Halloween, una celebración bienvenida a pesar de la crisis de la covid

La crisis de la covid ha obligado a reducir cualquier celebración al entorno más cercano e intimo, pero los burgaleses no renuncian a disfrutar de un fin de semana diferente dentro de casa. Así lo explica Patricia, gerente de Party Fiesta, un establecimiento de la capital dedicado a artículos de decoración y disfraces, donde han comprobado cómo se ha transformado la celebración para adaptarla a las normas.

Pensaban que esta sería una «fiesta perdida», pero reconoce que «la gente tiene ganas de celebrar y de pasarlo bien»y le avalan las ventas de la última semana en la que han agotado las telas de araña para decorar las casas. «Este año está viniendo mucha gente a comprar decoración en pequeñito, otros años se agotaban los muñecos grandes para los bares por ejemplo y ahora lo que más se están llevando son cositas para decorar en casa».

En pareja o en familia con los niños, es el plan que más seguimiento va a tener este sábado. «Muchos clientes nos han contado que van a pasar el fin de semana decorando, disfrazados y cocinando con sus hijos«, señala Patricia pero no solo eso, «también ha venido gente a por artículos para llevar al trabajo, para animar o dar un sustillo a sus compañeros».

Esto demuestra que la opción de celebrar fiestas familiares también tiene «tirón». Para Patricia además tiene otra dimensión: «Es una oportunidad de darles a los niños un día de diversión, ellos son los que peor lo han pasado todos estos meses y así les regalamos un día diferente«. Así será en muchos domicilios en lo que se verá mucho maquillaje, momias y brujas, los disfraces más vendidos para este Halloween tan atípico.

Sin embargo, la otra cara de esta festividad es la de los bares de copas, uno de los negocios más castigados por la pandemia y que este año no podrá aprovechar la festividad. Porque Halloween hacía que la gente se disfrazase y saliera más, una imagen que todavía tardará en repetirse.