Burgos, con clima de ciudad costera en 2022

Burgos alcanzó en 2022 un clima de capital costera turca. Esa es la conclusión reflejada en el estudio 'Climate Compare', de la consultora francesa Callendar, que ilustra en forma de mapa las temperaturas record que sufrió el sur de Europa el pasado año.

Con el frío y la nieve que actualmente arrecian en Burgos, resulta raro hablar de temperaturas inusualmente cálidas. Pero es la realidad registrada durante casi todos los meses de 2022, año que cerró su balance con una media anual que superó en 1,4 grados la habitual.

En concreto, este informe equipara la capital burgalesa con la ciudad de Samsun, a más de 4.100 kilómetros de distancia y 110 kilómetros al sur en cuanto a latitud, también capital de la provincia homónima.

Esta urbe, situada al norte del país otomano y cuyas costas baña el Mar Negro, se quedo por debajo de las temperaturas mensuales notificadas en Burgos hasta en seis (febrero, mayo, junio, julio, octubre y diciembre) de los doce meses.

La diferencia más sustancial se reflejó en julio y diciembre, cuando Burgos contabilizó cifras recorden sus termómetros y superó en aproximadamente 1º la media de Samsun, una ciudad cien kilómetros más meridional.

Precisamente la temperatura más alta de la historia de la capital se recogió este año pasado, con los 39,3 grados contabilizados el 18 de julio. De igual manera, en diciembre se rebasó casi tres grados la media habitual de 4,5º acumulada durante los últimos 30 años.

Pero según muestra este análisis, el fenómeno de altas temperaturas no es exclusivo de la capital burgalesa. En Castilla y León, Valladolid marcó una media de 7,26 grados (+2,5º de lo normal), una temperatura comparable a la ciudad también turca de Baskir, 220 kilómetros más cerca del Ecuador.

Lo mismo ocurrió en León, que asemejó sus datos climatológicos al de la localidad argelina de Sétif, a una distancia de 700 kilómetros o el de Salamanca, que equiparó los registros de sus termómetros con los de la griega Megalópolis.

El estudio también recoge comparativas fuera de la comunidad, como La Coruña con la ciudad californiana de Palo Alto o Valencia con la helena Archángelos. Incluso la capital de España, Madrid, se comparó en la calidez de sus temperaturas con una ciudad norte africana como la argelina Tissemsilt, más de medio millar de kilómetros al sur.

Otras capitales europeas también sufren la misma comparativa según los datos de temperatura del ERA5 (base de datos elaborada por el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo), que combina observaciones de estaciones meteorológicas y satélites, con modelos informáticos de la atmósfera y los océanos, y posee datos del clima desde los años 50 hasta la actualidad.

Así, en las cien ciudades de España, Portugal, Francia e Italia analizadas, el informe muestra una tendencia de incrementos generalizados de las temperaturas que provocará el cambio paulatino del clima hacia los de países más meridionales.

Por ejemplo, en países sin mar como Austria y Suiza, los termómetros reflejaron unas temperaturas medias dos grados por encima de lo registrado hasta el momento. La consecuencia: ambos sufrieron más olas de calor y más días y noches calurosas.

España también ejemplificaría este caso con tres olas de calor vividas en 2022 y un total de 42 días bajo este fenómeno, casi la mitad del verano, para cerrar el estío más caluroso de la historia según AEMET.

La explicación, según los expertos de Naciones Unidas, reside «inequívocamente» en el cambio climático, que produce una mayor frecuencia de este y otros tipos de fenómenos meteorológicos y climáticos extremos que parece ir en aumento durante los últimos años.

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