de todos, presenta una tímida mejora respecto a los datos de los últimos diez años.

En concreto, el primero de los embalses de la cuenca del río Arlanzón cuenta ahora mismo con 13,8 hectómetros de agua embalsada, lo que supone un 62,7% de su volumen total. Hace justo un año, el pantano contaba con una reserva de agua de 14,5 hectómetros cúbicos, mientras que la media de la última década es de 12,2 hectómetros.

Aguas abajo, el embalse de Úzquiza presenta una situación peor, con un total de 38,4 hectómetros de agua, lo que representa poco más de la mitad de su capacidad total (51,2%). En este caso, las actuales reservas de agua son inferiores tanto a las registradas en la misma fecha de 2020 (43 hectómetros cúbicos) como a la media de los últimos diez años (39,6 hectómetros).

Una situación muy similar se vive en la cuenca del Ebro. Allí, el gran pantano de Arija apenas cuenta con 202,5 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone poco más de un tercio de su capacidad total (37,5%). Se trata, en todo caso, de un porcentaje significativamente inferior al registrado el año pasado por estas fechas (50,4%) y a la media de la última década (49,7%).

Tampoco el pequeño embalse de Sobrón mejora los registros anteriores. Si bien es cierto que actualmente cuenta con una reserva de 16 hectómetros cúbicos de agua, lo que supone alrededor de un 80% de su capacidad total, dicho embalse suele presentar una buena imagen durante todo el año y ahora mismo presenta peores registros que los del año pasado (85%) y que los de los últimos diez años (89,5%).

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